JOSE PEDRO VARELA

JOSE PEDRO VARELA

INTRODUCCION

José Pedro Varela nace el 19 de marzo de 1845. Es la figura más preponderante en cuanto a la educación de nuestro país gracias al impulso que le dio a la enseñanza su “reforma educativa”.

Esta reforma se basó en la gratuidad, laicidad y obligatoriedad. Según Varela:  “No necesitamos poblaciones excesivas; lo que necesitamos es población ilustrada (…) la ilustración del pueblo es la verdadera locomotora del progreso”.  

Por medio de la educación, las personas asimilamos, aprendemos y desarrollamos conocimientos que nos brindan una conciencia conductual y cultural.  Las reformas educativas son  acciones de gobierno que orientan las políticas educativas. Los docentes son quienes  concretan  estas reformas en las escuelas y en las aulas. Se los debería  reconocer como factor central para la transformación de los sistemas educativos.

CONTEXTO

El gobierno militar de Latorre, tiene varios problemas para modernizar y consolidar el Estado como tal.

La única fuente de riquezas era la ganadería y algunos pocos saladeros. Esto se sustentaba de forma natural en nuestros campos. Casi no necesitaba la intervención del hombre salvo para cuidarlo de otros hombres. La agricultura era muy poca. Las vías de comunicación y de transporte eran deficientes.

Pero todo esto se daba en la campaña, donde mandaban los caudillos y el desorden y el peligro eran moneda corriente. Los seguidores de los caudillos eran los gauchos, hombres libres que no seguían las reglas ni hábitos de trabajo que venían de la ciudad, que era el territorio de los “doctores” y personas de dinero, y con un mayor nivel cultural el les hacia ver a esa campaña como un problema para su desarrollo personal y el del país en general.

El gobierno de Latorre logra al fin asegurar la propiedad privad de la tierra (Código rural) y del ganado (Registro de marcas), crear un Registro Civil, comenzar a  ordenar la campaña e impulsar la Reforma escolar propuesta por J.P. Varela.

En 1847 se crea el Instituto de Instrucción Pública quien se encargará de la educación y por interés del gobierno, asegurar que la enseñanza respondiera a las ideas políticas y religiosas de este.

EL Instituto designa a Palomeque para hacer un relevamiento de datos acerca de la situación de la educación en nuestro país. EL informe (1855) revela una situación pésima: falta de escuelas, maestros, materiales, métodos y programas de enseñanza; organización y de supervisión.

Aunque el Estado no cuenta con los recursos para cambiar la situación, la población comienza a tomar conciencia de la importancia de la educación como medio para alcanzar el progreso.

Este es el contexto en donde se da cabida a la Reforma que propone Varela.

LA REFORMA

Varela sostenía que sólo la educación podía transformar la sociedad, asegurando tanto la tranquilidad política como el progreso económico (positivismo). La educación permitiría el crecimiento del orden, la unificación del territorio, generaría identidad nacional y concientización cívica, necesaria para que la democracia tenga lugar.  Esto favorece tanto al poder político, que necesita calma en todo el país, y no solo en la capital, como a los empresarios. La clase Rural Alta, estancieros progresistas asociados desde 1871 en la asociación rural, era la que veía más necesario el ordenamiento de la campaña, alambramiento; y la educación del gaucho, para transformarlo en un individuo útil para la tecnificación y explotación del trabajo de campo, y frenar sus impulsos de libertad y rebeldía.

Como todos los planes que piensan cambiar modelos e imponer uno nuevo, se encontró con muchas trabas. Pero Varela era una persona fuerte y comprometida, rodeada de un ambiente social que acompañaba sus ideales. Además, la opinión publica se mostraba favorable a la necesidad del crecimiento escolar  y de la importancia de la educación.

Los  maestros existentes no contaban con las calificaciones suficientes según el plan de Varela, para desempeñarse como tales. Requerían mas preparación y por tanto no veían la reforma de buena manera.

Además, a la Iglesia Católica no le caía en gracia esta idea de separar  sus enseñanzas de la escuela del camino de su religión. Incluso al morir Varela, su hermano Jacob tuvo que seguir este proceso de separación de la iglesia y de su control sobre la educación escolar.

El apoyo de  Latorre a Varela  se basa principalmente en impulsar las propuestas que le sirven a su filosofía política y su estilo de gobierno.

Varela aceptó en 1876 (a pesar de ser opositor a su régimen militar) el cargo de director de Instrucción Pública de la Junta Económico Administrativa de Montevideo, aunque le otorgan poder sobre todo el país y no solo limitado a Montevideo. Fue duramente criticado por sus colegas pero entre 1876 y 1879 comenzó una formidable reforma que transformó la enseñanza y el pensamiento de nuestro país.

Varela viaja a Estados Unidos y al regresar ve que la enseñanza en Uruguay esta muy por debajo de lo que ha visto.

En 1874 Varela pública “La Educación del Pueblo” donde explica los porque de la necesidad de la ilustración de los ciudadanos para una republica que prospere.

“Para instituir la República  lo primero es formar los republicanos; para crear el gobierno del pueblo, lo primero es despertar y llamar a la vida activa al pueblo mismo; para hacer que la opinión pública sea soberana, lo primero es formar la opinión pública; y todas las grandes necesidades de la Democracia, todas las exigencias de la República, sólo tienen un medio posible de realización: educar, educar, siempre educar!”

Varela insiste en que la educación no puede ser un privilegio de las clases altas, que todos merecemos y que además el país necesita, una educación de calidad. Educación UNIVERSAL.

Todos los ciudadanos tienen participación activa  en el gobierno democrático republicano.

Sin la educacion no sería consciente de sus actos y no podría actuar bajo el dominio de la razón. La educación se torna indispensable para el ejercicio responsable de la ciudadanía, la ignorancia constituye un peligro para las instituciones democráticas, es causante tanto del atraso cultural como del desorden político.

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