Beautiful Mind

John Forbes Nash Jr. es un matemático brillante y bien parecido, quien acaba de ingresar a la prestigiosa Universidad de Princeton para un postgrado, a través de una afamada beca. Nash está convencido que la única manera en que un hombre como él puede sobresalir, es descubriendo una idea original verdadera.

Para asombro de todos y de él mismo, este descubrimiento llega: La Teoría del Juego; la matemática de la competencia. Esto lo catapulta al MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), una institución para genios; sin embargo, su deseo de sobresalir le sigue acosando y su ambición ahora se centra en el Pentágono y la decodificación de mensajes ocultos al inicio de la Guerra Fría. No obstante sus planes, dos encuentros transformarán su existencia: La Esquizofrenia y el Amor. Estos elementos a la larga se convertirán respectivamente en su agonía y su éxtasis; su infierno y su redención.

Russell Crowe, el Gladiador de la pantalla ofrece sin lugar a dudas, la mejor actuación de su carrera, interpretando no sólo al Nash recien ingresado a Princeton en 1947, sino envejeciendo con él hasta 1994. En este renglón cabe destacar una labor de maquillaje sorprendente; el rol de Crowe no sólo sobresale por su extensa cronología, sino por las diferentes etapas de una enfermedad incurable y progresiva. Brillante, de verdad.

Jennifer Connelly (Réquiem por un Sueño) interpreta encantadoramente a Alicia, inicialmente alumna y posteriormente esposa de Nash; ella se convierte no sólo en su pareja, sino en su ángel, su musa y su heroína; es la única que lo entiende, lo mima, lo admira, lo cuida y por sobre todos los altibajos de la vida, le ama.

La química que esta sublime mujer y Russell Crowe generan en pantalla, saca chispas pese a lo extraño de la relación.

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