Las relaciones entre escuela y cultura
Enviado por aridata • 18 de Abril de 2015 • 2.916 Palabras (12 Páginas) • 237 Visitas
1. Introducción
Las relaciones entre escuela y cultura siempre han sido relaciones tensas y conflictivas. Desde el sentido común de los educadores y de algunos sectores de la opinión pública, se sostiene la necesidad de armonizar las propuestas de ambas dimensiones o, más concretamente, que la escuela se adapte a los requerimientos y pautas de la cultura popular. Nuestra hipótesis, en cambio, consiste en sostener que sólo en un marco de tensión y conflicto es posible que la relación entre escuela y cultura sea una relación socialmente significativa.
Para comprender este fenómeno, es necesario partir de un análisis histórico. Sin esta visión retrospectiva, es difícil comprender tanto la situación actual como las perspectivas futuras. En definitiva, la escuela constituye, ella misma, un producto histórico y, como tal, es una forma específica de resolver el problema de la transmisión del patrimonio cultural de una sociedad a sus futuras generaciones.
El texto está dividido en tres partes. En la primera se analizan las relaciones entre escuela y cultura en la sociedad industrial; en la segunda se intenta describir los cambios que se producen actualmente en el marco de lo que ha dado en llamarse "sociedad del conocimiento" y en la tercera se presentan algunas ideas con respecto a las consecuencias pedagógicas del vínculo entre escuela y cultura, que pueden estimular ciertas estrategias de acción.
2. La escuela y la cultura en la sociedad industrial
Numerosos análisis históricos han mostrado que la escuela obligatoria, universal, gratuita y laica, es un producto de la sociedad capitalista industrial. Esta escuela se organizó en un sistema de tipo piramidal, semejante al de las grandes organizaciones industriales. Sintéticamente expuesto, el sistema educativo estaba concebido como una organización para la distribución social de los conocimientos según el cual la masa de la población tenía acceso sólo a un mínimo de enseñanza básica que garantizaba la homogeneidad cultural de la sociedad, y una elite accedía a las expresiones más elaboradas y al dominio de los instrumentos que permitían cierto nivel de creación del conocimiento. Como la operación fundamental era la reproducción del conocimiento y de los modelos para vincularse con él, la didáctica se basaba en la copia, la repetición y la observación. El maestro representaba la figura central del proceso de aprendizaje, que poseía tanto los conocimientos que se transmitían como la autoridad que los legitimaba.
Pero esos mismos análisis históricos nos muestran que la expansión de la escuela como institución obligatoria y universal provocó una ruptura profunda con las pautas que regían la socialización primaria familiar y la socialización que brindaba la comunidad de origen. En este sentido, la expansión escolar que tuvo lugar particularmente en los comienzos de la modernización capitalista, puede ser concebida como un fenómeno que se acerca a lo que la teoría de la socialización tipifica como acciones de reconversión social. Desde este punto de vista, es preciso recordar que la propuesta cultural de la escuela obligatoria y universal tenía dos características básicas:
(i) la cultura escolar reproducía el orden ideológicamente dominante pero,
(ii) este orden representaba una modificación sustancial de las pautas particularistas tradicionales, que dominaban los procesos de socialización pre-industriales, basados en la familia y la Iglesia.
Dicho en otros términos, la escuela tuvo que conquistar, generalmente en forma conflictiva, un espacio de acción pedagógica que estaba ocupado por otras instituciones.
Este cambio implicaba una modificación importante en los contenidos del mensaje socializador, ya que la escuela estaba llamada a difundir los valores seculares, los principios republicanos y cierta visión racional de la realidad que reflejaba el orden cultural que regía en los ámbitos más dinámicos de la sociedad global. Pero el cambio también implicaba una modificación en el carácter de las instituciones que producían y transmitían cultura. Al contrario de las instituciones socializadoras tradicionales como la familia y la Iglesia, la escuela representaba la acción del Estado y, en ese sentido, su organización y su oferta de contenidos culturales eran decididos independientemente de las demandas particulares de cada sector.
Los conflictos entre la Iglesia Católica y el Estado con respecto al laicismo escolar constituyen el indicador más importante de este fenómeno. En el mismo sentido, la difusión de valores nacionales y de una lengua nacional frente a los particularismos y lenguas locales es otro de los ámbitos donde la expansión de la escuela constituyó una ruptura cultural.
Pero la evolución histórica de este modelo a lo largo del siglo XX permite apreciar que la escuela comenzó a perder el dinamismo original una vez que se consolidó como agencia socializadora. En los países de capitalismo avanzado, donde la escuela logró incorporar a toda la población y su acción puede ser entendida como exitosa, se produjo una disociación cada vez mayor entre los contenidos culturales socialmente más significativos y los contenidos susceptibles de ser distribuidos socialmente en forma universal. En estos países, la crisis de la escuela se vincula con un doble fenómeno:
(i) una vez que los valores seculares, los principios republicanos, la lengua nacional y los otros contenidos modernos comenzaron a ser patrimonio de la cultura general, su difusión a través de la escuela dejó de ser motivo de tensión y conflicto. De esta forma, se empobrecieron progresivamente los aspectos de la cultura impuestos en forma universal, al margen de las diferenciaciones que produce la estratificación social.
(ii) los nuevos contenidos culturales que reflejan las dimensiones más dinámicas de la cultura contemporánea (la creatividad científica, la democratización de las relaciones sociales, etc.) no pueden ser asimilados en forma estable por los sistemas sociales al punto de constituir la base de la socialización del conjunto de la población. La masificación y la expansión de la educación escolar van acompañadas, por ello, de una creciente diferenciación y segmentación interna, donde ya no se trata de seleccionar en el acceso a un determinado nivel del sistema educativo sino a determinadas escuelas dentro de cada nivel.
La peculiaridad de la situación de los países de industrialización tardía, como son la mayoría de los países de América Latina, radica en que la cultura escolar comenzó a masificarse cuando ya había adquirido las características de una cultura empobrecida y aislada. En este sentido, la situación de América Latina – con diferencias importantes entre los países de expansión
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