Averroes
Enviado por ismaelf • 21 de Mayo de 2012 • Biografía • 1.700 Palabras (7 Páginas) • 742 Visitas
Averroes
Averroes nació en la ciudad de Córdoba (España) en el año 1126 y le fue dado el nombre de Abu alWalid Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd. Es considerado por muchos como el más importante filósofo árabe de la Edad Media. Sus conocimientos se extendían a todos los campos del saber: Filosofía, Teología, Derecho, Matemática, Astronomía, Física, Medicina, Poesía. Ejerció como juez y como médico de la corte. Las intrigas de sus adversarios le valieron el exilio. Murió en Marruecos en el año 1198.
Su producción literaria gira en torno a Aristóteles, lo que le mereció el título de "El Comentador de Aristóteles". Sus obras son, en su gran mayoría, comentarios, explicaciones y críticas de interpretaciones de filósofos anteriores, como Avicena, de las obras del estagirita. Pretende con ello devolver a la filosofía aristotélica su pureza, que había sido opacada por interpretaciones cargadas de platonismo. Averroes sabía que esta tarea no le resultaría fácil porque devolver al aristotelismo su pureza era dejar al descubierto afirmaciones muy difíciles de conciliar con la fe.
Averroes intenta definir con claridad las relaciones entre la Religión y la Filosofía. Él entiende que las mayores dificultades se producen cuando se hace participar de las discusiones filosóficas a personas incapaces de comprenderlas. Para solucionar esto distingue tres tipos de hombres:
• Los filósofos, hombres de demostración, que buscan pruebas rigurosas.
• Los dialécticos, que se conforman con argumentos probables.
• Los retóricos u hombres de exhortación, que sólo entienden la predicación que apela a la imaginación y las pasiones.
Según Averroes, El Corán puede ser leído en su sentido simbólico y literal por los ignorantes y, al mismo tiempo, puede ser interpretado en su sentido profundo y oculto por los sabios. Cada quien debe interpretar el Corán según el tipo de hombre que es. Es un error y un peligro difundir las interpretaciones de los sabios entre los espíritus inferiores, ello sólo genera una mezcla lamentable de Oratoria, Dialéctica y Filosofía que lleva a la confusión y la herejía. Hay que mantener, por tanto, la delimitación entre la Filosofía (ciencia de las verdades absolutas), la Teología (explicación dialéctica y verosímil) y la Religión (persuasión de los espíritus inferiores).
A Averroes se le atribuye la llamada "Teoría de la Doble Verdad", según la cual dos afirmaciones contradictorias podrían ser ambas verdaderas, una para la razón y otra para la religión. De todos modos, no hay testimonios de que él sostuviera algo semejante. En los casos de conflicto entre la fe y la razón, se atiene a lo que enseña la fe.
Averroes retoma la definición aristotélica de Metafísica como ciencia del ser en cuanto ser. Y entiende por "ser" la sustancia que es, la cosa individual, y más aún lo que determina a la cosa real a ser lo que es. Todo ser es sustancia o accidente de una sustancia. No se plantea por separado el problema de la existencia y mucho menos la considera como un accidente, al modo de Avicena.
Todo lo que se mueve es movido por un motor. Y en la serie de motores que a su vez son movidos por otro no podemos remontarnos al infinito. Por tanto, podemos afirmar que hay un primer motor, un fin último deseado por todos los demás seres, que es Dios.
En cuanto al conocimiento, sostiene que tanto el intelecto agente como el pasivo son una sustancia separada, común a todos los hombres. No se puede basar la inmortalidad del hombre en su condición de sustancia inteligible, porque no lo es. Ese argumento valdría para el intelecto, pero éste es común a todos los hombres y no pertenece al individuo, no es ni tan siquiera su forma sustancial.
Averroes no aceptaba que la Creación hubiera tenido lugar en el tiempo y afirmaba la eternidad del mundo, sin principio temporal.
Averroes siempre fue un creyente y filósofo. Los teólogos islámicos como Algazel criticaron a los filósofos que anteponen la filosofía a la verdad revelada. A esta tesis opone Averroes su defensa de la autonomía de la razón (nada queda fuera del análisis de la razón) y su afirmación de que no se trata de dos verdades, sino de dos vías para acceder a la única verdad. La separación filosofía-religión es la única manera de poder precisar lo que corresponde a cada una.
La vía racional es más rigurosa, pero también más complicada. Necesita un esfuerzo mayor, al que algunos son llamados por sus aptitudes. "El razonamiento filosófico no nos conducirá a conclusión alguna contraria a la Verdad consignada en la Revelación divina, porque la Verdad no puede contradecir a la Verdad, sino armonizarse con ella y servirle de testimonio confirmativo", escribe en Doctrina decisiva. Como modelo de este método pone a Aristóteles que procede desde la razón para alcanzar la verdad.
El objetivo final común a la filosofía y a la teología es el conocimiento de Dios, sólo que son dos niveles de conocimiento que llevan a la misma conclusión. Por eso no hay nada extraño, ni heterodoxo, en partir de la fe para hacer después el esfuerzo racional de conocer y entender la verdad revelada. En todo caso, lo que hace peligrar la fe es su divulgación sin fundamento, como es la costumbre de los teólogos.
Contra Algazel, Averroes, se inclina por la eternidad
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