George W. H. Bush

George H. W. Bush: Politica exterior

Para gestionar su política exterior ya como presidente de los Estados Unidos, Bush se rodeo de su gente de confianza y de experiencia, para hacer exitoso su mandato. Se rodeo de un equipo de políticos en los cuales depositaba su fe así como el bienestar para el pueblo estadounidense surgieron nombres como el de James Baker, oriundo de Texas y antiguo jefe de gabinete y secretario del tesoro en tiempos de Reagan, quedo al frente del departamento de estado. Richard Cheney, que había ocupado la jefatura de gabinete de Ford antes de ejercer de influyente diputado por Wyoming en el congreso, asumió el puesto de secretario de defensa y ejerció de inmediato un control férreo sobre el pentágono. Brent Scowcroft, general de las fuerzas aéreas en la reserva y profesor de historia de Rusia en la academia militar de West Point, seria su asesor de seguridad nacional. Este hombre ya había ocupado el cargo durante la presidencia de Ford. En Octubre de 1989, el general Colin Powell acepto la jefatura de estado mayor conjunto, con esto se convirtió en el primer afroamericano que ejerció el cargo como tal. Este seria el equipo con el cual Bush contaba y dejaba en sus manos el destino de naciones enteras y el no estaría exento de criticas si es que no se cumplían las expectativas.

Aunque no faltaron discrepancias que dividieran a este grupo de trabajo, en la mayoría de los asuntos a tratar siempre buscaron el bien común por la nación.

Problemas en Política exterior

En 1993, cuando Bush y su equipo de trabajo abandonaban el poder, quedaban sin resolver asuntos al exterior que habían empezado a desarrollarse hacia la ultima parte de su gestión y que en muchas ocasiones ya no pudo terminar o siquiera comenzar con ellos, y seria su sucesor Bill Clinton el que tendría que terminar con estos problemas externos.

Uno de estos casos fue el de Yugoslavia, ya que entre 1991 y 1992, estallo un enfrentamiento entre cristianos ortodoxos serbios, croatas católicos y musulmanes bosnios. Los observadores (entre quienes se incluían las tropas de las naciones unidas) informaron acerca de una “limpieza étnica” que se estaba llevando a cabo, en especial los serbios de Bosnia que eran respaldados por el régimen serbio de Belgrado. A lo largo de 1992 los diarios estadounidenses más importantes recogieron y comenzaron a publicar datos importantes acerca de unos campos de exterminio que se habían instalado y del genocidio que se estaba poniendo en marcha. Se calcula que ha finales de ese año había más de 1.7 millones de refugiados musulmanes repartidos por la antigua Yugoslavia y las naciones vecinas. El gobierno de Bush por su parte tenía más que nada la mirada fija en las elecciones que se aproximaban y se encontraban a la vuelta de la esquina, al mismo tiempo en una recesión económica golpeaba al mercado local, por lo cual centro su política en estos dos importantes aspectos, no sin antes no reflexionar que esto le ayudaría a ganar el voto popular.

Al mismo tiempo buscaba mantener una relación cordial con Rusia, que tradicionalmente había dado apoyo a los serbios, además los aliados de la OTAN y se oponían a cualquier intervención militar en la región, Estados Unidos y los países occidentales prohibieron el comercio de armas en la región. Para así evitar un conflicto más grande. Colin Powell y sus altos funcionarios del pentágono temían provocar un desastre como lo fue el de Vietnam, y una guerra en los Balcanes en ese momento era lo que menos que convendría a los Estados Unidos. Estas fueron las razones por las que Bush decidió alejarse de estos problemas en los Balcanes y centrarse en aspectos que dejaran más beneficios a la nación.

Este no fue el único asunto de política

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