Agusto Monterroso

Augusto Monterroso nacido en Honduras en el año 1921, falleció en el 2003. Fue un escritor de mini ficción, considerado uno de los mejores a nivel latinoamericano. En cuentos muy breves abordaba temas complejos, algunos llegando a ser fascinantes.

Este pequeño cuento pretende demostrar como la sociedad es avariciosa, siempre están buscando tener más, pese a que las condiciones no favorecen a la producción de los bienes. En este caso, llegado al punto de no tener más cabecitas para vender, incluso las autoridades cambiando las leyes, se buscaron la forma de reducir los cráneos de personas, casi en su mayoría inocentes, para mantener la producción masiva de los productos mencionados.

Se publicó en 1944 en México, durante la estadía del autor en el pais centroamericano.

Es un micro relato narrativo relato que critica a la producción en masa de ciertos productos, que, originalmente son de carácter histórico.

Aporta información histórica sobre los pueblos latinoamericanos, y como son algunas costumbres de los pueblos nativos, quienes son aprovechados por grandes naciones.

Se destaca como el capitalismo puede perjudicar notablemente a los grupos minoritarios como en este caso son los pueblos indígenas. Por el otro lado se destaca la facilidad de hacer dinero mediante producción masiva de productos relacionados con la historia de un país o región.

Se da a entender que, el capitalismo con un mal funcionamiento, puede acabar de manera rápida con costumbres de siglos, debido a la macro-producción. Misma que afecta negativamente al sector donde se producen los productos.

Se está citando a William C. Knight y a sus obras. Un autor estadounidense que habla sobre el dinero, los ricos y los pobres.

Utiliza un vocablo digno de un autor de ese calibre, utiliza palabras que actualmente ya no son tan utilizadas en el diario vivir de las nuevas generaciones. Por lo que puede causar conflictos a ciertos lectores que no tengan un glosario extenso.

Personalmente creo que este cuento es sumamente interesante, ya que muestra como una potencia se aprovecha de las comunidades que no tienen mucha capacidad económica, y eso desata en que acepten “perder” sus costumbres o tradiciones con tal de tener dinero. Esto no solo es un relato de ficción, el claro ejemplo son los sombreros de Panamá, que originalmente no son hechos en Panamá, sino en este nuestro país. Son tradicionalmente conocidos como los sombreros de paja toquilla.  

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