Tiradentes, Un Hombre De Valor...

TIRADENTES…Un hombre de valor.

En la ciudad de Santo Domingo, primada de América, existe una avenida bautizada bajo el nombre de “Tiradentes”, la cual se extiende desde la Avenida 27 de Febrero hasta cruzar la Avenida John F. Kennedy llegando hasta el Zoológico Nacional. Esta concurrida y dinámica avenida de la capital Dominicana, es el hogar de muchos restaurantes a la carta, restaurantes de comida rápida, tiendas por departamentos, tiendas de vehículos, supermercados, farmacias, entre otros comercios de gran importancia, pero también es el hogar de muchos amantes de la vida nocturna capitaleña. La mayoría de los capitaleños(as) dominicanos(as) tenemos alguna historia que contar y que nos ha sucedido en algún local de esta importante avenida, sin embargo, sabemos en realidad quién es el Sr. o la Sra. Tiradentes? y por qué el Gobierno Dominicano decidió bautizarla bajo este nombre? Bueno, con esta duda y sin un orden establecido, decidí realizar una pequeña encuesta en mi lugar de trabajo, sobre las personas que saben quién es Tiradentes. Realicé la encuesta a 20 personas, de las cuales 16 contestaron francamente que no saben quién es, 3 contestaron que era un médico de algún país y 1 solo 1 de 20 personas acertó que era un odontólogo brasileño. Es abrumador y alarmante la falta de conocimiento que tenemos los dominicanos (incluyéndome) sobre el origen o la procedencia de los nombres de las calles y avenidas de nuestra querida capital.

Luego de ver los resultados de la encuesta, investigué con mucha curiosidad la historia de este Sr. Tiradentes. Para mi sorpresa y la de muchos de mis compañeros con quien compartí la historia, el Sr. Tiradentes no se llama Tiradentes, su nombre es Joaquim José de Silva Xavier, y la mayor sorpresa fue saber que es de origen brasileño. Nacido en la Ciudad Histórica de Ouro Preto, Minas Gerais, en 1746, siendo el cuarto de siete hermanos. Su madre la Sra. Maria Antônia da Encarnação Xavier, crió todos sus hijos con mucho amor y dedicación hasta donde pudo, pues murió siendo Tiradentes tan solo un niño de 9 años de edad. Su padre el Sr. Domingos da Silva Santos murió dos años después de su esposa, cuando Tiradentes tenía 11 años de edad. Quedando huérfano tan pequeño, fue criado y educado durante los primeros años por sus hermanos mayores hasta que finalmente se le otorgó la tutela a su padrino, Sebastião Ferreira Dantas, quien era médico cirujano y con quien Tiradentes aprendió las nociones de medicina que poseía.

Muchos dominicanos(as) nombramos cariñosamente a la avenida Tiradentes como “Tiradientes”, que sabiendo ahora la procedencia de este nombre creo que es la única cosa en que los capitaleños(as) coincidimos con la historia. Teniendo algunas nociones de medicina y odontología, que aprendió de su padrino pues no tenía educación formal, el Sr. Joaquim comenzó a practicar la odontología, de allí que se ganó el apodo de Tiradentes, que traducido al español es Sacamuelas.

Un joven con espíritu emprendedor, rebelde e inquieto por las virtudes del conocimiento, hizo de todo lo que entendía le llevaría a encontrar finalmente su destino. Practicó la medicina, trabajó en las minas, fue comerciantes de productos, y finalmente se alistó en el ejército, sin aun saber que este último oficio le abriría los caminos para ser lo que hoy se considera “Patrón Cívico Civil” o como lo nombran en algunos escritos “El primer mártir de la Independencia Brasileña”.

Pero, cuáles fueron tus acciones Tiradentes, amante de tu patria, que te llevan hoy en día a cargar este gran reconocimiento?

Mientras trabajaste como alférez, criticaste tajantemente el tráfico de piedras preciosas, lo que provocaba que los portugueses se hicieran cada día más ricos y las personas de tu pueblo cada día más pobres. Justo en este instante comenzó a crecer en ti la semilla revolucionaria anti portugués. El proyecto que presentaste para la canalización de aguas para Rio de Janeiro, fue rechazado sin explicaciones, no le dieron la importancia que merecía. Esto provocó en ti que tus ideas revolucionarias y de deseos de libertad se acrecentaran. En una ocasión dijiste con firmeza: “Esta tierra ha de ser algún día mayor

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