Aurelio Arturo

Aurelio Arturo

Nació el 22 de febrero de 1906, en el municipio de la Unión, Nariño. En 1.925, se traslada a Bogotá, comienza a estudiar derecho en la Universidad Externado de Colombia, profesión que ejerció hasta el final de sus días en calidad de Juez y Magistrado. En 1.931, con veinticinco años de edad, da a conocer por primera vez algunos de sus poemas al poeta y crítico colombiano Rafael Maya. Este se encarga de hacerlos publicar en la Crónica Literaria del periódico El País, dirigida por él. En 1.941 se casa con doña María Esther Lucio, con quien tendría 5 hijos. En 1.945 Jaime Ibáñez dedica a su incipiente obra uno de los cuadernos de la colección de poesía Cántico, en la cual aparecen trece poemas suyos (casi la mitad de los que escribió en toda su vida). Desde esta época hasta el final de sus días, asistió a tertulias literarias en diferentes cafés bogotanos en compañía de amigos como Rogelio Echavarría, Carlos Villar Borda, Fernando Charry Lara, Otto de Greiff, Giovanni Quesep, Alvaro Mutis, Jaime Gracía Maffla, etc. La revista de la Universidad Nacional publicó el poema que le dio nombre a su primer y único libro, Morada al Sur. En 1.948, Eduardo Carranza incluyó en su ensayo Un siglo de poesía colombiana, el poema Paisaje, junto con breves notas de su autor.

Alberto Quijano Guerrero

Poeta, historiador y escritor extraordinario. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Nariño. Fue rector del Alma Mater. Miembro de número y directivo de la Academia Nariñense de Historia. Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de Historia. Miembro honorario del Instituto Hispánico de la Cultura. Autor prolifero de ensayos históricos y literarios. Una de sus obras es la biografía de Don Gonzalo Rodríguez, Precursor de Precursores. Autor del Himno del Departamento de Nariño, Himno a Pasto, etc.

Manuela cumbal y francisca cucu

El domingo 18 de mayo de 1800, una vez celebrada la misa, el sacerdote quiso preparar los ánimos para leer

el decreto de los hermanos Rodríguez Clavijo e inició una plática para hablar de los deberes ciudadanos y

de la voluntad de Dios. E intentó leer el famoso decreto de recolección de diezmos. Bastó este anuncio para

que todos y todas protestaran dentro de la iglesia.

El sacerdote se empeñó en leer el decreto y la gente salió de la iglesia, pro¬riendo contra los hermanos Rodríguez

Clavijo. Dos mujeres, Manuela Cumbal y Francisca Aucú, subieron al presbiterio en donde estaba

el Señor Párroco, le arrebataron de las manos el papel de autorización de recolección de diezmos y salieron

de la iglesia, detrás de ellas todo el pueblo protestó contra los Clavijo por considerarlos autores del decreto,

proveniente de la Real Audiencia de Quito.

Dos años más tarde, el 12 de noviembre, algunas personas que participaron en la protesta fueron desterradas,

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