Alimentos transgénicos: ¿beneficiosos o perjudiciales?

Alimentos transgénicos: ¿beneficiosos o perjudiciales?

El presente texto aborda una polémica referida a los alimentos transgénicos. Para efectos de su organización se han determinado  tres fases: en un primer momento, se plantea el problema; en segundo lugar, se muestran una serie de argumentos que buscan dar respuesta a lo anterior y por último, se presenta una conclusión con base en la tesis.

En los últimos años se han implementado nuevas tecnologías en la industria -como lo es el caso de los alimentos genéticamente modificados- que buscan cumplir, de manera segura, a las demandas de sus consumidores. Popularmente se cree que estos alimentos no son perjudiciales, pero los alimentos transgénicos son modificaciones genéticas que, por consiguiente, afectan negativamente no solo  la salud sino también  el medio ambiente.

Como decíamos anteriormente, los transgénicos son perniciosos para la salud ya que según Sabaté (2016) “pueden aumentar la sensibilidad a determinadas alergias en personas ya de por sí predispuestas”. El cambio genético que se le hace a un alimento es añadirle una propiedad de otra especie; entonces, cuando una persona es alérgica a cierta proteína, por ejemplo la de una manzana, y esta se le agrega a otro alimento, como una pera, el resultado es que sea alérgica a ambas frutas.  

Algunos estudios demuestran, entonces, que sí repercuten negativamente en la salud. La investigación que realizó Gilles-Eric Seralini a unas ratas a las que se les dio a comer maíz transgénico obtuvo, luego de 2 años, que presentaban deficiencias renales y algunos tumores dependiendo de las hormonas y el sexo; por ejemplo, en las glándulas mamarias y la pituitaria en el caso de las hembras.

El cultivo de alimentos transgénicos, perjudica además el medio ambiente. Primavesi (2014) afirma que desde que se empezó a tratar con sembradíos transgénicos, se empeoró varios de los problemas más críticos del medio ambiente; como el cambio climático, contaminación química, pérdida de biodiversidad entre otros.

Sin embargo, un artículo publicado por la revista semana sostenible (2016) muestra  que la alteración de la composición genética de los alimentos se ha realizado con el fin de hacerlas más nutritivas y resistentes a plagas o largos periodos de almacenamientos buscando así resolver las necesidades humanas preservando el planeta.

Acaece, no obstante, que estos fines son evaluados teniendo en cuenta lapsos cortos de tiempo y además son sólo argumentos que utilizan las pocas compañía -como la Monsanto- que están a cargo del cultivo, producción y mercado de dichos alimentos; con el fin de sustentar sus políticas, pero que a fin de cuentas esconden el verdadero interés, únicamente, económico que hay detrás de todo esto y también por otros que se ven de alguna manera  favorecidos. Por lo que me resulta ser un factor de poco peso en lo que compete al resto de intereses que afectan la humanidad. Respecto a lo anterior, Rodríguez (2013) afirma que

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