LAS JOVENES GENERACIONES ENTRE CRISIS Y REVOLUCIONES A NIVEL MUNDIAL
Enviado por sebastianv24 • 5 de Mayo de 2015 • 2.074 Palabras (9 Páginas) • 145 Visitas
LAS JOVENES GENERACIONES ENTRE CRISIS Y REVOLUCIONES A NIVEL MUNDIAL.
Mientras se desarrollaba la Copa Confederaciones de fútbol, muy seguida por los espectadores panameños, la ciudadanía se impresionó con las multitudinarias movilizaciones populares en las ciudades brasileñas.
Los comentarios sobre las protestas brasileñas fueron tan apasionados como los que se hacían respecto de los juegos. Las imágenes de la juventud brasileña confrontándose con la policía se mezclaron en los noticieros con las de otros jóvenes de un país un poco más distante, Turquía, donde la juventud también salía a la calle por otros motivos, o casi que por los mismos.
No acababan de cantarse los goles en el Maracaná y de escucharse los ecos de las protestas brasileñas, cuando millones se lanzaron a las calles en Egipto contra el gobierno de Morsi, del partido de la Hermandad Musulmana, protestando contra la crisis económica y exigiendo democracia y laicismo.
Como ha dicho en un artículo reciente el intelectual norteamericano Inmanuel Wallerstein: "Levantamientos aquí, allá y en todas partes". ¿Cómo interpretar las protestas en tantos países? ¿La participación masiva de la juventud en Brasil, Turquía, Santiago de Chile, El Cairo, igual que antes en Grecia, o en la "primavera árabe" de hace dos años, tiene algo en común o se trata de hechos inconexos?
Es curioso que la explicación que arriesgan diversos analistas, tanto de la derecha del sistema como Francis Fukuyama (Wall Street Journal Americas, 2/7/13), como de la izquierda reformista de América Latina, se parecen mucho. Parten por una afirmación falsa, pero asumida como axioma: que el crecimiento económico produjo una mejoría del nivel de vida de esos países, donde supuestamente la mayoría de la población salió de la pobreza y, por ende, a primera vista no hay razón para estar descontentos.
Segundo, asumen que estos jóvenes que encabezan las protestas no son ni pobres, ni pertenecen a la clase trabajadora, sino son la nueva "clase media", fruto de la prosperidad capitalista, según Fukuyama, o de la política social, según los reformistas latinoamericanos. Tercero, entonces lo único que explica que los jóvenes protesten es que "quieren más" ("democracia, libertad individual y tolerancia", a decir de Fukuyama).
Esas explicaciones son falsas porque el mundo "globalizado" de hoy no es mejor que hace 20 años, sino peor. La globalización neoliberal del "sistema mundo capitalista" (Wallerstein) ha producido una realidad social internacional en la que impera: más desigualdad, mayor concentración de la riqueza, más exclusión y súper explotación del trabajo, pérdida de poder adquisitivo de los salarios, carestía de los alimentos y la canasta básica, precariedad laboral (incluida la informalidad), depredación y destrucción de la naturaleza.
Todo ello para garantizar a un puñado cada vez más chico de la humanidad, los capitalistas, la concentración de la riqueza social a través de "la ganancia".
En América Latina, los efectos nocivos del neoliberalismo hicieron crisis en los años 90, produciendo estallidos sociales que impusieron gobiernos de izquierda, de moderados a radicales, dependiendo del grado alcanzado por las explosiones sociales. Dichos gobiernos adoptaron importantes programas sociales para reestablecer algo del equilibrio social perdido.
La fuente de financiamiento de esos programas sociales han sido los buenos precios internacionales de las materias primas, principalmente el gas y el petróleo, pero también la soja. Sin embargo, esos programas no han ido más allá de las llamadas políticas de "transferencias" recetadas por los organismos de crédito internacional, y que también aplican los gobiernos de derecha.
Aunque hubo nacionalizaciones, sigue incólume el sistema capitalista dependiente latinoamericano. Los programas sociales han sido sólo paliativos que no han cambiado la esencia de la explotación de clase y la desigualdad social capitalista.
El dilema que enfrenta los gobiernos "progresistas" latinoamericano (Brasil, por ejemplo) son los efectos de la crisis económica mundial, la desaceleración de las exportaciones y caída de los precios de las materias primas, la inflación, etc., que se empiezan a sentir.
La crisis achicará los fondos destinados al área social, y las burguesías nacionales aspirarán a un pedazo mayor de la renta nacional a costa del estado y los derechos de la clase trabajadora.
Esa disputa económica se va a trasladar a lo político, como se aprecia en Venezuela, escalando los conflictos de clases y abriendo las puertas a golpes de estado contrarrevolucionarios o a nuevas revoluciones democráticas y socialistas. Por ende, el dilema es o profundizar los procesos revolucionarios, o estancarse en las reformas. Y esta última opción siempre ha terminado trágicamente en la historia del continente.
Los socialistas panameños del M.P.U., repudiamos la mentira que pretende embellecer el sistema capitalista, ya que lo haga la derecha liberal o la izquierda socialdemócrata. Capitalismo no es sinónimo de bienestar, sino de explotación de clase y miseria social.
Fruto de la "globalización neoliberal" son los bellos edificios de Dubái, pero también los mil obreros carbonizados en una fábrica de ropa en Bangladesh; capitalismo son los millones de automóviles que circulan por la autopistas norteamericanas quemando combustibles fósiles, pero también los jóvenes pandilleros de Los Ángeles, Nueva York o Detroit que no encuentran trabajo; el gobierno panameño, para hablar de sus "éxitos" muestra los edificios de la Bahía de Panamá, pero esconde los niños que mueren de hambre en las comarcas indígenas y en los barrios marginales; muestra obras y construye (porque ahí está el negocio) hospitales, pero no hay medicinas en las farmacias del Seguro Social, la atención primaria es deficiente, cientos de pacientes fueron envenenados con dietyleneglicol, otras decenas han sido afectados por bacterias nosocomiales o han muerto niños en salas de neonatología de manera inexplicable. Ni hablemos del sistema educativo.
La principal víctima de esas desigualdades sociales y males del capitalismo "postmoderno", es la juventud de todos los países. A los jóvenes de hoy no sólo les han robado los empleos sino todos los derechos sociales con que contaba la generación anterior, nacida bajo el "estado de bienestar".
La juventud actual, de cualquier país, no conoce lo que es un empleo estable y bien remunerado, tampoco va a tener jubilaciones dignas, ni una buena cobertura de
...