Adolescencia Y Libertad
Enviado por ivan1616 • 7 de Mayo de 2014 • Ensayo • 1.827 Palabras (8 Páginas) • 325 Visitas
Los adolescentes, seres libres. Por Andrea Guerra
INTRODUCCIÓN
Los adolescentes, por el simple hecho de ser seres humanos, poseemos libertad. Según Diccionario de la Real Academia Española, la libertad se define como la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. El concepto de libertad puede asociarse en la etapa de la adolescencia con las decisiones que conforme crecemos vamos tomando. Debemos aprender a decidir y asumir consecuencias que pueden resultar tanto positivas como negativas y es durante la adolescencia donde se presentan las experiencias más importantes que nos ayudan a aprender cómo ejercer nuestra libertad de una manera responsable.
ADOLESCENCIA Y LIBERTAD.
Durante la adolescencia, además de enfrentarnos a cambios físicos, fisiológicos, emocionales y sociales, vamos formando poco a poco nuestra identidad personal. Comenzamos a construir nuestra vida; descubrimos nuestros intereses, nuestro carácter, nuestra forma de ser que nos definirá en la edad adulta. Se inicia una madurez en la que nos damos cuenta del porqué de muchas cosas y empezamos a cuestionar diversas situaciones que se encuentran en nuestro entorno. Comenzamos a tomar decisiones, a buscar independencia, a buscar libertad. “Los animales (y no digamos ya los minerales o las plantas) no tienen más remedio que ser tal como son y hacer lo que están programados naturalmente para hacer.” (Savater,1991 pp. 25-26). La libertad la poseemos por naturaleza todos los humanos. Es una característica que nos diferencia de los animales y otros seres vivos. Nosotros no estamos obligados a actuar siempre de una manera en específico como lo hacen otros seres vivos que por naturaleza ya tienen definida una forma de comportarse en el medio en el que habitan. Los humanos, podemos razonar las opciones que se nos presenten, comparar y llegar a conclusiones, tomando en cuenta las consecuencias tanto favorables como negativas que puedan tener todas nuestras decisiones. Como somos hombres y mujeres libres, y tenemos la capacidad de decisión, podemos también equivocarnos, ya que el proceso de aprendizaje y el trayecto que debemos recorrer para madurar, implica la posibilidad de cometer errores al momento de decidir. Si cada vez que tomáramos decisiones nos saliera todo perfectamente y obtuviéramos exactamente los resultados esperados no seriamos personas libres, seríamos seres Omnipotentes. Es decir, podríamos tomar decisiones y hacer lo que quisiéramos bajo cualquier circunstancia aunque fuese realmente imposible con la seguridad absoluta de que las consecuencias serían siempre favorables y que las cosas resultarían siempre como lo esperamos. Podría decirse que seríamos personas perfectas, ya que todas nuestras decisiones serian siempre correctas y nunca nos equivocaríamos.
En la adolescencia iniciamos a poner en práctica valores y aprendizajes que obtuvimos durante la infancia y vamos diferenciando entre lo que es bueno y lo que es malo para nosotros. No existe algún reglamento o medida universal que establezca algún rango que indique desde qué punto hasta qué límite puede resultar tan bueno o tan malo algo. Identificamos las cosas que resultan “buenas” como lo que nos conviene, lo que nos agrada, lo que nos satisface, lo que nos hace felices. Caso contrario, identificamos lo “malo” con lo que nos molesta, nos preocupa, nos desagrada o nos daña. Así como hemos aprendido a diferenciar el bien del mal, debemos aprender cómo manejar y ejercer nuestra libertad, por eso es en la adolescencia cuando comenzamos a ponerla en práctica y a aprender cómo funciona, ya que de esta manera, en la edad adulta podremos ponerla en práctica de una mejor manera. Los adolescentes queremos empezar a vivir libremente. En esta etapa queremos ir independizándonos de nuestros padres y es ahí cuando nos topamos con que hay reglas y normas que hay que seguir. Rivas (1985) dijo: "Cuando el hombre razona sobre el principio de libertad y ve que su persona está sujeta a normas de conducta no tolerables es cuando empieza a rebelarse" (p. 175). Por esta razón los adolescentes solemos tener una actitud rebelde frente a nuestras figuras de autoridad cuando sentimos que nos cortan esa libertad que estamos descubriendo, y que por lo tanto, estamos aprendiendo a manejar. Como mencioné anteriormente, el trayecto para aprender a ser libres no está exento de errores y equivocaciones, y como adolescentes solemos caer frecuentemente en el grave error de confundir la libertad con el libertinaje. El término “libertinaje” hace referencia a los comportamientos inmorales, a las conductas que van en contra de nuestra propia ética y moral y que sólo tienen como objetivo favorecer a una persona, sin respetar las reglas o normas establecidas y sin tomar en cuenta las consecuencias que afectarán al resto de las personas. Por otro lado, la libertad es un derecho y una cualidad que se apega al respeto de la moral, de la ética y los valores de cada persona. Es cuando decidimos o actuamos de tal manera que nuestras acciones repercutan positivamente para nosotros y que no violen los derechos de las personas que nos rodean. Nunca hay que olvidar que nuestra libertad se termina donde empieza la de los demás. Por ello es importante respetar la libertad de otros para que la nuestra sea respetada. Conforme vamos creciendo, debemos comenzar a madurar y a tomar nuestras propias decisiones, las cuales pueden afectarnos a corto, mediano, o largo plazo. “(…), tendremos que aprender a elegir por nosotros mismos.” (Savater, 2011, p.42). Debemos comenzar en la adolescencia a formar nuestro proyecto de vida, ya que nadie va a decirnos
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