AUTOBIOGRAFÍA CULTURAL

AUTOBIOGRAFÍA CULTURAL

Luis Alberto Cabañas Soto

Cultura Contemporánea

Trimestre 14º UAM-C

Mi nombre es Luis Cabañas tengo 24 años, hijo único del matrimonio entre mis padres, soy originario del Distrito Federal y he vivido la mayor parte de mi vida en la Ciudad de México a excepción de 6 años que viví en la ciudad de Córdoba, Veracruz mismos que fueron fundamentales en mi vida e influyeron para elegir la práctica cultural de la cual hablaré. Fútbol.

Narración:

Fútbol.

El fútbol es ampliamente considerado el deporte más popular del mundo, pues lo practican unos 270 millones de personas. Es un deporte que se juega entre dos conjuntos, dependiendo de la modalidad ya sea fútbol rápido, fútbol 7 o soccer será el número de jugadores con el que cuente cada equipo y en todas las modalidades hay árbitros que se ocupan de que las reglas se cumplan correctamente.

Elegí esta práctica cultural por el hecho de que la considero importante en mi vida y hasta donde recuerdo es la más vieja y significativa que he llevado a cabo desde niño hasta la actualidad y que pretendo seguir practicando hasta donde me sea posible, e independientemente de las distintas y no menos importantes prácticas que realizo como el motociclismo o la música, opté por hablar de Fútbol pues a pesar de que conforme fui creciendo también me sentí inmensamente identificado al conocer respectivamente las otras dos practicas ya mencionadas, llevo más tiempo practicando el Fútbol y aunque son distintas las sensaciones que puedo obtener tanto del motociclismo como de la música son 20 años los que llevo obteniendo emociones, sensaciones y satisfacciones del fútbol y es por ello que me incline a hablar de este deporte.

La relación estrecha que mantengo con el fútbol comenzó desde que tenía tres años que fue cuando mi papá y mi mamá me regalaron mi primer balón en un viaje que hicimos a Ixtapan de la Sal y aunque no recuerdo exactamente la sensación que sentí al recibirlo, si recuerdo claramente la sensación de perderlo pues al final de esas vacaciones olvide mi balón en el buro del hotel lo cual me causo mucha tristeza pues lo cuidaba tanto que con tal de que no le pasara nada lo metí en el buro y cuando nos fuimos lo olvidé. De regreso a casa al darme cuenta que no traía mi balón me solté en llanto y probablemente a partir de ese momento mis padres se dieron cuenta del gusto que tenía por el fútbol.

Al cumplir cuatro años mis padres me inscribieron en una escuela de fútbol ubicada en esa entonces en el parque Viveros en Coyoacan, D.F. y aunque desconozco si aún existe esa escuela fue ahí donde comencé a jugar oficialmente en un equipo de fútbol llamado Republicas.

Mis recuerdos de mis primeros pasos en este deporte no son totalmente claros, lo que si recuerdo es la satisfacción que sentía al practicarlo, la diversión que me provocaba jugar y la emoción que me daba ir a entrenar y el previo a un partido.

Aquí con mi primer balón a lado de mi padre.

Mi primer equipo de fútbol (Soy el último de izquierda a derecha de los que están de pie).

Conforme iba creciendo me identificaba con ciertos equipos de la liga mexicana de fútbol a veces por moda, otras porque mi padre los apoyaba y otras solo porque si, en mis primeros años como aficionado apoyé al descendido Atlante pues mis padres me llevaban al estadio azul desde los 4 años a ver sus partidos, al igual que los del equipo Cruz Azul y de cierto modo los apoyaba por imposición mas que por convicción pues en esa entonces desconocía como funcionaba la liga mexicana, que otros equipos existían o el antecedente histórico de atlante o cruz azul.

Cuando cumplí 6 años me empezó a llamar la atención el Club América gracias al hermano de mi madre pues él apoyaba a ese equipo, veía sus partidos por tv, tenía banderas en su cuarto, me hablaba

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