RAFAEL LÓPEZ: INTENTÓ ASESINAR A BOLÍVAR

RAFAEL LÓPEZ

        Rafael López nació en la Ciudad de Pedraza, de la antigua Provincia de Barinas, un día no precisado de la década de los años 70 u 80 del siglo XVIII. Era miembro de una de las familias  de propietarios pedraceños más distinguidas.

        Durante la guerra de Independencia de Venezuela del yugo imperial español se incorporó al ejército realista al servicio de la Corona española y en contra de sus compatriotas venezolanos, que defendían la causa de la libertad. Fue un soldado valeroso y de aguda inteligencia, además de muy efectivo y eficiente, llegando a ser considerado por sus enemigos como “el mejor jefe de caballería del ejército realista”. Mostró siempre ser un exitoso estratega militar y poseía un especial talento natural para labrar la victoria en el campo de batalla.

        Rafael López alcanzó el grado de coronel en las filas del ejército español y actuaba como comandante de una columna realista durante una operación militar desarrollada en los llanos centrales venezolanos, que dio al traste con las pretensiones patriotas de tomar a Caracas para hacerse del poder, en el marco de un conjunto de acciones bélicas referidas por los historiadores con  la denominación de la Campaña del Centro, que por poco acaba con la vida del Libertador.

        El comandante pedraceño López al conocer que Bolívar acampaba con su ejército, conformado por unos mil cuatrocientos elementos de tropa, en un claro de sabana conocido con el nombre de El Rincón de los Toros, concibió el plan de asesinarlo mediante la ejecución de una temeraria y arriesgada operación militar que ejecutó al píe de la letra el teniente realista Tomás Renovales con treinta y cinco hombres, a las cuatro de la madrugada del día viernes diecisiete de abril de 1818.

El sitio del atentado está localizado actualmente a unos tres kilómetros de distancia de la población de San José de Tiznados, capital de la parroquia del mismo nombre en el municipio Ortiz del estado Guárico.

Los tres certeros balazos disparados por las armas de los complotados realistas, comandados por el sagaz oficial Rafael López, hicieron blanco en la hamaca que minutos antes ocupaba el caraqueño.

La Providencia salvo al Libertador, pero murieron otros, que estaban en el mismo sitio que ocupaba el comandante patriota, a consecuencias de las heridas producidas por las balas de los fusiles disparados por los magnicidas realistas conducidos por el teniente Renovales. En la acción murieron el padre Prado, capellán del ejército patriota, y el coronel Mateo Salcedo, resultando gravemente herido el oficial Fernando Galindo.

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