Cicatrices
Enviado por lulesmo • 19 de Mayo de 2015 • 565 Palabras (3 Páginas) • 142 Visitas
Su aspecto físico es saludable. Un rosario cuelga de su cuello y la mirada va siempre hacia un mismo lugar. Carlos tiene 45 años. Desde los 12 y hasta los 37 vivió la peor pesadilla de su vida. Fue 25 años alcohólico. Asegura que el alcoholismo es una “enfermedad mental”. Dijo que muchas veces estuvo en “coma alcohólico” y que por eso, la década del 90 es una nebulosa en su vida “vivía meses borracho”. Asegura que “estuvo muerto en vida” y que lo apuñalaron una vez. Es líder en Alcohólicos Anónimos. Allí, recuperó su vida.
Elige sentarse en el mismo sitio que siempre, él se siente cómodo ahí. Es una silla plástica blanca de las tantas que se ubican en forma de rueda en una pequeña sede que se ubica en el patio de la Parroquia María Auxiliadora. Allí, han pasado y permanecen, miles de historias de seres humanos impotentes que bregan por cambiar de vida. Carlos recibió ahí a Jornada, aclarando que la entrevista fue consensuada con sus pares. Aseguró que el anonimato es lo más importante del grupo de autoayuda y que es por eso, que no dá su apellido y pide ser fotografiado de espaldas.
“El alcoholismo es una enfermedad mental” aseguró. “Nacemos propensos a ser adictos.
Yo tomé 25 años, me hice el chequeo médico con mucho miedo seis meses después de dejar y ahí empezó mi creencia porque me dí cuenta que estaba sano de todo”, comenzó diciendo.
“La enfermedad es lenta y progresiva. Empecé a tomar a los 12 y hasta los 37 con cerveza en una esquina como todos los chicos de mi edad. No le echo la culpa a las amistades. Los que tomaban conmigo, no quedaron pegados, yo sí. Me enfermé desde que tomé el primer trago. Ahí lo descubrí. Dicen que la enfermedad viene adquirida. Nacemos propensos a ser adictos. Si bien esa borrachera que fue terrible, cualquier chico de mi edad hubiese dicho: no tomo más” confió apretando fuerte sus manos como signo de bronca hacia la situación.
¿Cómo siguió?..Carlos asegura que después de ese día en que su malestar físico fue importante, buscó el mismo efecto de nuevo. Así, con el paso del tiempo advirtió que tenía serios problemas, incluso porque se veía involucrado en peleas casi en forma constante. “El enfermo se distingue porque se mete en problemas. Al otro día se despierta no sabiendo qué hizo….eso me acompañó desde los 12 años”, aseguró.
Una década en la nebulosa
Carlos se refirió la forma en que se fue transformando su vida. “Hasta los 18 años, bebía cada 2 o 3 días, no era mi intención tomar. Cuando empecé a ingerir bebidas blancas y ví que el organismo lo soportaba entré en otro círculo de tomadores fuertes” consignó, admitiendo que poco después (a los 19) empezó a trabajar y la situación se repetía allí. “Tomaba en el trabajo y fuera. Supe ir a trabajar en estado de ebriedad. A los
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