Etica De Hipona
Enviado por tanxys • 10 de Mayo de 2012 • 4.646 Palabras (19 Páginas) • 692 Visitas
1. Introducción
2. Vida y obra
3. Conversión
3.1. Al cristianismo
3.2. La racionalidad de la fe como superación de la duda
3.3. La certeza de la autoconciencia
3.4. La investigación agustiniana de la verdad
3.5. La doctrina de la iluminación agustiniana
3.6. La verdad y los niveles del conocimiento
3.7. El problema del tiempo
4. Elementos fundamentales de la ética agustiniana
4.1 La virtud como práctica
4.2 El amor
4.3. Clases de amor: caritas y cupiditas
4.4. La distinción de Dios como único
4.5. El problema del mal en la obligación y responsabilidad moral
4.6. Destino del ser humano para ser feliz por medio de la fe en Dios y su gracia
5. Bibliografía
1. Introducción
Para San Agustín, la sabiduría era la meta de la vida. Por eso fu deambulando por las distintas escuelas filosóficas de la época hasta encontrar las más idóneas para los fines que se proponía. Según él, solo el pensamiento neoplatónico se ajustaba a las condiciones que exigía, pero siempre con el apoyo de la fe cristiana. La sabiduría por tanto, quedaba definida p or dos componentes: Razón humana (Neoplatonismo) y Autoridad de Cristo (Experiencia mística de Dios).
Según las influencias adquiridas, el pensamiento de San Agustín atravesó 4 etapas:
a. Maniqueísmo (La razón humana puede por si sola hacer sabios a los hombres)
b. Escepticismo (Neo-academicismo)
c. Neoplatonismo (Plotino, Porfirio)
d. Cristianismo (La Fe)
Una constante en el Santo de Hipona en las diversas filosofías tratadas es la búsqueda de la Trinidad en el hombre y en la creación como imágenes imperfectas de la Trinidad Divina.
2. Vida y obra
San Agustín nació el 13 de noviembre de 354en la ciudad de Tagaste, en la provincia de Numidia, el 13 de noviembre de 354. Aprendió los rudimentos del latín y de la aritmética con un maestro de Tagaste y, lo cierto es que dicha lengua le resultó odiosa y nunca llegó a leerla con facilidad.
En el 370, año en que se convirtió al catolicismo, inició estudios de retórica en Cartago, resultando un brillante estudiante a pesar de la ruptura que el ambiente vicioso de la ciudad portuaria le indujo con los valores del cristianismo. Tuvo un hijo llamado Adeodato. La lectura del Hortensio de Cicerón le estimuló para iniciar el camino de búsqueda de la verdad.
En el año 374 en Cartago, abrió una escuela de retórica enseñando gramática y literatura latinas durante un año permaneciendo hasta el 383. Recibió un premio de poesía y escribió su primera obra en prosa.
De igual manera abrió una escuela de retórica en Roma, donde esperaba encontrar estudiantes menos revoltosos que en Cartago.
En el año 384 obtuvo un puesto de profesor municipal de retórica en Milán, inclinándose filosóficamente hacia el escepticismo académico. La conversión intelectual de San Agustín, fruto de la lectura de las obras neoplatónicas, fue paralela a su conversión moral.
Enfermo de pulmón, se retiró del profesorado y en Cassiciaco se esforzó, mediante la lectura, la reflexión y las conversaciones con sus amigos, en lograr una mejor comprensión del cristianismo se trasladó a África en otoño de 388.
Nombrado obispo auxiliar de Hipona en 395-396, tras la muerte de Valerio —obispo de Hipona— le sucedió en el cargo el 396, ocupándose de la tarea de luchar frente al cisma donatista cuando sus deseos quizás hubieran ido encaminados a una tranquila vida de oración y estudio, pese a lo cual encontró tiempo para comenzar sus Confesiones terminadas en 400 y para escribir parte de su De Doctrina Cristiana cuyo cuarto libro fue añadido en 426.
3. La superación del escepticismo académico
3.1. La influencia de Cicerón en Contra académicos
Se puede decir que él era muy apegado a su Fe cristiana. Se habla que él se indignó por no haber entendido ante la lectura del Nuevo Testamento y en particular los escritos de San Pablo de la Carta a los Romanos. En los cuales partía de los buenos principios morales. Evitar las contiendas, las envidia, buscar a nuestro Señor Jesucristo y no buscar los antojos de las pasiones carnales, amplió su Fe en el cristianismo mediante conversaciones con sus amigos, la lecturas sobre todo las de Cicerón (1), que lo impulso a dedicarse a los problemas filosófico y la reflexión. San Agustín comparó en la lectura filosófica del Cicerón con la brusquedad de la investigación de la verdad,, aun sin alcanzarla para lograr la felicidad. Afirmaba que la felicidad se alcanza viviendo conforme a la razón.
3.2. La racionalidad de la fe como superación de la duda
San Agustín reconoce que hay dos modos de conocer la racionalidad: la razón y la autoridad. Sin embargo, estos modos de conocer no son incompatibles sino que se complementan. En último término, incluso la fe descansa en un acto de la razón: la razón natural puede llegar, mediante la actividad filosófica, a la afirmación de la existencia de Dios. Ahora bien, el Santo es perfectamente consciente de los límites de la razón y del entendimiento humano en orden al conocimiento de la esencia de Dios. Así que la fe ayuda a ir más allá de los límites de la razón, de modo que la verdadera oposición filosófica no se halla entre la razón y la fe, sino entre la razón y la duda. La fe es conforme con la razón y la razón es conforme con la fe, por ejemplo:
(1) Cicerón: Fue filosofo selecto y cónsul Romano. Rechazaba el escepticismo radical por razones de moral y social mas que epistemológico, una de sus obras sobre la felicidad, consiste en si es necesaria la posesión de la verdad para ser feliz.
a) antes de darse la fe, la razón presenta lo que se puede creer mediante razones naturales, que permiten, a su vez, adherirse a la fe revelada;
b) una vez recibida la fe, la razón supera sus propios límites mediante la iluminación divina.
Para San Agustínel cristianismo es la culminación de la Filosofía, entendida como sabiduría. De ahí que en su sentido más alto identifique la filosofía con la sabiduría cristiana. Lo que formula San Agustín no es una doctrina religiosa sin más: es la filosofía verdadera, la sabiduría que ha alcanzado con el cristianismo su plenitud.
La investigación filosófica agustiniana es eminentemente práctica, no especulativa. Sam Agustín quiere que los resultados de su investigación le sirvan para alcanzar la felicidad. En la cual Dios no es sólo el fundamento de la verdad sino que es también la fuente de la felicidad.
3.3. La certeza de la autoconciencia
Una vez que se ha sentado que no hay felicidad
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