Antes los biólogos pensaban que el cuerpo hacia todo para regular sus trabajos internos y en especial del sistema inmune.

Antes los biólogos pensaban que el cuerpo hacia todo para regular sus trabajos internos y en especial del sistema inmune.

El cuerpo humano es como un ecosistema complejo que contiene trillones de bacterias y otros microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. De hecho, la mayoría de las células en el cuerpo humano no son humanas en absoluto. Esta comunidad mixta de las células microbianas y los genes contienen, colectivamente algo conocido como el microbioma, no nos amenaza pero ofrece procesos vitales que nos ayudan con los procesos fisiológicos básicos-desde la digestión hasta el crecimiento de la autodefensa, los biólogos han podido conocer a las especies predominantes de microbios que existen en el cuerpo e identificar su función dentro del mismo, gracias a esto podemos conocer cómo funciona nuestra cuerpo y conocer el origen de enfermedades como el desorden autoinmune.

Todos los seres humanos tenemos microbioma desde una temprana edad, todos la adquirimos a partir del ecosistema que nos rodea, los bebés al nacer no cuentan con ella debido a que el útero no contiene bacterias, se empiezan a obtener desde que se tiene contacto con la madre y se van multiplicando rápidamente. Desde temprana edad nuestro cuerpo soporta uno de los más complejos ecosistemas microbianos en el mundo.

Durante los últimos  años los científicos han estado trabajando para señalar la naturaleza de este ecosistema. Lo que ha sido muy difícil de realizar. Un ejemplo son las células bacterias de los intestinos, han evolucionado para poder crecer en un ambiente libre de oxígeno,  por lo que algunas especies no sobreviven en el exterior.

Cada bacteria tiene su propia firma, que deriva del gen conocido como ARN ribosómico 16S, que modifica para una molécula de ARN particular, que se encuentra directamente en los ribosomas. Mediante la determinación de la secuencia de este gen, los científicos están creando un catálogo de todo el microbioma humano. De esta manera, se pueden deducir qué especies existen en nuestro cuerpo y cómo la combinación precisa de las especies puede diferir de una persona a otra. El siguiente paso es analizar otros genes que se encuentran en las personas para determinar cuáles de ellos están activos en ellas y las funciones que realizan. Gracias a las computadoras cada vez más potentes  y ultrarrápidas secuenciadores de genes ya que es más sencillo.

A principios de 2010 un grupo Europeo publicó su censo de genes microbianos en el sistema digestivo del humano de 3,3 millones de genes (de más de 1.000 especies) unas 150 veces los 20.000 a 25.000 genes en el genoma humano, algo realmente sorprendente, podemos decir que no hay dos personas que compartan la misma composición microbiana.

Nuestros destinos individuales, la salud y tal vez incluso algunas de nuestras acciones pueden tener mucho más que ver con la variación en los genes que se encuentran en nuestro microbioma que en nuestros propios genes. Y aunque el microbioma de diferentes personas varían notablemente en el número relativo y tipo de especies que contienen, la mayoría de la gente comparte un complemento básico de los genes bacterianos útiles, que pueden derivar de diferentes especies. Incluso las bacterias más beneficiosas pueden provocar enfermedades graves.

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