El ritmo y el dinamismo de la sociedad
Enviado por Cevane • 16 de Junio de 2014 • Tutorial • 5.105 Palabras (21 Páginas) • 429 Visitas
INTRODUCCIÓN
El ritmo y el dinamismo de la sociedad imprimen a los grupos humanos nuevos perfiles biológicos y conductuales. Los cambios observados en la trayectoria humana permiten constatar: el envejecimiento poblacional, el crecimiento de las poblaciones de las ciudades, los fenómenos migratorios entre los pueblos, las mudanzas en los patrones epidemiológicos, el fenómeno de la globalización, que agiliza el intercambio de las informaciones sobre salud a nivel mundial etc. Estos y muchos otros fenómenos más cambiaron las demandas y fomentaron la reformulación de las prácticas de salud. Hecho que conlleva la necesidad de asistir a las poblaciones de un modo cada vez más rápido, actuar en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades, todo ello, apuntando hacia una asistencia en salud más efectiva.
Tal contexto, de acuerdo con Lorenzo et. al. (2002), apunta hacia un incremento en la asistencia sanitaria mientras la gran circulación de informaciones sobre salud-enfermedad-cuidado hará con que los pacientes estén cada vez más informados sobre sus quejas y actúen menos como pacientes y más como agentes de su propio proceso de diagnóstico y cuidados. Este fenómeno, de acuerdo con los referidos autores, implicará formas muy distintas a lo que se practica en la actualidad y no resultará extraño hablar de cuidados primarios de salud impartidos por teléfono, vía Internet, a través de orientaciones en salas de Chat, por voz y cámara web (FORTIM, 2004; FORTIM; CONSENTINO, 2007) y además, realizados en grupos (MARTÍNEZ, 2003).
A nivel mundial, constatamos el surgimiento de nuevos modelos de asistencia mediados por la comprensión de una salud comunitaria construida y asistida de modo interdisciplinario. Bajo esta perspectiva surgieron nuevas profesiones para actuar en salud, como por ejemplo, en Brasil, el agente comunitário, A la vez, se han exigido de las profesiones ya consolidadas otras configuraciones teóricas y prácticas para atender al nuevo criterio de salud demandado. La actuación de psicólogos en salud pública y la inauguración de su asistencia a nivel primario representan un intento de responder a esa nueva demanda profesional.
La mirada hacia los psicólogos actuantes en salud pública señala el carácter novedoso de sus actividades en este campo y pone de manifiesto los escenarios de diversificación de su asistencia en los varios niveles de atención en salud. Cabe subrayar que la prevención de enfermedades es, de entre todas las novedades de acción psicológica, la menos desarrollada y conocida. Esto porque históricamente la psicología ha nacido clínica cuyo carácter curativo desborda el preventivo. Actualmente, el contexto de salud pública exige que la prevención avance hacia niveles optimizados.
El énfasis sobre la prevención indica por un lado una pluralidad de acciones, y por otro, la dificultad en adecuar cada acción a su nivel de pertenencia.
Esa coyuntura deberá tener en psicología de la salud su soporte epistemológico y práctico.
Las aportaciones de la psicología de la salud a la salud pública son todavía complejas. Su concepto presenta una historia muy corta y de acuerdo con Lovelle (2003), su desarrollo aún se encuentra en periodo embrionario. Por esta razón, y considerando que el presente trabajo no tiene la intención de discutir su concepto, utilizaremos aquí la definición de la American Psychological Association (APA), como estándar para el desarrollo de este trabajo.
La psicología de la salud es la suma de las contribuciones educacionales, científicas y profesionales de la disciplina psicológica a la promoción y el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento de las enfermedades, la identificación de la etiología y el diagnostico de los factores asociados a la salud, la enfermedad u otras disfunciones asociadas, así como al análisis y ayuda al sistema de salud y formación de la política sanitaria (apud LOVELLE, 2003).
Las contribuciones de la psicología de la salud deberán aportar a las intervenciones del psicólogo en la sanidad pública, el fundamento epistemológico y práctico para sus acciones en los tres niveles de salud. A nivel primario (Atención Primaria de Salud (APS)), las intervenciones deben volcarse en la salud general de los individuos dentro de sus colectivos sociales, priorizándose la asistencia de promoción de la de salud y de prevención de enfermedades. A nivel secundario (Atención Secundaria de Salud (ASS)), se brindan las intervenciones especializadas, cuyo objetivo principal es la salud mental. Ahí es donde actúan los psicólogos clínicos. El nivel terciario (Atención Terciaria de Salud (ATS)) enmarca las actuaciones en los hospitales y las investigaciones epidemiológicas.
Ante lo expuesto, el presente artículo tiene por objeto presentar y explicar algunas nociones sobre promoción de la salud; subrayar la prevención de enfermedades; enseñar la compatibilidad de las acciones de salud con la propuesta de trabajo del psicólogo en salud pública; y, por último, proponer sin ánimo de exhaustividad, una guía de actividades del psicólogo para sus actuaciones en los tres niveles de asistencia en salud pública. Para darle un carácter más didáctico se vincularán las acciones a su nivel de salud, para así destacar las diversas posibilidades desde dónde y cuándo hacer la prevención.
LA PROMOCIÓN DE LA SALUD GENERAL
Al día de hoy todavía hay confusión entre los conceptos de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. De hecho, esto ocurre porque algunas veces una misma intervención puede valer para los dos casos. Para Godoy (1999, p. 61-62) la promoción de la salud es
[…] el conjunto de actuaciones volcadas a la protección, mantenimiento y mejoría de la salud y a nivel operativo, al conjunto de actuaciones (centradas en el individuo y/o en la comunidad) relacionadas con el diseño, elaboración, aplicación y evaluación de programas y actividades volcadas a la educación, protección, mantenimiento y mejoría de la salud (de los individuos, grupos o comunidades).
Guibert Reyes, Grau Abalo y Prendes Labrada (1999, p. 182), asociando la educación con la promoción de la salud, afirman que promover la salud significa educar, es decir, instaurar en la población un comportamiento que haya demostrado ser realmente efectivo para una salud óptima. Esto requiere formar nuevas conductas, modificar actitudes, fortalecer motivos especiales y fomentar creencias favorables mediante diferentes tipos de relaciones funcionales: formulaciones verbales, campañas, desempeños efectivos, trabajo en grupo, intermediación en centros laborales, intersectorialidad, etc., que propicien la condición de salud, pero que además definan cómo esos comportamientos se han de instaurar.
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