El Numero 23

EL NÚMERO 23 (NUMBER 23, EEUU 2006, Thriller, 95 Minutos)

Dirección: Joel Schumacher.

Guión: Fernley Phillips.

Reparto: Jim Carrey, Virginia Madsen, Danny Huston, Rhona Mitra, Mark Pellegrino.

Música: Harry Gregson-Williams.

Valoración: 3/10

Resumen: Walter, un sencillo funcionario, recibe por su cumpleaños un libro como regalo. Mientras avanza en su lectura, Walter está cada vez más convencido de la novela relata su propia vida. El número 23 parece ser la clave de todo el misterio.

Crítica: Dicen que la locura es repetir enfermizamente siempre la misma acción y esperar resultados diferentes. (Bien se podrían aplicar esa máxima algunos ejecutivos de Hollywood). Pero la locura también es la obsesión con ideas absurdas a las que además se les intenta dar una lógica, trascendencia y profundidad de cara al crédulo prójimo. El Número 23 se presentó como un thriller con pretensiones de profundizar en la dinámica de la sinrazón, pero se queda en un truco matemático en el que las cuentas nunca cuadran. En una obsesión personal que no apasiona a nadie más. La trama no gira alrededor de las propiedades aparentemente omnipresentes y todopoderosas del número 23. La trama ES el número 23. Imaginar un simposio sobre la numerología, la relación de las cifras con el futuro o sobre el número pi es acercarse demasiado a la dinámica del filme del irregular Schumacher. Para aderezar tanta sosería de matemática quiromántica, se crea de la nada paralelamente un universo neo noir en el que, entre caóticos experimentos visuales, pasamos del thriller psicológico directamente al psiquiátrico. Aprisionados por sumas, restas, alegres coincidencias, actores desapasionados, ligera paranoia, las siempre presentes pérdidas de memoria, personalidades psicóticas, detectives forrados en cuero y chicas fatales sobre explotadas, pasa una hora de larguísima, confusa y tediosa introducción que deriva en un decepcionante callejón sin salida. Tanta vuelta, tanta cifra, tanto dato, tanto “yuyu”, tanto 23 para al final tratar de esconder entre pretensiones existencialistas un tópico misterio de telefilme, de giros de guión pasados de rosca. En definitiva, todo esto del 23 suena a una mera excusa para hacer una película que queda a su vez convertida en excusa. En excusa para tapar una historia endeble con una interesante (los cinco primeros minutos) curiosidad matemática. Una excusa para ver a Carrey descontextualizado de sus habituales esparajismos, pero atrapado en unos personajes sin gancho. Una excusa para que un agotado y agotador Schumacher pueda realizar algunas piruetas visuales. Una excusa para juntar algunas ideas interesantes y esperar que mezclándolas salga una historia y no una locura.

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