Juan Jacobo

Juan Jacobo Rousseau

Entre algunas de sus obras literarias le continúa el libro segundo. Una obra literaria educativa, así como social, ya que en él se trataba de comprender la manera en cómo se estaba llevando a cabo la infancia del niño. De esta manera, se reflexionaba y se hacía ver que la infancia de los niños no debía ser infeliz por medio de acciones inhumanas que se ejercían sobre los niños. Así mismo, hablaba sobre la educación, lo que realmente podría ser significativo para los niños y de qué manera los beneficia en su desarrollo y para una vida futura.

La mayor parte de este libro se articula en torno a tres ideas esenciales: el descubrimiento de la infancia, la educación negativa y la educación de los sentidos.

Hay que respetar el modo de ser y de pensar propio del niño, que no es como el del adulto. Tratarles como a futuros adultos es la mejor manera de impedir su desarrollo como hombres. Aquí radica el sentido propio e inmanente de la infancia: el niño no es un proyecto de hombre; la infancia tiene un valor en sí, que debe ser atendido por la educación. Tal es la primera gran orientación de la educación según naturaleza, pues las costumbres e instituciones sociales llevan al error señalado: a pensar que el niño sólo es un adulto aún inmaduro.

Algunos de los retos a los que se enfrentan y de los cuales se mencionaban en el libro, es tratar de comprender el sentido de la educación. Ya que la educación que se transmitía o que se realizaba en ese entonces, no se dejaba observar los propósitos educativos. Era como una educación sin sentido, que no beneficiaba para nada la vida del niño, debido a que se preparaba a los niños para algo que no disfrutarían. A través de este libro también se pretende comprender el tratar de mejorar la infancia del niño, ya que los pobres niños sufrían mucho y a través de los llantos, castigos, amenazas y esclavitud se les escapaba el tiempo de la felicidad y no disfrutaban de ella. Para los niños era mejor huir de la crueldad de los cuales eran víctimas tanto de sus padres como de sus maestros.

Esto aplicándolo a la actualidad, lo que nosotras debemos hacer es cuidar a los niños tratando de que su infancia sea una de las mejores etapas en la vida de los niños. Nosotros hoy en día, tenemos que favorecerla a través de los juegos, ya que es una de los mejores maneras en que los niños puedan aprender. No debemos obstaculizar los momentos en que los niños son felices; no hay que llenar su infancia de amargura, ni provocar esos momentos infelices. Al contrario hay que brindarles la oportunidad de que los niños disfruten de lo que la naturaleza les brinda, que exploren, que se relacionen, que descubran, que aprendan, que se diviertan, etc.

Otra de las dificultades que se pueden encontrar es la manera en que cada uno comprende el significado de la libertad, ya que menciona que el hombre verdaderamente libre solo quiere lo que puede, y hace lo que le conviene. Si comparamos esta situación con la actualidad, la libertad cada quien la interpreta como más le convenga y por lo general algunos no miden las consecuencia de una libertad sobre la cual no se tiene conciencia de lo que esta libertad desmedida pueda provocar. Por eso desde niños, se les debe inculcar a los niños los valores, para que desde pequeños ellos ya tengan conocimiento sobre lo que se espera de ellos y actúan en la sociedad conforme a los valores. Se debe poner a si mismo limites en cuanto a las necesidades, ya que ellos tienen demasiadas necesidades y si estas son cubiertas con facilidad sin que ellos se esfuercen por hacer algo, entonces se acostumbraran a conseguirlo todo fácilmente y esto traerá conflictos. Juan Jacobo Rousseau a través de su libro trata

...