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Catarsis Del Mexicano


Enviado por   •  29 de Octubre de 2014  •  967 Palabras (4 Páginas)  •  604 Visitas

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SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD. Consiste en la minusvaloración o disvaloración hecha por el mexicano de su propio ser. Nace al medirse y compararse con normas y valores ajenos. La cuestión es elevada a categoría filosófica por Samuel Ramos (1897-1959) en El perfil del hombre y la cultura en México, donde el sentimiento de inferioridad adquiere rango de nota fundamental del hombre mexicano, creándose así la primera antropología filosófica de la cultura nacional.

Samuel Ramos, más allá de la sociología y de la psicología, obtiene su objeto de una filosofía de la historia creada por él, cuyas categorías no pierden su significado ante nuevas visiones de la historia. El sentimiento de inferioridad permea la vida nacional. Tiene su origen en los acontecimientos históricos del país y se expresa en una configuración antropológica. En la primera mitad del siglo lo expresan distintos grupos sociales a través de específicos rasgos psicológicos. El sentimiento de inferioridad se ha manifestado en la historia de diversas maneras. La constante de su proceso ha sido la “comparación”, efectuada por la valoración y la definición de lo nacional en relación con otros parámetros culturales. El sentimiento de inferioridad aparece en la Colonia. Al inicio se configura bajo dos vías: la indígena y la del español radicado en América. La conquista y la colonización, espiritual principalmente, minusvaloran al hombre y la cultura de la tierra; el indígena experimenta cómo realiza su trabajo para beneficio del conquistador y cómo en el producto del mismo queda ahogada su voluntad creadora, sobresaliendo el signo de humillación y de dominación. La humanidad indígena es reducida a homúnculos, según la expresión de Ginés de Sepúlveda, pues no se le reconoce plena capacidad para la religión y la cultura ni para el propio gobierno. Los españoles y los criollos ven igualmente disminuida su humanidad.

El español avecinado en América pretende continuar la vida española, pero no es europeo porque habita en América, tampoco es americano porque conserva su sentido europeo de vida. El criollo y algunos mestizos son confinados a desempeñar cargos burocráticos menores y carecen de los privilegios habidos para los españoles peninsulares. El testimonio más acendrado se debe a Antonio de Ahumada, quien hace una exposición de los agravios recibidos de los peninsulares, bajo el argumento de una supuesta cortedad racional.

En el período independiente el sentimiento de inferioridad se agudiza: unos mexicanos intentan proseguir formas políticas y religiosas del pasado colonial; otros, proporcionadores del sentido histórico, procuran asegurar el itinerario de la modernidad. Esta fragmentación del hombre, producto de las luchas internas y la pérdida del territorio norteño, conducen al pesimismo y la desconfianza, semillas históricas de la extranjerización del porfiriato, cuando se adoptan patrones de vida europeos, ajenos a la realidad circundante, para

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