Proyecto futuro

ómo será el futuro? Tal vez sea esta una de las preguntas más

intrigantes a lo largo de la historia de la humanidad, en parte porque el

hombre –en su afán de tener cada vez más conocimiento– siempre ha

deseado conocer cuál será su destino, pero también porque al conocerlo podrá ser

capaz de manipularlo.

Pero, ¿qué es el futuro? Basado en una perspectiva lineal de la historia, el

futuro es algo que aún no existe, una serie de conjeturas sobre lo que ha de venir,

algo que llega y se va demasiado rápido y que sólo podemos verlo materializado

cuando se convierte en presente. El presente dura un instante por lo que, visto como

un eterno presente continuo, el futuro sólo existe como un presente seguido de otro

presente. El futuro es, entonces, una posibilidad, un deseo o un temor.

Así, entender el futuro ha sido la preocupación de diversas culturas a lo largo

del tiempo. Desde la antigüedad surgieron bajo un contexto mágico-religioso las

prácticas de la adivinación y la profecía, según las cuales las fuerzas sobrenaturales

regían la vida social[1].

Esta visión concebía al futuro como destino pues era considerado algo que ya

estaba escrito, que era inevitable y que sucedería independientemente de la

voluntad del ser humano.

Bajo esta concepción el futuro sólo puede ser conocido por algunos “pre

destinados” quienes, por medio de las estrellas, el té o las palmas de la mano, por

*Pasante de Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,

profesora adjunta de la materia Prospectiva de la Política Internacional en la FCPyS-UNAM.

[1] Cfr. Javier, Medina Vásquez. Visión compartida de futuro, Cali, Colombia, Universidad del Valle

Programa Editorial, 2003, p. 35.

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