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Analisis psicologico de Wolfgang Amadeus Mozart

Jorge CarrascoDocumentos de Investigación10 de Agosto de 2018

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INTRODUCCIÓN

El trabajo que a continuación presentamos tiene como objetivo analizar y argumentar, a través de los temas vistos en clase: Teoría del psicoanálisis (Ello, el Yo y el Superyó), etapas psicosexuales (Oral, anal, fálica, de latencia y genital) y mecanismos de defensa, nuestra opinión acerca del comportamiento y personalidad de Wolfgang Amadeus Mozart, un músico y compositor de origen austriaco considerado como uno de los genios más grandes en la historia de la música europea.

Decidimos elegir a Amadeus Mozart, porque queríamos en parte abarcar el tema de la música, algo  que  en  la  mayoría  del  equipo  no  teníamos  como especifico y por otra, porque queríamos  saber  sobre la vida de Mozart, ya que, de lo que conocemos de su obra, es bastante interesante y admirable; su música se encuentra saturada de sentimientos, tanto de tristeza como de alegría, tensión  y tranquilidad, lo que nos motivó a conocerlo más como persona, saber por qué expresaba tales sentimientos en su obra que la hace tan cautivadora.

Todo esto a partir de la complementación de datos como son el contexto y la biografía del mismo con fuentes tanto bibliográficas como películas (“Amadeus” de 1984) y documentales. Esto también como parte de un reforzamiento de los conocimientos ya obtenidos de nuestro compañero de equipo perteneciente al especifico de música acerca de Mozart y como medio para nuevos aprendizajes acerca de este tanto para él como para las demás integrantes.

CONTEXTO SOCIOHISTORICO DEL SIGLO XVIII

El tardío siglo XVIII, período en que vivió Mozart, fue relativamente apacible. No hubo guerras mayores en Europa, aunque al otro lado del océano tuvo lugar, entre 1775 y 1783, la Guerra de Independencia de Estados Unidos. Sin embargo, había mucho descontento en Europa. La gente estaba harta de las sociedades con estructuras de clases en las que un diminuto grupo de ricos estaba en el poder y dominaba a un gran número de pobres en la escala social inferior, que apenas tenían derechos ni podían salir de su pobreza.

Pero el poder estaba cambiando de manos lentamente, de la aristocracia a la creciente clase media. Esta clase media fue fruto en parte de la Revolución Industrial, que provocó un repentino y masivo aumento del número de trabajos disponibles en minas, fábricas y ferrocarriles. Fue la era de los inventos: desde la máquina a vapor de Watt (1775) hasta los globos aerostáticos (1783) ¡y los refrescos gaseosos (1785)!

Se instauró un movimiento filosófico conocido como la Ilustración o Siglo de las Luces. La gente empezó a creer en el poder de la razón para resolver los problemas sociales, corregir las injusticias y mejorar la vida. Los derechos del individuo, la libertad de pensamiento, la disminución de la censura y la gradual abolición del trabajo infantil fueron sólo algunos de los cambios fruto de la Ilustración.

Probablemente en toda la Historia de la Música no encontremos vida más atormentada que la de Mozart. Y, con toda seguridad, nadie capaz como él de sublimar la desgracia a través de un arte genial.

Nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo. En 1747 sus padres se casaron y su matrimonio fue muy feliz, duraron 30 años y tuvieron siete hijos de los cuales solo sobrevivieron dos Nanerl 5 años mayor que él y el propio Amadeus.

El padre de Mozart Leopoldo en un inicio estaba estudiando la carrera eclesiástica, sin embargo el talento musical del padre de Wolfgang fue muy evidente, lo que le hizo abandonar el estudio eclesiástico, lo que le consumaría en 1739, tras haber alcanzado el grado de bachiller en filosofía. La amplia formación humanística de Leopoldo Mozart y su profunda religiosidad católica, teñida posteriormente del racionalismo de su época, fueron rasgos que pesaron siempre en el carácter del padre de Wolfgang y marcaron las relaciones de ambos durante toda su vida.

Si en el primero dominaba la reflexión, la disciplina y un aire de puritanismo autoritario, en el segundo latía constantemente un temperamento espontaneo, impetuoso, irreflexivo y generoso. De ahí derivo la constante mala consciencia de Wolfgang frente a la figura de su padre, resulta unas veces con la sumisión a la fuerza y otras con el enfrentamiento, inevitable en el caso de un joven genio que se revuelve contra ataduras e imposiciones que consideraba rígidas e inaceptables.

Si Leopoldo Mozart fue toda su vida una figura del “antiguo régimen” como en cierta medida lo fueron otros compositores como Haydn, Mozart fue el primer músico de maneras modernas, amante de la libertad como creador y como persona dentro de la sociedad de esa libertad tan querida más tarde por el artista romántico. Sus primeros años pasaron en el cálido ambiente de su hogar amoroso, de una ciudad tranquila y sonriente, dentro de la casa se reuniría con algunas amistades y compañeros de trabajo, quizás a beber un vaso de cerveza o unas buenas salchichas austriacas.

