Agroecologia
Enviado por colv32 • 9 de Febrero de 2012 • 9.814 Palabras (40 Páginas) • 769 Visitas
TEORÍA Y PRÁCTICA PARA EL MANEJO ECOLÓGICO DE LOS SUELOS EN CUBA
ANTECEDENTES
Desde que el sabio ruso Vasili Vasilevich Dokuchaev (1846 – 1903), publicara su obra maestra El Chernoziom ruso, donde esbozó la necesidad de fundar ciencias integradoras, por entonces inimaginadas, como la Edafología, situada según él en “los límites entre el hombre, el mundo orgánico y mineral”, aún persiste la necesidad de fomentar el paradigma agroecológico en suelos cada vez más escasos, pobres y erosionados en las diferentes zonas edafoclimáticas. Sin embargo, como natura non facit saltum1 y no soporta la ilegalidad, el caos y la casualidad, las desviaciones parecen casuales y arbitrarias solamente para el ojo inexperto, solo para el hombre que no sabe leer el libro grandioso de la naturaleza.
Los suelos son el “espejo del paisaje”, la epidermis de nuestro planeta, constituyen un importante componente del medio biofísico, ya que conservan una importante información (suelo - memoria) o una especie de "archivo" de los procesos naturales (y también de los antrópicos acelerados o desencadenados por el hombre mismo), acontecidos a lo largo del tiempo en un determinado espacio.
El cuarenta por ciento del globo terrestre comprende la zona tropical, pero solo el diez por ciento de esta ecorregión es tierra firme. Aún así, los 45 millones de kilómetros cuadrados de tierra de los trópicos abarcan un treinta por ciento de todo nuestro planeta. Sin embargo, únicamente el diez por ciento de la población mundial vive aquí, pasando hambre, por no conseguir lo suficiente para su sustento.
Los países tropicales que pertenecen en su inmensa mayoría al Tercer Mundo son los que más sufren los efectos de la superpoblación, desnutrición, desigualdades sociales, deterioro del medio y son los más vulnerables a los retos del futuro.
La agricultura se encuentra en el centro de este desafío por ser la fuente de gran parte de los alimentos, fibras y otras materias primas, en ella se concentra una parte de la población con mayores desigualdades y contribuye de forma importante, a la desestabilización del ambiente y la reducción de la capacidad productiva de los suelos.
Un elevado porcentaje del fondo de suelos de la República de Cuba, se encuentra afectados por procesos de carácter natural o antrópico acumulados en el transcurso de los años, con una marcada preponderancia de los segundos, que han conducido a que : los procesos erosivos afecten más de 2,5 millones de hectáreas, el alto grado de acidez alcance a 3,4 millones de hectáreas, la elevada salinidad y sodicidad influencien alrededor de un millón de hectáreas, la compactación incida en unos 2,5 millones de hectáreas, los problemas de drenaje se contabilicen en 2,7 millones de hectáreas y que el 60 % de la superficie agrícola del país se encuentre afectada por estos y otros factores (incluso por más de un factor a la vez), que pueden inducir a procesos de desertificación (Instituto de Suelos, 2001).
Esto evidencia la necesidad de estudiar de manera sistemática los disímiles factores naturales, sociales y económicos que intervienen en la génesis y evolución secuencial de las propiedades de los suelos presentes en estos geoecosistemas e impidan así, que el temible flagelo de la degradación conduzca de manera acelerada y adoptando mecanismos genéricos en su dinámica, la morfogénesis de los procesos de la fase incipiente a la fase paroxismal, la cual representa el punto culminante de la retrogesión2y la inercia edafológica3 (Febles y col., 2008)
Tabla 1Distribución de los suelos en Cuba (miles de hectáreas)
Fuente: Instituto de Suelos. Mapa 1: 25 000 Clasificación Genética de los Suelos de Cuba, 1999
No obstante, resulta oportuno consignar que uno de los problemas en la actualidad más complejos y difíciles de encontrar solución adecuada, es el uso racional y óptimo de los suelos en los trópicos húmedos, sin que se hayan alcanzado hasta el presente, resultados definitorios o concluyentes que permitan diagnosticar el uso y manejo más ajustado en conformidad con los ambientes biofísicos que caracterizan a cada ecosistema (Febles y col., 2007).
Por esto es necesario conocer cómo se formaron los suelos y cómo van a evolucionar sus propiedades, ante los cambios que pueda provocar el hombre en la práctica agrícola, para de esta forma poder predecir las variaciones que puedan originarse.
El éxito de este proceso dependerá de la competitividad de las estrategias agroecológicas para manejar el suelo. En este sentido, la diversificación productiva y el aprovechamiento eficiente de los recursos disponibles serán la clave para garantizar la vida del suelo y mejorar la calidad de vida de la población.
Hernández y Morales (1998), plantean que los cambios globales en los suelos inducidos por el hombre conllevan en muchos casos a procesos de degradación; enumerando para las regiones tropicales los siguientes: sabanización, empobrecimiento, erosión, acidificación, empantanamiento, salinización secundaria, contaminación, destrucción fitotécnica y mecánica y disminución de la fertilidad.
La sabanización en países como Cuba resulta un proceso bastante generalizado. Al ocurrir la tala y desmonte de los bosques, con el objetivo de la explotación maderera y el establecimiento de cultivos agrícolas, se provocó la denudación de una parte de la cubierta vegetal. Esto determinó un rejuvenecimiento de los suelos y pérdidas de sus reservas de materia orgánica y nutrientes; lo que sin duda influyó en el decrecimiento del rendimiento de los cultivos que se habían establecido y en el abandono posterior de estas tierras. Como consecuencia, comenzó a predominar una vegetación característica de sabana secundaria, que tuvo su origen por la conjugación de un clima cálido de humedad alternante, con factores topográficos y edáficos (Hernández y col., 2006).
OPERACIÓN PARAGUAS
En todas las zonas tropicales del mundo se buscan nuevos caminos para preparar los suelos, pues ha quedado confirmado que no es el clima cálido lo que impide una producción adecuada de la tierra, pero sí el manejo equivocado de los suelos (Primavesi, 1990; FAO, 1996).
Uno de los procesos de degradación de los suelos más difundidos y que más daños ocasiona en el mundo es el de la erosión hídrica. La supresión de la cobertura vegetal ya sea de bosques o de sabana, con el fin de poner bajo cultivo una región determinada, conlleva a cambios que se traducen en pérdidas de suelos y elementos nutritivos.
En realidad lo que necesitan los
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