Biografia De Magali Garcia Ramis
Enviado por jei_tor • 6 de Noviembre de 2012 • 1.004 Palabras (5 Páginas) • 4.757 Visitas
(Santurce, Puerto Rico, 1946) Escritora puertorriqueña. Magali García Ramis ingresó en 1964 en la Universidad de Puerto Rico, en la que obtuvo el bachillerato en historia, y poco después empezó a publicar colaboraciones en el diario español El mundo.
En 1968 se trasladó a Nueva York para estudiar periodismo en la Universidad de Columbia. En 1971, de regreso a Puerto Rico, empezó a trabajar para El imparcial y para la revista literaria Avance y a escribir sus primeros cuentos. Tras una corta estancia en México, y de nuevo en Puerto Rico, ejerció desde 1977 la docencia en la Escuela de Comunicaciones de Puerto Rico. Es además habitual colaboradora en la prensa de su país.
Entre las obras de Magali García Ramis destacan las colecciones de cuentos La familia de todos nosotros (1976), sobre los cambios que traen las nuevas generaciones en las familias, y Las noches del Riel de oro (1995); la colección de ensayos La ciudad que me habita (1993); y la novela Felices días, tío Sergio (1987).
El chango como pájaro nacional
Por Magali García Ramis
A pesar de que dicen por ahí que el pájaro mas común de Puerto Rico es el "averiguao", este país, cuyos ciudadanos han logrado ponerse de acuerdo al menos en la selección de algunos símbolos nacionales, no tiene todavía un ave nacional que verdaderamente le represente.
Hay quienes quisieran que la cotorra fuera el ave nacional, a pesar de que está a punto de extinguirse, lo cual se puede interpretar de mil maneras. Hay quienes piensan que debe ser el pitirre el pájaro nacional, pues ven en él un símbolo aguerrido del puertorriqueño, y recitan convencidos: "a cada guaraguao le llega su pitirre".
Un grupo más idealista y pacifista desearía que la reinita, tan trabajadora, pequeña y delicada, nos representara internacionalmente. Y también hay seguidores del zumbadorcito de Puerto Rico, del músaro y hasta del falcón de sierra.
Lo importante de esta selección radica en el hecho de que es muy probable que el pájaro que una nación escoja para que le represente, pueda, en efecto, ayudar a dar cohesión a una identidad nacional; ser reflejo de lo que es, colectivamente, un país.
Bien sabido es, por ejemplo, que cuando Estados Unidos era sólo una joven república en proceso de escoger sus símbolos, el más sabio de los habitantes de las trece ex-colonias, Benjamín Franklin, propuso que ese país escogiera como ave nacional el pavo salvaje, oriundo de aquellos lares, para entonces muy abundante, pájaro de elegante plumaje y, probablemente, muy muy sabroso. Pero Franklin fue derrotado. Los norteamericanos escogieron, orgullosos, al águila calva: cazadora, carnívora, poderosa. Escogieron bien. La verdad es que un pavo salvaje espatarrado no tendría el cache que tiene el águila que, en igual posición, y con mazo de flechas en una patita y un ramo ¿de olivo? en la otra, ocupa, ostentosa, el centro del escudo nacional de los Estados Unidos.
Los puertorriqueños estamos a tiempo de no equivocarnos como Ben Franklin; podemos aún escoger un
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