Entre los cuatro y los seis años compuso 22 piezas que su padre público en una monografía musical, por esto, al reconocer las innatas facultades de su hijo, se dedicó a su educación con cuidadoso esmero: el niño vencía las dificultades con toda facilidad, sus pequeños dedos corrían por el teclado con asombrosa agilidad.

En vista de los adelantos alcanzados, Leopoldo tomo la decisión de emprender jiras y viajes con María Ana y con Wolfgang, el niño disfrutaba con inmensa alegría de estos mientras tocaba en las más importantes cortes reales de Europa.

Como alegan numerosos testimonios de la época, el rasgo más característico de la personalidad de Mozart era su optimismo. Cuando el matrimonio de músicos y editores ingleses Vincent y Mary Novello se entrevistaron con su esposa Constanze en 1829 y le preguntaron por el carácter de su marido, ella respondió sin vacilar: «Siempre estaba alegre».

La mayoría de los investigadores apuntan a que Mozart presentaba un carácter infantil y aniñado e, incluso, un poco irresponsable, que le llevaba, a veces, a tomar decisiones impulsivas. Esta idea se ve apoyada en un texto redactado en 1792 por Maria Anna Mozart, hermana de Wolfgang, para la futura biografía de Friedrich Schlichtegroll:

Exceptuando su música siguió siendo un niño, y ésta es la característica principal del lado oscuro de su personalidad: siempre precisó un padre, una madre o alguien que velase por él; era incapaz de administrar el dinero; se casó, contra la voluntad de su padre, con una joven que no era en absoluto adecuada para él, y de ahí el gran desorden que hubo en su hogar durante y después de su muerte. Mozart también fue descrito por sus contemporáneos como un hombre hospitalario, generoso, celoso de su propio genio y adicto al trabajo. Por otra parte, tenía una gran autoestima y, en ocasiones, podría resultar un tanto orgulloso. A pesar de no estar dotado de una gran fuerza psicológica, llegó hasta sus últimos días con una entereza sorprendente en todos los aspectos. Era extrovertido, sociable e inconformista, puesto que se negaba a aceptar el «estatus» de sirvientes que tenían los músicos en la época, lo que le ocasionó no pocos problemas en el transcurso de su existencia. Mozart nunca dejó de ser músico en la corte arzobispal de Salzburgo de forma oficial.

Debido a su espíritu alegre y cosmopolita, el compositor se fue distanciando progresivamente del arzobispo, quien lo consideraba «un joven insolente». Colloredo lo hizo llamar a Viena en 1781 para lanzarle un ultimátum por su irresponsable actitud; Mozart llegó a la ciudad para reunirse con él el día 16 de marzo. En este encuentro, tuvo lugar un duro enfrentamiento entre ambos, que desembocó en la presentación de una carta de renuncia por parte de Mozart, y concluyó con la célebre «patada de despedida» que el conde Arco, miembro de la corte arzobispal, le propinó a Mozart en el trasero. El arzobispo, consciente de la valía de Mozart como compositor, se negó a firmar la carta de renuncia que éste le había presentado, lo que convirtió a Mozart durante el resto de sus días en un vasallo huido, condición peligrosa en la Europa del siglo XVIII.

Leopold se sentía profundamente preocupado por el temor a perder su salario, ya que Wolfgang le escribió encolerizado enumerándole las numerosas represalias que pensaba llevar a cabo contra el conde. Se trata de una carta muy interesante, en tanto que muestra la faceta más reivindicativa de Mozart, muy vinculada con el espíritu de la Ilustración:

... Escribiré muy pronto a ese malhadado hombre para decirle qué pienso de él, y en cuanto se ponga ante mis ojos le daré una patada que la recordará en sus carnes para siempre... A pesar de no ser conde, tengo más gallardía y honor en mi corazón que muchos de los que gozan de tal título. Quien me insulte, ya sea lacayo, ya conde, merecerá mi desprecio.

En realidad, los temores de Leopold eran infundados, ya que Mozart era un hombre de carácter pacífico, tranquilo y amable; era poco dado a la violencia, y solo en sus escritos afloran rasgos de venganza física.  Por lo general, Mozart trabajaba durante mucho tiempo y con energía, terminando composiciones a un gran ritmo debido a los ajustados plazos. A menudo hacía bosquejos y esbozos aunque, a diferencia de Ludwig van Beethoven, no se han conservado, ya que Constanze los destruyó después de su muerte. Con respecto a sus propias composiciones, Mozart solía juzgarlas con imparcialidad, y a menudo con una severidad y rigor que no habría soportado fácilmente de otro.

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