La situación de la sociedad peruana en la época de Arguedas

Arguedas: El Sentir del Mundo Andino

La situación de la sociedad peruana en la época de Arguedas

José María Arguedas  fue uno de los escritores peruanos que vivió en una de las épocas más difíciles por las que pasaba la sociedad peruana, ya que ésta se encontraba regida por muchas ideas obsoletas y antiguas que provenían de Europa. Una de ellas, y la más importante, era la idea de que la raza blanca era superior a la raza negra, y se fundamentaba  en las creencias de la  religión cristiana. Sea como fuere, esa idea estaba muy arraigada en aquella época y motivaba el desprecio y hasta la xenofobia hacia los indígenas, los verdaderos peruanos, ya que los juzgaban en relación a su propia cultura, o sea, su lenguaje, sus costumbres, conductas, religión y creencias. En  esos años también se vivía mucha explotación, ya que el poder estuvo monopolizado por las clases altas, y esto limitaba la participación política y social de los sectores populares (indígenas, obreros y artesanos). Por este motivo los indígenas fueron abusados y sus derechos les fueron ocultados  y arrebatados.

Fue por todas estas razones por las que aparecieron los terratenientes, personas sin corazón que explotaban a los indígenas para beneficio propio. Eran “dueños” de las tierras que habitaban los indígenas y por eso estaban obligados a trabajar para ellos. Eso era absurdo, porque nadie es dueño de otras personas  y ninguna persona puede estar obligada a trabajar, pero lamentablemente no se pensaba así en aquella época. No obstante, a pesar de todo el sufrimiento, la humillación y la marginación; el terrateniente era visto como una autoridad a la que nadie podía vencer; era casi un dios para ellos. Existía también mucha injusticia, ya que, en los pueblitos alejados, la policía trataba a los indígenas como objetos, y cuando ellos querían interponer una denuncia, simplemente no los atendían, quedándose en la impunidad muchos delitos que se cometían en su contra.

Arguedas en sí…

Y allí, justo en ese momento de la historia, nació Arguedas, en la hermosa ciudad de Andahuaylas, el 18 de Enero de 1911. Sus padres fueron Manuel Arguedas Arellano, de profesión abogado, y Victoria Altamirano Navarro. A los dos años y medio de edad, Arguedas pierde a su madre. Su padre se casa con una terrateniente y, al ser él un abogado itinerante, lo deja bajo sus cuidados. Pero su madrastra lo odiaba y lo maltrataba constantemente.

En la casa en donde vivía, existía una servidumbre, que estaba compuesta por indígenas. Arguedas, al no tener amor en su familia, se acercó, primero, y se refugió, después, en esa servidumbre, que le prodigó atenciones  y lo crió. Así, él aprendió las costumbres, tradiciones, creencias y el lenguaje de la cultura indígena y se identificó con ella al descubrir el maltrato por el que pasaban ellos también. Cansado ya de los abusos que se cometían en su contra, Arguedas abandona la casa de su madrastra y huye a la hacienda  de su tío, donde permanece dos años, encontrándose allí con un mundo que conocía poco hasta ese momento: el Mundo Andino. Ese contacto que tuvo con las faenas agrícolas, las festividades andinas y la forma de pensar, tan tierna y dulce, de los indígenas, hizo florecer en él un estrecho lazo con esta cultura.

Al recogerlo su padre de la hacienda de su tío, él lo acompañó a sus diferentes viajes laborales, conociendo cientos de pueblos dispersos por la serranía peruana. Pero por un tiempo él queda como interno en el Colegio Miguel Grau de los Padres  Mercedarios mientras su padre continuaba con su vida itinerante. Allí él conoce a personas de diferentes razas y de clases sociales contrarias y sufre maltrato también por parte de los padres. Toda esa época de su vida fue evocada en sus obras “Los Ríos Profundos”, “Warma Kuyay”, “Agua” entre otras.

Al llegar a Lima, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1931. Para ese entonces el Perú vivía una profunda crisis política,  pues el comandante Sánchez Cerro acababa de derrocar el régimen de Augusto B. Leguía (El fin del Oncenio).Al ser asesinado Sánchez Cerro por un militante aprista, su partido, la UR (Unión Revolucionaria) buscó por todos los medios posibles que el APRA fuera castigado. En medio de estas tensiones el Congreso decidió nombrar al general Oscar R. Benavides como presidente. Al darse una protesta en la UNMSM, contra la visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista, varios estudiantes sanmarquinos fueron apresados, entre ellos, José María Arguedas, quien fue encarcelado desde noviembre de 1937 hasta octubre de 1938, a los 26 años. En su obra “El Sexto” él relata lo que vivió allí, las humillaciones que sufrían los demás presos, cómo estos tomaban el control de la prisión, de todos los delitos y abusos que se cometían allí, etc.; y en otras obras también relata sus vivencias, por ejemplo, en su obra “Agua” relata su infancia, su época de “escolero”, como él mismo llamaba a los colegiales en sus historias, y de cómo los terratenientes ejercían su poder sobre los poblados indígenas.

Creo también que al ser todas sus obras parte de su vida, hay en ellas cierto paralelismo, cierta continuación, como si todas ellas fueran parte de una historia mayor, porque éstas se formaron a partir de cada experiencia que iba viviendo Arguedas, y si nos ponemos a analizar las historias encontraremos que en ellas Arguedas se disfraza siempre del personaje principal y disfrazaba los hechos que le ocurrieron transformándolos en parte de la trama. El ejemplo más claro de esto está en su obra “Los ríos Profundos” donde relata la historia del niño Ernesto (Arguedas) y su padre, un abogado itinerante (exactamente el mismo estado de su padre), con quien viaja a diversos pueblos, y finalmente es inscrito en un internado de Abancay ( la casa de su infancia), donde recibe mucho maltrato por parte de los padres religiosos (su madrastra), pero se desata una epidemia y los estudiantes del colegio religioso y los pobladores se ven obligados a abandonar la ciudad (creo que esta situación describe la crisis que pasaba en ese momento, al no saber él que posición tomar frente a esta marginación que observaba por su zona o también podría ser que Arguedas, cansado de los maltratos que sufría en su casa, decide abandonarla). En esa época de crisis, Ernesto recibe una carta de su padre quien le dice que vaya a la casa de su tío, a lo que él acepta, porque sabe que ese es un paso más para encontrarse con su padre (describe la esperanza que tenía Arguedas de que todo vuelva a ser como antes). En otras palabras, Arguedas escribió su vida en sus historias, para dar cuenta de que la marginación en la que viven los indígenas es real y se denota de muchas formas, no solo a través de los insultos o agresiones físicas.    

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