Gloria Polo
Enviado por juan42 • 27 de Marzo de 2012 • 503 Palabras (3 Páginas) • 567 Visitas
La Dra. Gloria Polo y su sobrino se apresuraban bajo la lluvia compartiendo un pequeño paraguas.... De repente les cae un rayo. "Nos dejó carbonizados; mi sobrino fallece allí". A ella le destruye el cuerpo
"Me quema de forma espantosa todo mi cuerpo, por fuera y por dentro. Esto que ven aquí, este cuerpo reconstruido, es misericordia de nuestro Señor. (El rayo) me carboniza, me deja sin senos, prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los pulmones".
Según su testimonio, ella era una mujer dominada por la mentalidad del mundo, "Católica dietética".
Tuvo la experiencia de la muerte: terminó ese descenso por entre todos esos túneles y llego a una parte plana desesperada, esa voluntad de hierro que decía que tenía, es que a mi nada me quedaba grande, no me servía de nada. Porque yo quería subir e igual estaba ahí, y veo como en el piso se abre una boca grandísima y siento un vacío impresionante en mi cuerpo, un abismo al fondo inenarrable, porque lo más espantoso de ese hueco era que no se sentía ni un poco del amor de Dios, ni una gota de esperanza y ese hueco tiene como unas chupas y me halan y yo grito aterrorizada....
Y en ese dolor empiezo a gritar “¿quién se equivocó?”. Miren yo tan santa. Jamás he robado yo nunca he matado, yo le daba mercados a los pobres, yo sacaba muelas gratis a los que necesitaban. ¿Yo que hago aquí? Yo iba a misa los domingos, a pesar de que me consideraba atea nunca falté, si en mi vida falté cinco veces a misa fue mucho. Yo era alma que siempre iba a misa. Y yo que hago aquí. Yo soy católica, por favor yo soy católica sáquenme de aquí. Cuando yo estoy
gritando que soy católica, veo una lucecita y miren una luz en esas tinieblas es el máximo regalo que puede recibir uno. Veo unas escaleras encima de ese hueco, veo a mi papé, que había fallecido cinco años atrás, casi a ras del hueco, un poquito de luz tenía y cuatro escalones más arriba veo a mi mamá, con mucha más luz y en esa posición como de oración...
Y empiezo a gritar de nuevo:” ¡por favor, miren, sáquenme de aquí, que soy católica!,” ¿pero quién se equivocó?" ¡Por favor, sáquenme de aquí! Y cuando yo estoy gritando esta segunda vez, se escucha una voz, es una voz dulce, es una voz que cuando la escucho se estremece toda mi alma, y todo se inundó de amor y de paz, y todas esas criaturas salieron despavoridas, porque ellas, no resisten el amor, ni la paz y hay paz para mi, me dice esa voz tan preciosa: “muy bien, y si tú eres católica dime los mandamientos de la ley de Dios”. Y que rajada tan horrible, ¿oyeron? yo sabía que eran diez pero de ahí en adelante ¡nada!
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