York

York

Era abril de 1982, me encontraba hospedado en la hermosa ciudad de York, Inglaterra, en una casa de familia Devereux todas las mañanas salía a caminar para poder admirar la belleza de esta ciudad, en las tardes salía a tomar un café, todo aparentemente parecía perfecto, pero algo dentro de mi estaba lleno de miedo, ya que cada vez que me encontraba solo en mi habitación, o en el cuarto de estudio de la casa que alquilaba, sentía escalofríos, y que un suave viento acariciaba mi cara.

Antes de hospedarme en York, mucha gente me comentó acerca de algunos sucesos sobrenaturales que ocurrieron en esa ciudad, la verdad, fueron esos sucesos los que motivaron a realizar este místico viaje.

Una noche del mismo mes abril, me encontraba en mi estudio, era aproximadamente cuarenta minutos sobre medianoche, estaba escribiendo acerca de los malos sentimientos que sentía al estar solo en la casa, y creo que haber escrito a esa hora no fue una muy buena decisión, eso lo comprobé en instante, ya que comencé a escribir de una manera lenta, y mis manos sudaban, sentía como el sudor se deslizaba por toda frente, escuchaba una niña a mis espaldas llorar, se lamentaba como si hubiera hecho algo grave, no podía voltear mi cabeza, sentía que una fuerza desconocida me estaba dominando, como que mi cuerpo estaba allí sentida, pero que era manipulado como una marioneta.

Después de todo eso volví a la normalidad, sentí un alivio, mi primer pensamiento fue abandonar la casa y volver a mi hogar, ¡Pero No!, tenía que cumplir mi meta de tener experiencias sobrenaturales.

A la mañana siguiente, quería contar mi experiencia a los dueños de la casa, pero, me daba algo de temor, pero tomé coraje y les dije:

• ¿Han sentido alguna presencia en esta casa?

Ellos se quedaron viendo con una mirada de sorpresa, y no dijeron ni una sola palabra, eso me asombró mucho pero no quise fastidiar con más interrogantes y salí a caminar.

Me fue a comprar algunas frutas frescas, cuando estaba realizando dicha actividad una pequeña niña blanca, con ojos tristes de algunos nueve años se me acercó y me dijo:

- No regrese, ella no quiere que este en ese lugar.

- ¿De quién me estás hablando? ¿Quién es ella?

La niña me vio con sus tristes y se fue. Toda la tarde estuve pensando acerca de lo que la pequeña me dije, sus ojos no podían borrarse de mi mente, la verdad eso me motivo a intentar estar despierto a altas horas de la noche de nuevo.

Al llegar la noche me fui a mi cuarto, el viento entraba por la ventana que venia del patio y acariciaba mi mente, era muy agradable, las luces alumbraban claramente el cuaderno en el cual estaba dibujando los ojos de aquella niña que me habló en la tiendo de frutas.

Terminé el dibujo, y al cerrar el cuaderno se cerró la venta ella sola, pensé que fue el viento e intente volverla a abrir, y al llegar a ella y poder ver patio, me congelé, pude ver una niña sentada bajo el árbol del patio de sombra del señor Devereux, la niña me estaba observando, ella sostenía un pequeño oso de peluche, de repente mi cuaderno salió volando por la ventana, eso me dio más miedo, no sé cómo, pero pude ir a la cama, y al intentar olvidar lo que había sucedido, se me venía a la mente la frase la niña de la tienda: “No regrese, ella no quiere que este en ese lugar”. De pronto escuché unos pequeños pasos afuera del cuarto, en el pasillo de la casa, salí a ver que era, pero no pude observar algo, al darme la vuelta, la niña que estaba en al patio estaba en mi cama llorando, vestía un pequeño vestido y tenía a su osito, pero tenía su cabeza agachada, no podía ver so rostro, intenté acercarme, y preguntarle quien era, per al estar cerca de ella, levantó la cabeza y tenía todos sus ojos negros, y sangre salían de ellos, me vio fijamente y salí corriendo ya que escuche un grito en el estudio, al llegar pude ver a la señora Devereux derramando sangre de las venas de su muñeca izquierda, con una foto de la misma niña que hace algunos minutos vi en mi habitación, la señora Devereux me vio a los ojos y me dijo:

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