Rio Manta
Enviado por ainos2425 • 30 de Agosto de 2014 • 7.307 Palabras (30 Páginas) • 240 Visitas
Si la playa de Tarqui está contaminada por las aguas de los ríos Burro y Manta, y pese a ello sigue siendo visitada por los bañitas, no pasará lo mismo con las de la parroquia Los Esteros, pues en ellas es imposible bañarse por los malos olores de las putrefactas aguas de pescado que desechan las fábricas asentadas en ese sector y que van a desembocar en estas playas.
Lo lamentable del asunto es que nada se hace por frenar esta situación, sostuvo Luis Anchundia, habitante de Los Esteros.
Y es que en el sector es evidente el foco infeccioso que se está formando a consecuencia del irresponsable destino que le dan los industriales a los residuos y aguas de pescado que desechan, pues en las aguas de este pedazo de mar el bañista se tropieza con restos de pescado, además que el color rojizo de las aguas (por la sangre del pescado) no las hacen nada atractivas y más bien provocan rechazo.
El atractivo olor marino ha sido reemplazado por los fétidos olores de los desechos de las fábricas de pescado; las gaviotas han sido desplazadas por las aves de rapiña; los bañitas se han ido alejando poco a poco y solo quedan los gatos y perros vagos que buscan en la arena algún hueso de pescado.
Plaga
Moscas, cucarachas y ratas invaden los sectores adyacentes al mar de la parroquia Los Esteros, como efecto de la presencia de los desechos de pescado que arrojan las fábricas en este lugar convertiéndola en un foco de contaminación que muy pronto empezará a provocar enfermedades de la piel especialmente en la población infantil.
"La playa ha desaparecido y se ha convertido en un basurero, en la arena hay huesos y cuero de pescado que son el atractivo de perros, gatos y gallinazos y el mar es rojo por la sangre de pescado que hasta ahí llega provenientes de las fábricas de harina de pescado asentadas en el lugar, nadie dice nada porque los dueños de estas industrias son los grandes señores", dijo Ernesto Alonzo, morador de esta parroquia.
No es turística
Moradores del sitio La Sequita ya no soportan los olores que a diario tienen que soportar de las diferentes fábricas de harina de pescado, pero nadie los escucha, lo mismo pasa en la vía Manta-Rocafuerte, en donde hay alrededor de cuatro industrias similares.
Uno de los ingresos a la ciudad, como lo es la vía Manta-Rocafuerte, durante todo el día permanece con malos olores provocados por las fábricas de harina de pescado y nadie dice nada, señaló Rocío Peralta, quien tiene un negocio a la entrada de Colisa, vía a Jaramijó.
El Municipio de Manta tiene un departamento de Medio Ambiente pero es como si no existiera, pues por todas partes se levantan fábricas de harina de pescado, cuando está comprobado que estos olores hacen daño al cuerpo humano", dijo Peralta.
Rodrigo Cevallos, profesor de ecología de la Universidad Central de Quito, quien por primera vez estaba en Manta de vacaciones, señaló que esta ciudad no es como se la pinta a nivel nacional.
Según este docente, es imposible que una ciudad con un Municipio Turístico permita que una fábrica de pescado funcione en pleno centro de la ciudad, peor aún que la mayoría de sus playas estén contaminadas y el ingreso a la ciudad mantenga desagradables olores, por lo que cuando todas estas cosas cambien en Manta se la podría llamar ciudad turística.Si la playa de Tarqui está contaminada por las aguas de los ríos Burro y Manta, y pese a ello sigue siendo visitada por los bañitas, no pasará lo mismo con las de la parroquia Los Esteros, pues en ellas es imposible bañarse por los malos olores de las putrefactas aguas de pescado que desechan las fábricas asentadas en ese sector y que van a desembocar en estas playas.
Lo lamentable del asunto es que nada se hace por frenar esta situación, sostuvo Luis Anchundia, habitante de Los Esteros.
Y es que en el sector es evidente el foco infeccioso que se está formando a consecuencia del irresponsable destino que le dan los industriales a los residuos y aguas de pescado que desechan, pues en las aguas de este pedazo de mar el bañista se tropieza con restos de pescado, además que el color rojizo de las aguas (por la sangre del pescado) no las hacen nada atractivas y más bien provocan rechazo.
El atractivo olor marino ha sido reemplazado por los fétidos olores de los desechos de las fábricas de pescado; las gaviotas han sido desplazadas por las aves de rapiña; los bañitas se han ido alejando poco a poco y solo quedan los gatos y perros vagos que buscan en la arena algún hueso de pescado.
Plaga
Moscas, cucarachas y ratas invaden los sectores adyacentes al mar de la parroquia Los Esteros, como efecto de la presencia de los desechos de pescado que arrojan las fábricas en este lugar convertiéndola en un foco de contaminación que muy pronto empezará a provocar enfermedades de la piel especialmente en la población infantil.
"La playa ha desaparecido y se ha convertido en un basurero, en la arena hay huesos y cuero de pescado que son el atractivo de perros, gatos y gallinazos y el mar es rojo por la sangre de pescado que hasta ahí llega provenientes de las fábricas de harina de pescado asentadas en el lugar, nadie dice nada porque los dueños de estas industrias son los grandes señores", dijo Ernesto Alonzo, morador de esta parroquia.
No es turística
Moradores del sitio La Sequita ya no soportan los olores que a diario tienen que soportar de las diferentes fábricas de harina de pescado, pero nadie los escucha, lo mismo pasa en la vía Manta-Rocafuerte, en donde hay alrededor de cuatro industrias similares.
Uno de los ingresos a la ciudad, como lo es la vía Manta-Rocafuerte, durante todo el día permanece con malos olores provocados por las fábricas de harina de pescado y nadie dice nada, señaló Rocío Peralta, quien tiene un negocio a la entrada de Colisa, vía a Jaramijó.
El Municipio de Manta tiene un departamento de Medio Ambiente pero es como si no existiera, pues por todas partes se levantan fábricas de harina de pescado, cuando está comprobado que estos olores hacen daño al cuerpo humano", dijo Peralta.
Rodrigo Cevallos, profesor de ecología de la Universidad Central de Quito, quien por primera vez estaba en Manta de vacaciones, señaló que esta ciudad no es como se la pinta a nivel nacional.
Según este docente, es imposible que una ciudad con un Municipio Turístico permita que una fábrica de pescado funcione en pleno centro de la ciudad, peor aún que la mayoría de sus playas estén contaminadas y el ingreso a la ciudad mantenga desagradables
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