Alonso De Borja Y Cavanilles, Calixto III
Enviado por LuckyGabrielo • 26 de Mayo de 2013 • 384 Palabras (2 Páginas) • 343 Visitas
Alonso de Borja y Cavanilles, Calixto III Había nacido en la Torreta de Canals el 31 de diciembre de 1378. El mismo año se producía el Cisma de Occidente. Sus padres se llamaban Domingo y Francisca.
Comenzó sus estudios de gramática, lógica y artes en las escuelas de Valencia, después se trasladó a la Universidad de Lérida, donde en 1411 consiguió el doctorado en derecho, y fue nombrado canónigo de dicha Universidad.
En 1418 fue nombrado rector de San Nicolás de Valencia y dos años después el rey Alfonso V le confió el cargo de vice-canciller de su Reino en Italia. Se distinguió por su cultura jurídica y por la austeridad de vida.
Nombrado obispo de Valencia, recibió la consagración episcopal el 31 de agosto de 1429, autorizando en Peñíscola a Pedro Lloréns que en su nombre tomara posesión de la Diócesis.
En 1442 la "Cofradia de Santa Maria dels Jnocents Desamparats" restauró la imagen de la Virgen, y le construyó una nueva capilla.
En 1427 el Rey donó a la Catedral el Santo Cáliz de la Cena, que se encontraba en el palacio real de Valencia desde 1399.
El 2 de mayo de 1444 el Papa Eugenio IV al obispo de Valencia nombró cardenal del titulo de los Cuatro Santos Coronados.
A la muerte de Nicolás V (1447-1455) fue elegido papa el 8 de abril de 1455. Tomó el nombre de Calixto III; tenía 76 años de edad.
El día de San Pedro de 1455 canonizó a su compatriota San Vicente Ferrer y rehabilitó a Juana de Arco, heroína francesa, quemada viva por los ingleses en Rouen el 80 de mayo de 1481.
Al caer Constantinopla en poder de los Otomanos en 1458, predicó la Cruzada. Los turcos fueron derrotados, obligándoles, a levantar el cerco de Belgrado, el 6 de agosto de 1456, instituyendo en acción de gracias ese día la fiesta del Salvador.
Falleció en Roma el 6 de agosto de 1458. Sus restos mortales desde 1610 se encuentran en la iglesia española de Montserrat de Roma. En las grutas vaticanas se consena el sepulcro que tuvo cuando estuvo enterrado en la basílica de San Pedro.
Dejó, como obispo y papa, una estela de singular modestia, menosprecio del lujo y del fausto, austeridad de costuinbres, espíritu cristiano y acendrado amor a la justicia.
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