Nuestra Rosario, Una Flama Lejos De La Brasa
Enviado por Hermes • 26 de Julio de 2011 • 766 Palabras (4 Páginas) • 863 Visitas
Nuestra Rosario: una flama lejos de la brasa …
Enrique Luján Salazar
La olvidada Sor Juana del siglo xx, mujer de prosa y poética que tiende un puente entre el decir, el sentir y el hacer…. Forjada en el crisol del dolor, fue Rosario Castellanos quien elevó el género femenino a sus más altas expresiones vitales y culturales.
Sus creaciones le permitieron sublimar lo femenino, desde las condiciones más inhóspitas, desde lo indígena a lo citadino, desde la ominosa ignorancia a los saberes universitarios, desde la selva chiapaneca a la embajada mexicana en Israel; sólo ella pudo afirmar auténticamente su percepción del entorno en Lívida luz: “El mundo como lugar de lucha donde uno está comprometido…” Fue ella quien llevó a un primer lugar la relevancia de la libertad frente al sometimiento, fuere cual fuese. Sólo ella podía apropiarse de la Lamentación de Dido para enfrentar el abandono y conformar una ciudad nueva, un México que fuera más justo y equitativo en todos los órdenes, sobre todo en el de género.
Su grandeza humana, su valor como artista, le permitió liberarse de las rencillas y enconos de los pequeños feudos universitarios e intelectuales. Iluminar más que buscar los reflectores de un país que pretendía acceder a los privilegios de la modernidad. Su humildad y su fuerza la ensalzaron y la llevaron más allá de “la selva de fieras que disputaban por la fama y el poder”. Y recibió honores y recompensas que otros sólo añoraron…
Como ensayista nos ofrece una reflexión lúcida, ágil y siempre provocadora. Comparte sus experiencias interiores sin remilgos en voces y textos que van conformando su vocación poética que le permite sobrevivir a los más adversos avatares de su existencia.
Fue una crítica rigurosa y amable de la producción literaria propia y ajena, sus textos son de enorme valía, no sólo por la profundidad heurística de sus indagaciones sino también por la orientación pertinente para sortear el laberinto de los demasiados libros. Su ironía cáustica y su exquisito humor nos sorprenden en cada uno de sus relatos y reseñas.
Entre los temas destacados de su obra no podemos soslayar el del amor y la soledad, condiciones y condicionantes esenciales para la conformación humana. La soledad, el abandono que nos acompañan por buen trecho de nuestra existencia frente a la seducción del amor, cuya “única misión es exponernos a la herida y luego desaparecer […] romper el círculo del yo en el que estamos encerrados y, de ese modo, comunicarnos con los demás.” No hay otro destino humano que ser “…animal de soledades, ciervo con una flecha en el ijar que huye y se desangra.” Así que nuestra Rosario fue una maestra en el vivir apasionadamente sus convicciones y sus sentimientos, en reflexionar sobre ellos y en la capacidad de recuperarse de los sufrimientos más intensos para afirmar el amor
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