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Padre Kino


Enviado por   •  7 de Enero de 2012  •  1.848 Palabras (8 Páginas)  •  664 Visitas

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Orígenes

La epopeya del Padre Kino (Kunue) comenzó en Segno, actualmente perteneciente al municipio de Taio, Italia, una pequeña población de las montañas del Tirol italiano, no lejos de la histórica ciudad de Trento. Allí nació el 10 de Agosto de 1645 en una típica habitación de piedra y madera.

[editar]Estudios

El joven Eusebio Francisco debió haber mostrado dotes de inteligencia excepcional, pues sus padres lo enviaron al colegio de los jesuitas en Trento, donde fue iniciado en el conocimiento de las letras y las ciencias. Pronto marchó al colegio jesuita de Hall, cerca de Innsbruck, Austria, para seguir cultivando su interés por las ciencias y las matemáticas. A los veinte años de edad, Kino inició el largo camino de la típica formación de los miembros de la Compañía de Jesús.

Al concluir sus estudios teológicos, el duque de Baviera le invitó a desempeñar las cátedras de ciencias y matemáticas en la Universidad de Ingolstadt, sin embargo Kino había solicitado algunos años antes ser enviado a China al concluir sus estudios. Tocó en suerte que solo había dos misiones disponibles, una para Filipinas y la otra para México, para decidir quien iría a Oriente se efectuó un sorteo, al Padre Kino le tocó la papeleta con el nombre de México.

[editar]Partida desesperante

A mediados de junio de 1678 se embarcó en el puerto de Génova en compañía de dieciocho compañeros con rumbo a Cádiz España, con grandes esperanzas de alcanzar la flota de verano que salía para el Nuevo Mundo. Una navegación equivocada a través de la niebla y las rápidas corrientes del Estrecho de Gibraltar condujeron a la embarcación cerca de Ceuta; ese error les hizo perder un tiempo precioso: al acercarse a la bahía de Cádiz el 13 de julio, la flota imperial española zarpaba ya rumbo a la Nueva España.

El Padre Kino y sus compañeros tuvieron que esperar dos años para poder obtener un nuevo pasaje, sin embargo el tiempo lo aprovecharon en el aprendizaje del idioma español y en hacer otros preparativos.

Por fin, los misioneros jesuitas pudieron obtener lugar en el Nazareno en el que embarcaron en julio de 1680; la flota levó anclas rumbo a México, pero esta vez el buque encalló en el banco de arena del «Gran diamante», a la salida de la bahía de Cádiz. La embarcación pronto fue batida y destrozada por la furia del viento y de las olas. Completamente desanimado y sin equipaje, Kino esperó otros seis meses en Cádiz, hasta que le llegó la ocasión de cruzar la barrera del océano rumbo a su destino.

[editar]En el virreinato de Nueva España

La península de Baja California constituyó el primer territorio misionero de Kino, ninguna expedición española a la inasequible península había tenido éxito hasta entonces; aunque la colonización se había intentado varias veces desde los días memorables de Hernán Cortés.

Desembarcó en 1683 la expedición al mando del Almirante Isidro de Atondo y Antillón en La Paz, y como era de prever la península resultó hostil a los colonizadores y tuvieron que retornar a Sinaloa de donde habían partido hacia la península. El Padre Kino se encontraba profundamente disgustado por la decepcionante conducta de los soldados hacia los nativos y por la decisión de los colonos de abandonar la ciudad de La Paz, decisión motivada por el miedo a los nativos por lo que mas se le conoce al padre kino es que no le gustaba la forma en que trataban a los nativos.

[editar]De regreso en Baja California

En el otoño del mismo año (1683) regresó la expedición a la península, esta vez se dirigieron a San Bruno en donde fundaron la primera misión, cerca de la actual Loreto. Desde esta nueva estación misionera la expedición se abrió paso poco a poco a través de la rocosa sierra de la Giganta, a los cuatro meses de iniciada la exploración el Padre Kino alcanzó finalmente las costas del Mar del Sur (Océano Pacífico), esta vez se logró la amistad de los nativos y sus lenguajes fueron objeto de estudio, se administró el bautismo a los pequeños y a los moribundos. Tras el esfuerzo de un año parecía haberse logrado el establecimiento de una misión permanente en la Baja California.

Pero en San Bruno el sol evaporó el agua y secó las cosechas, el gran sueño se secó también y el Almirante Isidro de Atondo y Antillón en 1685 sometió a votación el abandono de aquella empresa californiana financiada por la Corona española. El Padre Kino se opuso pero en vano, se dieron órdenes de salvar cuanto pudiera regresar en los barcos, embarcaron y los tibios vientos alejaron las embarcaciones de las inhóspitas tierras de la península y el sueño de Kino de convertir a los nativos y crear un rosario de misiones en la península de Baja California llegó a su fin. Otros misioneros serían quienes con la cruz en la mano colonizarían la península.

Por el interés que tenía el Padre Kino en la evangelización de la California se logró que el virrey Conde de Paredes ordenara en 1686 la integración de una junta que se ocupara de estudiar y proponer la forma más apropiada de conseguir el dominio permanente de aquella tierra que solo de nombre pertenecía a España. Esta junta estaba integrada por el Almirante Isidro de Atondo y Antillón, por el propio Padre Kino y por el fiscal de la Real Audiencia, se acordó solicitar a la Compañía de Jesús se hiciera cargo del proyecto ofreciéndole la suma de treinta mil pesos anuales, sin embargo la Compañía de Jesús rechazó la invitación de manejar bienes temporales aún cuando se mostró dispuesta a cooperar en lo espiritual, enviando los sacerdotes que fueran necesarios. Ante la negativa de su Orden de encabezar el proyecto de evangelizar y colonizar la California, el Padre Kino emprendería el viaje

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