JUAN CRUZ RUIZ DE CABAÑAS
Enviado por audaci • 23 de Abril de 2013 • 1.104 Palabras (5 Páginas) • 971 Visitas
JUAN CRUZ RUIZ DE CABAÑAS:
Nace el 3 el mayo de 1752, en la villa de Espronceda, provincia de Navarra, España, hijo del matrimonio formado por Tomás Ruiz de Cabañas y Hernández y la señora Manuela Crespo y Desoxo;
Los señores Tomás y Manuela se caracterizaron por ser sumamente religiosos y caritativos, al grado de que convirtieron una habitación de su propia casa en un asilo común para los más pobres del lugar, formando así, con el ejemplo en sus hijos, una auténtica conducta cristiana.
Desde su niñez, Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo se vio adornado de las más bellas cualidades y virtudes, razón por la cual se ganó el aprecio y consideración de todos aquellos que lo conocían.
Desde pequeño fue manifestando su gusto por la vida consagrada, intención que lo llevó a una respuesta siempre generosa y recta en su sentir vocacional, como un camino de santidad y entrega.
Sus primeros años de vida sacerdotal los dedicó a la enseñanza y actividades secundarias que se le encomendaban, dada su enorme capacidad y la confianza que en él depositaban sus superiores, siendo así que, a pesar de su corta edad, se le nombró rector del Mayor y Viejo Colegio de San Bartolomé. Años más tarde, por encargo del Obispo José Ramírez de Arellano, asumió la rectoría del Seminario, cargo en el que consagró todas sus energías; esfuerzo que se vio bien recompensado, pues al poco tiempo este plantel llegó a ser uno de los mejores de la Península Ibérica.
El Rey Carlos IV, conocedor de las obras y virtudes de Ruiz de Cabañas, no dejó pasar la primera oportunidad para promoverlo al Episcopado, y al quedar vacante la Diócesis de León, en Nicaragua, a fines de 1792, lo presentó como candidato, promoción que no rechazó Su Santidad Pío VI, dándole el nombramiento el 12 de septiembre de 1794. Así, recibió la Consagración episcopal en España el 19 de abril de 1795, pero sorpresivamente, un mes después, se publicó la presentación del señor Ruiz de Cabañas como Obispo de Guadalajara, en la Nueva Galicia, razón por la cual jamás llegaría a ocupar la sede episcopal de León, para mejor trasladarse a la Perla Tapatía.
El Obispo Cabañas ingresó solemnemente a la ciudad de Guadalajara el 3 de diciembre de 1796, dando prontas muestras de sus virtudes y carácter.
Son muchos los hechos que demuestran su prontitud a socorrer a los más necesitados, costumbre que aprendiera desde pequeño de sus señores padres; así se manifestó, por ejemplo, el mismo día en que tomara posesión de estas tierras, cuando se le preparó un banquete de recibimiento, y al ver el obispo tal lujo y derroche sucedió lo siguiente: refiérese que en los momentos en que comenzaría la comida, el señor Obispo se dirigió a uno de los encargados, preguntándole si no había pobres en esa ciudad, porque él observaba un derroche innecesario de alimentos; ante lo cual, el responsable contestó: «No se preocupe, Su Eminencia, tiempo habrá después para ocuparnos de los pobres; por ahora le ruego que se siente a disfrutar este banquete que hemos preparado en su honor»; el señor Cabañas se limitó a responder que se sentiría más honrado si se dispusiera que los pobres participaran también de ese banquete. Ante la insistencia del Obispo, se dispuso que más de cincuenta pordioseros se sentaran a la mesa al lado del nuevo Obispo de Guadalajara,
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