Cocko Mi autobiografía
Enviado por Osvaldo Páiz • 31 de Enero de 2018 • Resumen • 4.571 Palabras (19 Páginas) • 201 Visitas
Mi autobiografía
Todo empezó un día jueves cuando yo nací el 13 de noviembre de 1997 a las 5:00 a.m., en la aldea el Aguacate municipio de Nentón departamento de Huehuetenango, yo no nací en una clínica ni mucho menos en un hospital, yo nací en la cama de mi mamá, y la partera que atendió a mi mamá ese día fue mi abuela, no fui el primer hijo, el día en que yo nací buscaron mi nombre, y me habían puesto Aníbal, pero resulta que mi mamá no fue la única que dio a luz esa mañana, hubo otra señora, pero como yo había nacido antes, así que su suegro de aquella señora llego con mi abuela a preguntar si es cierto que había tenido un nieto, y pues mi abuela dijo que sí, entonces él preguntó que como me llamaba, y mi abuela dijo que yo me llamaba Aníbal, entonces de plano que al señor le gusto mi nombre.
Pasaron los días, cuando mis papas se van enterando de aquella señora que dio a luz esa mañana junto con mi mamá también tuvo un varón, y él se llamó Aníbal, y habían dicho que habían robado mi nombre, pero el día que se enteraron ellos me buscaron otro nombre, y me llamé Osvaldo, y ahora ¿por qué Osvaldo? Osvaldo porque mi papá tenía un amigo en Santa Ana Huista, y él se llamaba o se llama Osvaldo Rubein, ése señor era un ingeniero, y creo que trabajaba con mi papá por eso se conocían, y de plano que por eso así me llamo, y así fue cómo surgió mi nombre, y como fui surgiendo.
De hecho no fui en primer hijo, tengo una hermana mayor, porque mis papas se habían juntado muy jóvenes, por su puesto ellos no habían cumplido los 18 años. Mi papá, Nicolás Páiz Páiz nació el 22 de marzo de 1978 hijo de mateo Páiz Lucas y de Angelina Páiz Domingo, (fallecida) y mi mamá Isabela Lucas Páiz que nació el 17 de febrero de 1979 hija de Marcos Lucas Velasco y de Victoria Páiz Páiz, (fallecida). Mi papá trabaja en los Estados Unidos, yo tenía 6 años cuando él se fue, nos dejó con mis hermanos y mi mamá, mi primera hermana se llama Magdalena Páiz Lucas, luego sigo yo, después mi hermano Cesar Danilo Páiz Lucas y por ultimo mi hermanita Glendy Victoria Páiz Lucas, cuando él se fue, ya solo me acuerdo que llevó una televisión a mi casa con tal de que nos contentáramos, cuando él salió de mi casa me dio un beso en mi mejía tanto igual a mis hermanitos, mi hermana más chiquita tenía en ese entonces dos años de edad, pero poco a poco lo fuimos superando, yo miraba a mi mamá llorando por él, en esos tiempos no habían teléfonos celulares para estar hablando todo el tiempo, costaba Q1.oo el minuto, pero iban a ir a hablar hasta la frontera de Gracias Adiós, no pasó mucho tiempo cuando mi abuelo trajo una compañía de telefonía que se llamaba Telgua, en ese entonces empecé a hablar con mi papá, aprecio mucho a mi mamá que nunca los abandonó cuando éramos niños, mi papá hoy en día lleva 14 años estando ahí.
Pero gracias a Dios él siempre nos ha fue ayudando a nosotros su familia. Y así como empezó mi vida, cuando yo tenía 5 años siempre quería ir a la escuela, pero los maestros no me aceptaban, porque primero tenía que tener 6 años cumplidos para empezar a ir a la escuela, cuando los maestros le dijeron eso a mi mamá, yo empecé a llorar, yo siempre había soñado ir a la escuela, los maestros vieron que yo estaba llorando, así que ellos le dijeron a mi mamá que yo podía asistir pero que yo iba a valer ese año por el simple hecho que yo no había cumplido los 6 años, así que yo empecé ir.
Yo no tenía mochila, solo llevaba un morralito de lana ahí metía mi cuaderno, me acuerdo que yo llevaba mi sillita para sentarme, , porque en ese entonces no habían suficientes escritorios, yo me metía en cualquier aula, me iba a sentar junto con un mi tío que entraba en sexto primaria, y luego el director me llevó en el aula de párvulos, pero yo estaba consciente que ese año no me iba a valer, la maestra que me daba clases se llamaba Marendy, al pasar el tiempo fui ajustando mis 6 años, acabó en año, yo ya esperaba que llegara enero, para poder ir a clases y entrar en verdad a la escuela, en las vacaciones yo llevé a mi mamá para que me fura a inscribir.
Y así fue, llegó enero otra vez y ahí sí empecé clases de verdad con la misma maestra, yo ya había agarrado confianza con ella, ella era de Huehuetenango, luego gané y me metí en primero primaria, en ese año aprendí a leer gracias a mi maestro Hilario Rojas Silvestre, él era de Jacaltenango, luego al siguiente año estuve en segundo, también el mismo maestro nos dio clases, él era muy estricto, con una basura que miraba debajo del escritorio él nos dijera que formáramos filas, yo me metía en la fila, pero resulta que él quería eso solo para que nos pegara, él siempre nos enseñó a ser ordenados, siempre fue un buen maestro.
A mí solo unas cuantas veces me pegó, pero a los demás casi diaria los pegaban, ya casi estábamos en el mes de marzo cuando una muchacha se incorporó con nosotros que se llamaba Eva, talvez suene chistoso pero ella me gustó, ella era hija de una pastor evangélico que venían de una aldea que se llama Sebeb’, pero había otro problema, que en esa misma aula asistían varias muchachitas que estaban bonitas, ellas eran Ruth, Hilaria, Guillermina y Elena, antes de que viniera Eva, a mí me gustaba la que se llamaba Ruth, y la Elena, pero resulta que estas eran primas, pero lo más peor es que yo nunca me anime a hablarle a ellas.
El maestro o sea el profesor Hilaria, siempre fue muy cariñoso conmigo, yo siempre le llevaba yerba a él, agarré mucha confianza con él. Un día me acuerdo que nosotros estábamos en clases cuando él me llamo por mi nombre también a la famosa Eva, yo me a contenté a la vez me espanté, cuando nosotros estábamos afuera él nos dijo que nos fuéramos a su cocina, cuando nosotros entramos en la cocina, estaba en la mesa un pastel, de color amarillo, de plano que era de sabor piña, luego resulta que mi maestra Marendy nos sirvió el pastel, nos pasó no sé cuántos pedazos a cada quien, y nos sentamos a comer el pastel.
El profesor me dijo que lo tenía que acabar, pero como comía poquito, nunca lo acababa, en cambio aquella muchacha rápido lo acabó, pero lo tuve que acabar, y así empecé a tener amistades, más tarde me voy enterando que mis maestros que yo había tenido ellos eran novios y por eso vivían juntos, a mí me sorprendió eso, porque ambos me querían, y así tubo aún más confianza con ellos. Cuando había fiestas como 10 de mayo o 15 de septiembre yo siempre pasa a bailar con las muchachas antes mencionado, a mí me gustaba mucho bailar, porque un día mi papá me dijo que yo podía bailar y me enseñaba a bailar cumbia y merengue me acuerdo, y así como fue surgiendo todo. Pasó el tiempo, yo crucé el año a tercer, fue ese año que cambié de maestro,
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