Una recta devoción al Dr. José Gregorio Hernandez
Enviado por Alejandro Albornoz • 14 de Mayo de 2019 • Ensayo • 2.146 Palabras (9 Páginas) • 290 Visitas
¿EN QUE CONSISTE UNA RECTA DEVOCIÓN A JOSE GREGORIO HERNÁNDEZ?
En principio, una recta devoción a José Gregorio Hernández nos acerca cada vez más al centro de nuestra vida: Jesucristo.
Para lograr este fin, es importante conocer, meditar e imitar las virtudes de José Gregorio Hernández, en vista de que la Iglesia lo presenta como ejemplo del cumplimiento de las virtudes de fe, esperanza y caridad en grado heroico.
Mientras que la Iglesia no lo proclame como Beato o Santo (hoy es venerable) no se le puede rendir culto público, sino privado. Es decir que no se permite colocar su imagen en el templo, ofrecer misas a su gloria o realizar reuniones piadosas a su nombre. Solo se autoriza el culto privado, donde cada uno de nosotros puede confiar en su intercesión ante Dios para conseguir una gracia especial de parte de Dios.
¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE ESTA ASAMBLEA?
Considerando los aspectos antes señalados y buscando contribuir de manera adecuada en su proceso de canonización, esta asamblea no pretende rendir culto público al Dr. José Gregorio Hernández, sino promover la difusión de su vida, como un paso previo y necesario para la meditación e imitación de sus virtudes, que nos hará mejores cristianos dentro de la realidad que nos toca vivir. Por tal motivo, se presentará a continuación algunas pinceladas relativas a sus diversas facetas de su vida, en las cuales destacó.
¿CUÁLES SON LAS FACETAS DE SU VIDA A LAS CUALES HAREMOS REFERENCIA?
En primer lugar, hablaremos de su desempeño como estudiante, luego como profesor universitario, seguidamente como médico, como escritor, venezolano ejemplar y finalmente como seglar franciscano, católico comprometido. Para ello, seguiremos el texto biográfico elaborado por el Dr. Yaber. En principio haremos una reseña de quién fue el Dr. José Gregorio Hernández.
¿QUIÉN FUE EL DR. JOSE GREGORIO HERNÁNDEZ?
Nace en Isnotú, estado Trujillo el 26 de octubre de 1864 (hace 140 años) y muere en la ciudad de Caracas el 29 de junio de 1919. Fue bautizado en Isnotú el 30 de enero de 1865. Su madre muere en 1872, cuando tiene 8 años.
Físicamente, José Gregorio era bien parecido, de 1,60 mts. de altura, de ojos grandes y mirada serena; amable, bondadoso, de modales delicados; vestía modestamente, pero a la moda de la época con trajes de color oscuro o negros y usaba un sombrero tipo bombín. Llevaba los bigotes y el cabello bien arreglados.
Aficionado a la música, tocaba piano y violín. Asistía a las retretas de la Plaza Bolívar de Caracas. De los idiomas dominaba el latín, francés, inglés y alemán. Estudió dibujo y pintura que utilizaba en sus clases como profesor. También tomó lecciones de canto. Solía decir: “La cultura espiritual es más necesaria que la intelectual. Todo hombre puede vivir sin conocimientos humanos, pero es muy posible que le desaliente la vida, si carece de los rudimentos que le explican las razones de su existencia”.
UN EXCELENTE ESTUDIANTE
Cursó su primaria (1873-1878) en la escuela de Pedro Celestino en Isnotú, estado Trujillo, destacando por sus aptitudes, cuestión que le valió la recomendación de su maestro para que continuara estudios en Caracas. El mismo José Gregorio manifestó su deseo diciendo a su padre “papa, si Ud. Me puede mandar, se lo agradezco; me dará mucho dolor dejarlos; pero creo que, estudiando mucho, podré ayudar a mucha gente. Deseaba ser abogado, pero a petición de su padre y en recuerdo de su madre decide ser médico.
Su bachillerato (1878-1882) lo estudia en Caracas como interno en el colegio Tell Villegas. Se destaca por sus modales, su aplicación en sus estudios y su constante ayuda para los menos avanzados que lo hizo merecedor tres veces consecutivas de la medalla de aplicación y conducta. Era considerado un líder entre sus compañeros por su ejemplo y amistad y llegó a ser profesor de aritmética con una destacable actuación. Se gradúa como bachiller en filosofía, luego de hacer una defensa frente a un jurado en la Universidad Central de Venezuela.
Ingresa a la Universidad Central de Venezuela para estudiar medicina (1882-1888) y se destaca por su esmerada dedicación al estudio y su puntualidad en la asistencia. Siempre fue un estudiante sobresaliente con calificaciones muy altas, siendo considerado como el primer estudiante de toda la Universidad.
Luego de graduado siempre mantuvo contacto con la universidad, buscando que la misma se proyectara en acciones concretas al servicio del pueblo. Estando recorriendo los pueblos de los Andes venezolanos, recibe una carta en la cual se le notifica que ha sido seleccionado por el Estado Venezolano para ir a París a estudiar materias experimentales con el propósito de actualizar la medicina venezolana (1889-1891).
Estudia en los laboratorios de histología y anatomía recibiendo reconocimientos de sus profesores por su destacada actuación como estudiante. Particularmente recibe la medalla como mejor médico alumno. Al finalizar sus estudios, transporta a Venezuela el laboratorio de Fisiología Experimental que instaló en la UCV, fundando así el Instituto de Medicina Experimental, iniciando así la era verdaderamente científica de la medicina venezolana.
DESTACADO PROFESOR UNIVERSITARIO
Fue profesor en la Universidad Central de Venezuela de las cátedras de Histología Normal y Patológica, Bacteriología, Fisiología Experimental y Parasitología en tres períodos: 1891-1906; 1909-1912 y 1915-1919. Se le reconoce a su cátedra de bacteriología como la primera fundada en América. Es miembro fundador de la Academia Nacional de Medicina.
Como profesor universitario formó una escuela y dejó un modelo de vida universitaria. Como formador de una escuela se destacó por dictar sus clases con puntualidad, con dominio cabal de sus conocimientos en clases amenas que exigían gran atención y reflexión. Instauró el estudio de los fenómenos mediante la observación y las apreciaciones biológicas que se podrían verificar por una experimentación sistematizada y científica.
Como modelo de vida universitaria se caracterizó por su pulcritud, honradez en el trabajo diario, sinceridad en la práctica de la virtud y el bien, sencillez y humildad. Distinguido en la practica constante del buen ejemplo. Creía firmemente necesario instruirse profundamente en la doctrina que profesaba, para poder servir con inteligencia y decisión a los demás.
...