¡Hola! ¿Me Prestas Unas Tuberías De Agua?
Enviado por Tefiskarol • 18 de Enero de 2014 • 1.429 Palabras (6 Páginas) • 249 Visitas
"Las cruces sobre el agua" aún flotan en el Río Guayas, a pesar de que han pasado 90 años
Jueves, 15/11/2012 - 12:22:34 AM
Por Santiago Aguilar Morán /@literatango
Quito, 15 de noviembre, (Andes).- “Alaridos y quejas. El silbido cortante de las balas. El olor a pólvora. El inclemente martilleo de las ametralladoras. Los cuerpos humanos tronchándose como racimos, fecundando la tierra, sembrado la venganza y el odio. Las quijadas abiertas, los ojos saltados, los brazos queriendo subir y subir para escapar por algún lado. Los niños con las manos crispadas, arrugando las mantas de las madres, chillando las facciones paralizadas. Y sin armas, carajo, con qué matar soldados y generales”.
Así retrataba el escritor ecuatoriano Alfredo Pareja Diezcanseco la masacre ocurrida el 15 de noviembre de 1922, en la ciudad de Guayaquil. Ese hecho, de acuerdo a sociólogos e historiadores, marcó el bautizo de sangre de la clase obrera en el Ecuador.
¿Pero cómo empezó todo?. Guayaquil de inicios del siglo XX era un puerto que recibía a migrantes de varios países. Con sus calles de tierra el puerto principal concentró su cotidianidad en el embarque y desembarque de productos. El gran movimiento económico permitió que en esa ciudad nacieran las primeras fábricas y con ellas el movimiento obrero ecuatoriano.
Ecuador, que contaba en esos años con una población aproximada de 1,3 millones de habitantes, inició lo que se conoce como el auge cacaotero. Europa y EE.UU. eran los principales mercados del país.
En la urbe de entonces, los camiones pasaban como sombras ruidosas con las botellas de leche moviéndose y chirriando al chocar. Algunos hombres llevaban en sus espladas los quintales de la Pepa de oro a pasos apresurados, con trotecitos menudos. Era el puerto que de a poco se transformaba en una gran ciudad.
Las ganancias obtenidas por los dueños de las haciendas superaban fácilmente el 300% en referencia al costo de producción, debido a que el cacao no permanecía en Guayaquil mucho tiempo y, por tanto, no requería el alquiler de bodegas. El precio final del quintal en el puerto era de entre 20 y 25 sucres.
Según el sociólogo Oswaldo Albornoz Peralta, con 25 sucres se podía comprar en ese tiempo 50 pacas de fideo, 3 quintales de arroz, 6 quintales de papas o 3 quintales de harina. El endeudamiento del Estado con el Banco del Ecuador y Banco Comercial y Agrícola, debido al uso de recursos para acabar con las tropas liberales conducidas por Carlos Concha, la Primera Guerra Mundial, el consecuente desplazamiento de las prioridades alimenticias, y las plagas que afectaron a los cultivos de cacao (Escoba de la bruja y monilla), fueron los motivos para la crisis posterior al auge.
El precio del quintal de cacao cayó de $ 26, en enero de 1920, a $ 5,75, en diciembre de 1921. El monto de las exportaciones, que en 1920 superó por primera vez los $ 20 millones, se redujo a algo más de $ 9 millones en 1921 para, luego de una ligera alza, volver a caer a $ 7,5 millones en 1923. La naciente burguesía hizo que el peso de la crisis caiga sobre los hombros del pueblo.
La huelga
Guayaquil fue el centro y origen de todo el movimiento obrero ecuatoriano. Allí existían, como anota Oswaldo Albornoz Peralta, “fábricas de fideos y galletas, de sacos y calzado, de colas y aguardientes, de fósforos y cigarrillos, de escobas y de hielo. Hay también aserríos, piladoras, curtiembres, jabonerías y cervecerías”.
Influidas por la Revolución Rusa (1917), en Guayaquil surgieron las primeras organizaciones provinciales y, en años posteriores, se reunieron los primeros congresos nacionales. Las organizaciones obreras, fortalecidas en el primer período de su desarrollo por ideas anarcosindicalistas fueron desarrollándose, de a poco, en el conocimiento del marxismo-leninismo y en su aplicación dialéctica a las condiciones ecuatorianas. El 15 de noviembre de 1922 constituyó el punto de partida para que en el futuro se formen los partidos políticos de izquierda en Ecuador.
El movimiento que desembocó en el vil y masivo asesinato se inició con la huelga de los trabajadores ferroviarios de Durán, el 17 de Octubre de 1922, cuando recibieron el respaldo de las tres centrales existentes: la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana (que cobijaba a 32 organizaciones), la Asociación Gremial del Astillero y la Confederación Obrera del Guayas. Sus reclamos no fueron escuchados y se vieron obligados a paralizar sus actividades desde el día 19 de ese mes. Con toda esa presión,
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