Borges
Enviado por maaihherrera • 22 de Septiembre de 2013 • Informe • 325 Palabras (2 Páginas) • 246 Visitas
En Cuaderno San Martín (1929) publica la poesía:
“Fundación mitológica de Buenos Aires”, que más tarde se llamó “Fundación mítica de Buenos Aires”. En ella, Borges habla de cómo fue la fundación de la ciudad. Es profundo el sentimiento de pertenencia a la misma desde la localización de la fundación:
Dicen que en el riachuelo,
Pero son embelecos fraguados en la Boca.
Fue una manzana entera y en mi barrio: en
[Palermo]
Aún más, precisa las calles de la supuesta fundación:
Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga
Con la utilización reiterada de los pronombres posesivos nos manifiesta la proximidad que siente hacia su patria:
...que las proas vinieron a fundarme la patria
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La manzana pareja que persiste en mi barrio
En ésta manzana a la que Sólo le falta una cosa: la vereda de enfrente. Borges enumera los elementos propios de la ciudad que encontraremos a lo largo de toda su obra: el almacén rosado, el truco, el compadre, la esquina, el horizonte, el corralón, el tango, la cigarrería y el desierto.
Borges inicia el poema con una pregunta, a la cual responde en los dos últimos versos:
¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
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A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
La juzgo tan eterna como el agua y el aire.
La respuesta es categórica, para él su patria existió siempre. Tema recurrente en Borges: la eternidad.
Por otro lado, en el prólogo a la reedición de 1969, Borges anota como observación: “Ante la indignación de la crítica, que no perdona que un autor se arrepienta, escribo ahora Fundación mítica de Buenos Aires y no Fundación mitológica..., ya que la última palabra sugiere macizas divinidades de mármol”. Consideramos acertadísima la observación de Borges, nada más alejado de la idea de historia estática -“de mármol”- surge de la lectura del poema, donde el poeta deja traslucir el sentimiento de fundación a la manera de permanente reencuentro con la patria: la juzgo tan eterna como el agua y el aire.
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