Alicia Miyares
Enviado por faviola94 • 10 de Junio de 2013 • Informe • 674 Palabras (3 Páginas) • 264 Visitas
El discurso contra el aborto responde a una actitud reactiva contra la libertad de las mujeres
Es la opinión de Alicia Miyares, doctora en Filosofía que mañana interviene en el ciclo formativo sobre igualdad que organiza el PSOE madrileño
Autonomías, Feminismo, Política y género, Madrid, Viernes 11 de enero de 2008, por Teresa G. Espejo
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El feminismo perfecciona las democracias actuales pero, frente a los avances en las libertades, siempre se producen discursos reactivos. La agenda política de las mujeres se negocia de manera permanente y eso significa que no existe el reconocimiento de los derechos de las mujeres y esta negociación sistemática implica la debilidad de las mujeres como sujetos políticos y la consideración de que no hay derechos reconocidos.
Es la opinión de Alicia Miyares, doctora en Filosofía y consejera técnica de la Unidad de Mujer del Ministerio de Educación, que mañana intervendrá, con la ponencia “Ciudadanía y feminismo”, en el ciclo de formación continua sobre Igualdad y Políticas Públicas, organizado por la secretaría de Políticas de Igualdad del Partido Socialista de Madrid.
Alicia Miyares pone como ejemplo la polémica suscitada en torno al aborto que, a su juicio, debería ser un derecho, y sin embargo sigue formando parte de la vindicación feminista de los derechos sexuales y reproductivos. “Está continuamente sometido a polémica, y esto nos indica que no hay consideración de que sea un derecho”.
La filósofa considera que el aborto tiene demasiadas limitaciones que impiden que sea un derecho desde el momento que hay acotaciones, como las de los supuestos de la legislación española. “Si el aborto fuera un derecho, no estaríamos a expensas de reabrir el debate, como no se reabre la polémica sobre si las mujeres pueden o no votar, o si los negros son iguales a los blancos”, manifestó.
Miyares explica la aprobación de derechos siempre ha estado acompañado de polémica: “No recuerdo ningún logro civil o político que no se haya conseguido con resistencia, como el caso de la abolición de la esclavitud, el derecho al voto, etcétera. Pero una vez que es reconocido como tal, es irrevocable”.
La paridad, es decir, el derecho a que haya una participación equilibrada por sexo en las instituciones “es un derecho que deja de serlo en el momento que intuimos que no existe un consenso que lo apruebe”. Por ello, en la siguiente legislatura, dependiendo de lo que suceda, “podemos encontrarnos con instituciones paritarias o todo lo contrario”, mientras que si fuera un derecho, sería irrevocable.
Los puntos básicos de la agenda de las mujeres se están negociando de manera permanente. La educación, no sólo desde el acceso sino en la presencia de las mujeres en el saber y
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