DAVID NEELEMAN. “Hora de marcharse”

DAVID NEELEMAN.

“Hora de marcharse”

David Neeleman es un ejemplo claro de un empresario exitoso, debido a que a pesar de la adversidad, supo como salir adelante y volver a retomar su camino.

David Neeleman desde muy joven estuvo dedicado al negocio de las aerolíneas, tenía ideas brillantes, que por sobre todas cosas destacaban de entre sus competidores, por las ideas innovadoras que implemento en cada una de ellas, haciendo del “Servicio al cliente” un nuevo concepto que al adquirir sus servicios con ello adquirir este “Plus” atención, puntualidad y precios económicos.

La pasión por el servicio a sus clientes, se la inculcó su abuelo desde muy pequeño, ya que tenían un negocio familiar, y en él, lo más importante era satisfacer las necesidades de los clientes, ya que ellos al sentirse complacidos, regresarían al negocio y volverían a comprar o a utilizar el servicio.

Neeleman, desde sus inicios puso en primer lugar la “satisfacción de las personas”, esto incluye a los clientes y a los empleados de su compañía ¿la razón?, él creía que si sus empleados estaban complacidos tanto como con el lugar de trabajo, como con el salario y como con el ambiente laboral, estarían contentos, y con ello transmitirían ese entusiasmo a los clientes y los atenderían con esmero, dedicación y amabilidad.

A lo largo de su vida invirtió sus conocimientos, técnicas y estrategias en algunas empresas, con ello adquirió aun mas experiencia, lo que le sirvió para crear “JetBlue”, una aerolínea con un concepto completamente distinto, la compañía ofrecía el mejor servicio a el menos costo, lo cual obviamente resultaría atractivo para los clientes, ésta aerolínea no hacía distinciones entre sus pasajeros a quien llamaba clientes, pues consideraba que éstos no solo se transportaban de un lugar a otro, sino que al hacer dicha acción obtenían un servicio por lo cual debían denominarse “clientes”, al no hacer distinciones, me refiero a que no había clases bajas o altas dentro del avión, todos los pasajeros gozaban de las mismas comodidades, Neeleman a veces viajaba con ellos para preguntarles a sus clientes que pensaban acerca del servicio, y con ello mejorarlo, estaba al pendiente de las necesidades de clientes y empleados, y con ello la compañía resultó en poco tiempo un éxito, tenía ganancias envidiables y estaba posicionada entre las mejores.

Todo iba bien, hasta un mal día cuando una tormenta hizo que la planeación de la aerolínea se viera afectada, los vuelos no pudieron efectuarse, hubo quejas de los clientes etc. Neeleman intentó solucionar el problema para que la compañía no perdiera su cartera de clientes, sin embargo, los inversionistas adjuntos no estuvieron de acuerdo con éstas decisiones y terminaron por destituirlo de su puesto, lo cual fue un duro golpe para él terminando por renunciar definitivamente a la empresa.

Inició un nuevo camino en Brasil, su nuevo proyecto de aerolíneas llamada “azul” la cual cuenta con la misma esencia de “JetBlue”, y actualmente es una de las mejores dentro del ramo, pero en ésta compañía Neeleman se aseguro de apropiarse de todas las acciones con opción a voto, para que nunca más pudieran volver a destituirlo de su puesto y con ello quitarle su empresa.

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