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Ambiental


Enviado por   •  28 de Mayo de 2015  •  2.098 Palabras (9 Páginas)  •  128 Visitas

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CONSUMO PER CAPITA DE AGUA EN OAXACA

La Cuenca de los Valles Centrales de Oaxaca da forma a la depresión central del

estado, y se conforma por cuatro planicies con sierras interiores, con altitudes bajas en 1110 metros sobre el nivel del mar (msnm) en Miahuatlán y de 3 200 msnm en las partes más altas en Cuajimoloyas. Las tierras con lomeríos que caracteriza a los valles centrales han sido generadas por los abanicos aluviales de cadenas montañosas de la sierra de Juárez, del Sistema terrestre el Picacho de 2 938 msnm, en el centro de la región así como los arrastres sedimentarios de los ríos Salado y Atoyac, que han formado importantes planicies derivadas de la erosión histórica casi totalmente del cuaternario, durante cerca de 2 millones de años. El clima varía según la altitud, y se registran temperaturas templadas a cálidas, húmedas y secas. La cuenca se define por los parteaguas de las cordilleras de la Sierra de Juárez al norte, de la Sierra Madre del Sur y de las Serranías de Guerrero y Oaxaca, se ha formado por intensos movimientos

que han ido generando plegamientos que han dado origen a los valles intramontanos, origen de una de las más importantes fuentes de biodiversidad, escenario reconocido como uno de los más importantes centros mundiales de domesticación de plantas, y territorio cultural vigente para la más diversa etnicidad de México.

Se admite que hasta el año 2008, en la cuenca de Valles Centrales al menos 750 mil personas demandan agua en los servicios habituales y para usos diversos de una sociedad urbana con alta interrelación con el ámbito rural. Desde el inicio de esta década las autoridades del gobierno local y federal han detectado una constante disminución de la disponibilidad y una alta dependencia de las fuentes de agua superficial. Por ejemplo la ciudad de Oaxaca, obtiene un alto porcentaje de su propia demanda de agua de las dos fuentes más importantes de corrientes superficiales, del municipio de San Agustín, Etla y de la corriente de la montaña del Parque Nacional Benito Juárez, que atraviesa la jurisdicción de San Felipe del Agua. Ahora, la mayoría de los usuarios de agua para consumo doméstico no tienen un abasto seguro y puntual, de calidad y cantidad suficiente de agua. Tampoco el abasto es seguro y de el comercio y el turismo, así como de la actividad industrial que es muy reducida.

La evolución del consumo tiene una base obsoleta del autoabasto a partir de pozos domiciliarios dado que la mayor parte de los asentamientos humanos podían disponer de agua fácilmente del manto freático alimentado por las intrusiones de la corriente del río Atoyac y sus afluentes y, del río Salado y sus afluentes, en torno a los cuales se han desarrollado las zonas urbanas de los municipios aledaños a la ciudad de Oaxaca

Históricamente y hasta la fecha estas fuentes no son controladas ni cuantificadas y son difícilmente ubicables; la situación es confusa: Por un lado, la mayoría de los 123 municipios considerados en la cuenca Valles y sus comunidades no pueden disponer de agua para riego agrícola. Unas pocas comunidades concentradas en tres microregiones pueden utilizar un sistema de uso que resulta oneroso, en riego rodado sobre suelos erodables en su mayor parte, y con uso de plaguicidas y agroquímicos; pero esas mismas comunidades no disponen de agua corriente en sus sistemas de distribución domiciliaria todo el año. Por otro lado, una buena parte del abasto al que se recurre para enfrentar la falta de agua corriente de la tubería domiciliaria, proviene de camiones cisterna, que obtienen el agua de pozos concesionados, o corrientes permanentes apenas en una distancia no mayor a diez kilómetros en promedio del centro histórico de Oaxaca en que escasea el agua la mayor parte del año.

Sólo se conoce información parcial acerca de la disponibilidad real y demanda de agua, tanto porque se desconoce el número de pozos, la cantidad de agua de escurrimiento de los afluentes sobre el valle, como por el crecimiento no controlado de la población, los servicios públicos y las actividades económicas. En un planteamiento de la situación, CONAFOR y CONANP, señalan que la zona tributaria, que recibe la mayor cantidad de agua de la precipitación pluvial soporta la población que menos cantidad de esa agua utiliza, se asienta sobre formas de propiedad social de la tierra y muchas de sus comunidades padecen rezagos sociales y económicos severos. Se plantea que la zona con usos más intensos del agua subterránea se ubica en la parte plana del valle, con casi 700 mil habitantes, en 374 localidades y 51 municipios, en tanto que en la zona tributaria que comprende las zonas de ladera de montaña viven cerca de 128 mil habitantes, que se distribuyen en 307 localidades en 28 municipios. Esta relación define que el 83.7 % de la población hace usufructo del recurso que se genera por los esfuerzos de manejo del territorio, que logra la inducción de agua, que realiza el 16.30 % de la población. Mientras que la zona de más usufructo presenta una mayor concentración de la propiedad privada de la tierra, la zona que aporta más agua casi concentra en su totalidad formas de propiedad social y sostiene ecosistemas forestales bajo manejo y protección comunitaria.

Dentro de la zona de tributación de agua, en las laderas y pies de monte de la zona de montaña; 53 300 has se utilizan en agricultura de temporal y muy reducidas unidades de producción que hacen uso del riego por gravedad, en tanto que en la parte plana de mejores suelos, se riegan más de 44 mil has y sólo hasta 2009, se habían incorporado 8 mil has al riego tecnificado. Esta zona posee 14 782 has de zona forestal en lomeríos y riberas, y la va perdiendo al pairo del crecimiento de la zona urbanizada que ya alcanza 10 622 has. Por su parte la zona de provisión, va reduciendo su uso en la superficie de agricultura de temporal de 53 300 has (25.1%), y la superficie forestal llega a los 118 484 .81 has, la de pastizales se calcula en 38 663.06 has y también va incrementando la ocupación urbana de su suelo que llega arriba de 2 200 has.

El estudio del acuífero, ejecutado por CONAGUA en 2005, había planteado en ese añoque se encuentran autorizadas 5 471 concesiones para extracción de agua del

acuífero, que corresponden a 67 millones 449 mil 835 metros cúbicos por año. Este volumen es un 23 % del que se supone que se logra reponer por infiltración a cada año. Sin embargo los niveles

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