“Mi Héroe”: Eleanor Roosevelt.
Enviado por rosariorr • 11 de Junio de 2016 • Ensayo • 1.701 Palabras (7 Páginas) • 426 Visitas
[pic 1]
“Mi Héroe”: Eleanor Roosevelt
Heracles, Odiseo, Perseo y Aquiles; estos son algunos de los ejemplos de lo que la sociedad entiende por héroe, aun cuando otros podrían nombrar también a Superman, Thor, Spider Man y a la Mujer Maravilla. Pero para mí un héroe es mucho más que un semidiós o alguien que nos salva de grandes villanos, para mi un héroe es quien pone las necesidades de los demás antes que las propias sin pensarlo dos veces; es alguien que disfruta sirviendo a otro y es capaz de aprender y crecer cuando lo hace. Un héroe es aquel que no necesita jactarse de sus buenas obras, ni espera recibir algo a cambio de ellas; al fin y al cabo son los hombres y mujeres con los cuales convivimos día a día y a quienes a veces no somos capaces de reconocer cuando pasan por nuestro camino.
Estamos acostumbrados a reconocer lo heroico en las personas de renombre o en figuras públicas que hacen una diferencia notoria en la sociedad, sin embargo solo se necesita un poco de preocupación por el prójimo para lograr un cambio en su vida, y es así como algo pequeño e insignificante a nuestro ojos, nos puede convertir en grandes héroes a los ojos de los demás.
No obstante, y contrario a mi, anteriormente descrita, percepción de lo que es un héroe, decidí elegir a Eleanor Roosevelt como mi modelo a seguir. Esta decisión nació gracias a una simple clase de Historia, donde aprendí la importancia del respeto por los Derechos Humanos, los cuales no habrían sido aprobados universalmente si no fuera por la activa participación de Eleanor en la Comisión para la Declaración de los Derechos Humanos. Mis razones son simples, la verdad es que rescato enormemente su manera de actuar ante los problemas del prójimo; ya que esta mujer dedicó gran parte de su vida a luchar por las personas, sin siquiera conocerlas. Eleanor no descansó hasta encontrar la solución a problemas que apenas tenían que ver con su vida, pero era tal su preocupación por los demás que dejaba sus intereses personales de lado para poder hacer feliz al otro.
Eleanor Roosevelt, hija de Elliot y Anna Hall Roosevelt, nació en Nueva York el 11 de octubre de 1884, y quedó huérfana cuando tenía apenas 10 años. Su tío, Theodore Roosevelt, fue el vigésimo sexto Presidente de los Estados Unidos. En 1905 se casó con el primo quinto de su padre, Franklin D. Roosevelt, quien en 1932 se convirtió en el trigésimo cuarto Presidente de los Estados Unidos.
Eleanor participó en la Liga de Mujeres Votantes, en la Liga de Mujeres por la Unión del Comercio y en la División de Mujeres del Partido Demócrata. En su período como Primera Dama, desarrolló un importante papel como asesora del Presidente y logró abrir amplias facultades para sus sucesoras; sin dejar de lado su múltiples proyectos en contra de la discriminación a los afroamericanos, a las mujeres y a los trabajadores. Junto con Hansa Mehta lograron cambiar el artículo primero de la Declaración de los Derechos Humanos, incluyendo implícitamente a la mujer, ya que el primer punto de la declaración pasó de “todos los hombres nacen iguales”, a “todos los seres humanos nacen libres e iguales”.
Luego de la muerte de su marido, en 1946, fue nombrada delegada de las Naciones Unidas, por el presidente Harry Truman, quien la llamó “Primera Dama del Mundo”. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, y gracias a su facultad de Presidenta de la Comisión para la Declaración de los Derechos Humanos, logró la formulación de esta declaración, y su presentación frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas, quien la aprobó satisfactoriamente. Eleanor luchó por los derechos de las personas hasta su muerte el 7 de noviembre de 1962.
Personalmente el valor que más rescato de ella es su infinita perseverancia frente a los desafíos que se propuso a lo largo de su vida. Eleanor nunca se rindió, sino que luchó hasta el final para así lograr todos los grandes proyectos que dejó en su legado. Esta mujer tuvo una niñez muy dura; según la periodista Eleanor Clift “ella no era convencionalmente bonita, y su madre se lo recordaba cada día”[1], y así y todo, Eleanor fue capaz de tomar las riendas de su vida, levantar la cabeza y partir rumbo por el camino del servicio.
Eleanor nunca dejó que los comentarios sobre el gobierno de su marido y sobre su participación como Primera Dama, le afectaran, sino que siguió con sus proyectos hasta lograr increíbles cambios en y para las personas.
Después de haber estudiado en profundidad a Eleanor Roosevelt, me doy cuenta que hay muchos episodios de su vida que me impresionan; sin embargo voy a referirme a uno en particular: Eleanor pertenecía a varias asociaciones y grupos, y entre ellos estaban Las Hijas de la Revolución Americana, un grupo de mujeres aristócratas que en 1939 discrimino a la cantante afroamericana Marian Anderson, prohibiendo su presentación en el Constitution Hall. Frente a esto Eleanor tomó la decisión de renunciar a esta asociación y consiguió para Marian una presentación en los escalones del Lincoln Memorial el domingo de Resurrección de ese año con 75.000 espectadores. El suceso fue tan importante que las Hija de la Revolución Americana pidieron perdón e invitaron a Marian a cantar al Constitution Hall en 1943.
...