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Josefa Ortiz De Dominguez


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2011  •  1.605 Palabras (7 Páginas)  •  3.144 Visitas

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MARIA JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ

María Josefa Ortiz Girón nació el 8 de septiembre de 1768 en el seno de una familia pobre, en una humilde vecindad de la Ciudad de México, entonces la capital del Virreinato de la Nueva España

Su padre, Juan José Ortiz, era capitán del regimiento llamado Los Morados y murió en una acción de guerra. Su madre, Manuela Girón, una digna dama de pura estirpe española, también murió cuando Josefa era una niña.

Quedó bajo la patria potestad de su media hermana mayor, María Sotero Ortiz. A diferencia de la gran mayoría de las mujeres de su época, aprendió a leer y escribir, además de diversas artes manuales.

Años después, María Sotero solicitó al Real Colegio de San Ignacio de Loyola, mejor conocido como el Colegio de las Vizcaínas, el cual le concedió una beca cuando la joven tenía 20 años.

En el Colegio de las Vizcaínas, conoció al abogado Miguel Domínguez, un viudo. Cuando el romance se había formalizado y la pareja hacía planes para casarse, María Sotero intervino y sacó del colegio a su hermana. Don Miguel, Secretario de la Real Audiencia y quince años mayor que Josefa, insistió en sus pretensiones y se casaron dos años más tarde, el 24 de enero de 1793.

En 1801, Don Miguel Domínguez fue nombrado Corregidor o magistrado de Querétaro y la pareja se fue a vivir a esa ciudad.

En los primeros años del siglo XIX empezaron a extenderse por toda América las mareas independentistas formadas por la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados de la Unión Americana. Era la época de la Ilustración, un nuevo renacer de la razón humana, de la investigación científica, de la duda ante los dogmas de la Iglesia.

Esta situación liberal fue cobrando fuerza en el Virreinato de la Nueva España, sobre todo entre los criollos, y por todas partes surgían círculos académicos. Miguel y Josefa organizaron en su casa unas tertulias literarias donde discutían, las obras de Voltaire, Rousseau y Descartes.

Pronto había prendido entre los criollos la llama idealista de la libertad, la fraternidad y la igualdad. Cada día les irritaba más la actitud prepotente y los privilegios que los nacidos en España tenían sobre el resto de la población.

En sus tertulias, los Corregidores manifestaban sus simpatías por la justicia, su disgusto ante los abusos y sus francos razonamientos a favor de los indios, despojados y víctimas de su ignorancia, así como de las clases menesterosas, carentes de influencias.

Josefa siempre mostró un carácter muy enérgico, pero al mismo tiempo que era caritativa y generosa, al extremo de auxiliar a los desamparados con sus bienes y curar a los enfermos con sus propias manos.

Miguel era un hombre honrado y justo que no temía manifestar su enojo por los abusos cometidos por las castas superiores. La consolidación de los capitales de obras pías obligó al Corregidor a formular enérgicas protestas ante el Tribunal de Minería.

Sus quejas y manifiestos llegaron finalmente a oídos del Virrey Don José de Iturriaga, quien lo suspendió en el puesto, lo concentró en la capital y lo retuvo a su lado durante los angustiosos meses de agosto y septiembre de 1808.

Durante su estancia en la capital, Miguel escuchó la conveniencia de organizar el Virreinato de acuerdo a las doctrinas democráticas, representativas e igualitarias que ya estaban instauradas en el propio reino español a partir del "despotismo ilustrado".

Al volver a Querétaro y cambiar impresiones con su esposa, ambos propiciaron reuniones cada vez más frecuentes para discutir la situación de la Nueva España algunas en su propia casa, con el pretexto del círculo literario.

Uno de los más asiduos asistentes era Don Ignacio Allende que sostenía enlaces y hacia planes libertarios con otras personas como Don Miguel Hidalgo y Costilla, párroco de la congregación de Dolores, hombre inteligente y varias veces advertido por la Iglesia sobre sus actitudes poco eclesiásticas.

En esas reuniones se formó lo que se conoce como "La Conjuración de Querétaro" en la cual participaban abogados, militares, burócratas y comerciantes.

El primer brote de insurrección en contra del gobierno de España se gestó en la ciudad de Valladolid, en 1809, pero debido a que fue descubierta, los independentistas tuvieron que esperar y planear nuevas estrategias. Fue así como quedó establecida la fecha del 1º. de Octubre de 1810 para un levantamiento simultáneo en varias regiones del virreinato.

Se tomó la decisión de que la ciudad de Querétaro fuera el centro de operaciones de la causa insurgente. Durante meses se reunieron en la casa del Corregidor patriotas que simpatizaban como él con esta causa. Además de Allende e Hidalgo, entre ellos estaban Juan Ignacio Aldama, Mariano Abasolo y Epigmenio González, así como algunas mujeres como Leona Vicario, Manuela Medina y María Rivera, apoyando con ideas o dinero y obteniendo información, muchas veces a costa de su propia seguridad.

Doña Josefa destacaba por

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