Biografia de Celia Cruz.
Enviado por Aneisha Ivelisse • 7 de Marzo de 2017 • Biografía • 475 Palabras (2 Páginas) • 127 Visitas
Buenos días, mi nombre es Úrsula Hilaria Celia Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso, mejor conocida como Celia Cruz. Nací en el barrio Santos Suarez de la Habana el 21 de octubre de 1924. Soy la segunda hija de Simón Cruz y Catalina Alfonso. Tengo tres hermanos y once primos, a los cuales le arrullo con canciones de cuna. Esto fue lo que me impulso a comenzar a cantar. Mi madre, al igual, tiene una voz esplendida.
Un día normal, como cualquier otro, cante para un turista, que encantado con mi interpretación, me compro un par de zapatos. Al pasar el tiempo, llegaban más forasteros queriendo escucharme y todos me pagaban de la misma manera. Gracias a esto, pude calzar a todos los niños de la casa. Mi madre era la única que apoyaba mi sueño de ser cantante y bailarina. Mi padre quería que yo fuera maestra, por lo que yo intente satisfacerle y estudiar magisterio. Con lo que mi padre no contaba, era que mi corazón pudo más y justo cuando estaba a punto de terminar mi carrera, la abandone para ingresar en el Conservatorio Nacional de Música.
Participe en programas radiofónicos tales como: “La hora del té” y “La Corte Suprema del Aire”, en los que obtuve premios como una cadena de plata y un pastel. Más tarde, cante en las orquestas “Gloria Matancera” y “Sonoras Caracas” y fui parte del espectáculo “Las Mulatas de Fuego.”
Conocí al amor de mi vida, Pedro Knight, gracias a la música. Knight era trompetista de la reconocida orquesta cubana Sonora Matancera, a la que se unió en 1944 y a la que algunos años más tarde, en 1950, me integre yo. Surgió el amor entre ambos, aunque debido a la fama de mujeriego que precedía Pedro, preferí al principio no hacerle mucho caso. Knight, de hecho, tenía dos matrimonios previos y 6 hijos antes de su relación conmigo. Nuestro, sin embargo, resistió el paso del tiempo. Exiliados en Estados Unidos después del triunfo de la revolución en Cuba, nos casamos en 1962.
Solía decirle "cabecita de algodón" y "perucho". Fuimos dos cuerpos y un alma porque nos entendíamos sin hablare. Como toda pareja, tuvimos nuestras discusiones, pero nunca lo hicimos delante de nadie. No me gustaba tener un problema con Pedro e irme a la cama sin arreglarlo. Éramos el uno para el otro. Inicie mi carrera como solista y Pedro se convirtió en mi representante y director musical. Los dos éramos inseparables.
Nuestro matrimonio duro 41 años, hasta que lamentablemente fallecí siendo víctima de un tumor canceroso que tenía en mi cabeza. Morí con 78 años, pero puedo decir que fui muy feliz y más que bendecida durante mi tiempo en la tierra.
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