Niveles De Biodiversidad
Enviado por wilcarana • 5 de Abril de 2014 • 900 Palabras (4 Páginas) • 259 Visitas
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, es un acuerdo internacional concertado entre estados. Su objeto es prevenir, mediante la aplicación de unas normas comunes, que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres ponga en grave riesgo su supervivencia. Se conoce como CITES (acrónimo de Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora).
La difusión general a través de los medios de información sobre el peligro de extinción de muchas especies, especialmente aquellas con mayor valor simbólico, como las de elefante (animal que aparece en el logotipo de CITES), puede hacer que hoy parezca natural apreciar la necesidad de una convención con ese carácter. Sin embargo, si nos retrotraemos al momento en que se esbozaron por primera vez las ideas que dieron lugar a CITES, a comienzos del decenio de 1960, el debate internacional sobre la reglamentación del comercio de vida silvestre en favor de la conservación era algo relativamente novedoso.
Es tal la magnitud que alcanza el comercio de flora y fauna silvestres y sus derivados, que para muchas de esas especies ha sido, es o amenaza con convertirse en un factor principal de riesgo para la perpetuación de sus poblaciones en estado silvestre. Se estima que anualmente el comercio internacional de vida silvestre alcanza un valor de varios miles de millones de euros y afecta a decenas de miles de especies de animales y plantas. El comercio regulado por CITES es muy diverso: incluye tanto los animales y plantas vivas como una vasta gama de productos de vida silvestre derivados de los mismos, como los productos alimentarios (por ejemplo, las ancas de rana, las carnes o los aceites de vertebrados marinos); los artículos de cuero de animales exóticos; los huesos, el marfil y los dientes, tallados o no; los caparazones; las garras; el coral; los huevos; diversos extractos para muy diferentes usos; las secreciones glandulares o las propias glándulas; las plumas, las escamas o el pelo; las flores, hojas, raíces y rizomas; los instrumentos fabricados con ciertas maderas y esas mismas maderas en bruto; los artículos de recuerdo para los turistas, y los de uso medicinal con el mismo origen silvestre. Los niveles de explotación de algunos animales y plantas son insostenibles y su comercio es capaz de mermar considerablemente sus poblaciones e incluso hacer que algunas especies estén al borde de la extinción. Con frecuencia, su impacto se suma a otros factores de amenaza, como la destrucción del hábitat o la introducción de especies foráneas, que pueden actuar como invasoras, y que muchas veces está también facilitada por el comercio internacional de las mismas.
Puesto que el comercio internacional de animales y plantas silvestres alcanza un volumen tan importante, su reglamentación mediante la cooperación internacional, a fin
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