Biografias

1. La figura de la red

Crítica del difusionismo

Everett Rogers limita el concepto de innovación como a lo que se comunica en el proceso solo por ciertos canales en un sistema social.

Era la transmisión de un dato para persuadir a los demás. Este modelo se adaptó al “desarrollo”

A este desarrollo se vinculó al rechazo de las culturas tradicionales.

Rogers, 20 años después, reviso la teoría criticándolo, porque olvida el contexto, los interlocutores aislados, y cae en una causalidad mecánica.

Cambio el concepto de comunicación por “convergencia”, un proceso donde los personajes crean y comparten información para una mutua comprensión.

Cambio también el modelo difusionista por el “análisis de la red de comunicación”: Una red de individuos conectados por flujos estructurados de comunicación.

Se dan nuevos procedimientos de investigación para identificar: grupo afines llamados “bandas” en un sistema, “individuos-puente” que vincula varias bandas por ser miembro de una, “individuos- enlace” que vincula varias bandas pero no es miembro de ninguna.

Este modelo queda unido a la problemática de adoptar de innovar.

Por referencia a Gregory Bateson y la ecología del intelecto, Georg Simmel y la idea de la red de afiliaciones, y a la sociometría de Jacob L. Moreno.

Este último dio una base metodológica para medir las diferentes variables de una “red” de relaciones y cuantificar modelos de comunicación interindividual en un sistema.

Este esquema, indicaba actitudes positivas y negativas de los miembros en el grupo y designaba líderes, esto era esencial en la investigación de la “comunidad armónica”.

Evolucionaron las técnicas de comunicación (como videos) que favorecía al modelo horizontal que Rogers se oponía a los medios de comunicación centralizados, donde el difusionismo construyó su esquema vertical de persuasión.

En 1982, Rogers indica que se estaba dando un acercamiento entre la investigación científica y la investigación empírica, esto provoca la crítica a la comunicación estadounidense. Rogers los justifica ya que la escuela empírica empezó a integrar en su análisis los procesos y métodos de la comunicación.

La red desea crear una sociedad más armonizada, la comunicación generaría el igualitarismo.

En los ochentas, Bruno Latour y Michel Callon, dos sociólogos del centro de sociología e investigación oponen el modelo difusionista y el modelo de la traducción. Mediante la traducción se captan los elementos diferentes de una red para interrelacionarlos.

Algunos sociólogos la criticaron porque deshumanizaba al ser humano, ya que lo igualaba a la máquina.

Las ciencias cognitivas

Su campo es la cognición, el conocimiento no como estado o contenido, sino como actividad. Su emergencia no puede desligarse de la tecnología cognitiva, de las máquinas de pensar que reproducen las actividades mentales. Estas ciencias no constituyen un saber unificado, sino una amplia encrucijada en la que se cruzan diversas disciplinas (la neurología, la antropología, la biología, la psicología, la lingüística)

Las ciencias cognitivas se formaron en los Estados Unidos en los años cuarenta, con el movimiento cibernético del advenimiento de la teoría de la información, y el desarrollo de la lógica matemática para describir el funcionamiento del sistema nervioso y del razonamiento humano. Prosiguieron con la hipótesis a partir de la segunda mitad de los años cincuenta, según la cual la inteligencia se asemeja a un ordenador que la cognición puede definirse como la computación de representaciones simbólicas. La inteligencia artificial será su proyección literal. En el centro de esta hipótesis, la noción de representación induce una manera de comprender el funcionamiento del cerebro como dispositivo de tratamiento de información que reacciona de forma selectiva ante el entorno, ante la información que llega del mundo exterior. La inteligencia artificial considera a la organización como un sistema abierto en constante interacción con ese entorno.

Dos biólogos chilenos, Humberto

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