EL YO MISMO

La tragedia surge en Atenas en el siglo V a.C. según Murray después de la bancarrota de los dioses olímpicos y de la polis. Tuvo como consecuencia la pérdida de la fe y el planteamiento de los grandes interrogantes vivenciales y la búsqueda de respuestas.

Etimológicamente significa “macho cabrío” (tragos) y cantar, sería por lo tanto “el canto del macho cabrío”, quizás en referencia al premio que era dado al vencedor del certamen trágico (un macho cabrío) o el sacrificio de este animal sagrado a Dionisos.

Tanto comedia como tragedia se originaron espontáneamente, una de los entonadores del ditirambo, la otra de los cantos fálicos y a partir de tal estado fueron desarrollados poco a poco hasta llegar al que estamos presenciando. Y la tragedia, después de haber variado de muchas maneras y haber conseguido el estado conveniente a su naturaleza se fijó.

En cuanto al número de actores, comenzó Esquilo por aumentarlos de uno a dos: disminuyó la parte del coro y dio al diálogo la principal. Sófocles elevó a tres el número de actores e hizo decorar el escenario. Más introducido el diálogo, la naturaleza de la tragedia halló la métrica que le era propia.

Definición: es reproducción imitativa de acciones esforzadas, perfectas, grandiosas, en deleitoso lenguaje, cada peculiar deleite en su correspondiente parte; imitación de varones en acción, no simple recitado, e imitación que determine entre conmiseración y terror el término medio en que los afectos adquieren estado de pureza.

Las seis partes constitutivas de la tragedia:

-Argumento o trama

-Los caracteres éticos

-El recitado o dicción

-Las ideas

-El espectáculo

-El canto

“La tragedia es imitación de una acción entera y perfecta y con una cierta magnitud, porque una cosa puede ser entera y no tener magnitud. Está y es entero lo que tenga principio, medio y final”

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