Anatomía De Los Pulmones
Enviado por arisais • 15 de Enero de 2014 • 2.192 Palabras (9 Páginas) • 1.460 Visitas
ANATOMIA DE LOS PULMONES
Tráquea, bronquios y segmentos pulmonares.
ANATOMIA DE LOS PULMONES
Segmentos broncopulmonares de los pulmones derecho e izquierdo con visión lateral, media e inferior
ANATOMIA PATOLÓGICA DE BRONQUIOLITIS
SEMIOLOGÍA DEL PULMÓN: AUSCULTACIÓN.
La auscultación auditiva de los ruidos, normales o no, que se producen en el aparato respiratorio
ESTERTORES PULMONARES
Los estertores pulmonares son ruidos anómalos que acompañan a los ruidos respiratorios propiamente dichos, modificados o no en sus caracteres. Unos se originan en los bronquios o en el pulmón (estertores pulmonares propiamente dichos); otros, en l cavidad pleural (frotes pleurales). No hay unanimidad en su interpretación, ni tampoco sobre el criteri que debe presidir su clasificación (ver la siguiente tabla).
TIPO Y ORIGEN DE LOS ESTERTORES
ORIGEN TIPO
Tráquea y bronquios Traqueales
Roncos
Sibilantes
Alvéolos Crepitantes
Estertores que indican la presencia de moco y pús en los bronquíolos terminales o en el tejido pulmonar en vías de desintegración Subcrepitantes
• De pequeñas burbujas
• De medianas burbujas
• De grandes burbujas
Crujidos
Estertores cavernosos
Gorgoteo
Pleura Frotes pleurales
Es costumbre clasificarlos atendiendo al lugar donde se originan:
1. Estertor traqueal. Producido por las secreciones acumuladas en los bronquios gruesos, traquea y laringe, y que el paciente, a causa de su estado, es incapaz de eliminar. Cuando es muy intenso motiva un sonido brusco, desapacible, confuso, llamado <<zurrido>>, audible a distancia.
2. Roncos y sibilantes. Estos estertores, impropiamente denominados secos, traducen la estenosis parcial del árbol traqueobronquial en alguna parte de su trayecto, ya sea por mucosidades espesas (como la fase inicial de la bronquitis), sea por espasmo de la musculatura bronquial y edema de la mucosa, como el asma.
Los roncos son estertores bronquialess de tonalidad grave y se originan en los bronquios grandes de la tráquea. Cubren los dos tiempos de la respiración , con ligero predominio espiratorio, se propagan a distancia y se modifican con la tos; pueden acompañarse de una sensación táctil de frémito.
Los estertores sibilantes o estertores “piantes” son de tonalidad aguda, se originan en los bronquios de pequeño tamaño.
3. Estertor crepitante. Se manifiesta al oído como una serie de crepitaciones breves, finas e iguales, que parecen proyectarse en racimo sobre la oreja al final de la inspiración. Han sido comparados al ruido que produce el frote de un mechón de cabellos cerca de la oreja.
El valor semiológico del estertor crepitante es considerable. Señala la presencia de una alveolitis fibrinoleucocitaria. El alvéolo, humedecido y colapsado por el proceso inflamatorio que lo circunda, se despega bruscamente al final de la inspiración, generando el estertor que nos ocupa.
Debemos diferenciar el estrtor crepitante de las crepitaciones, ruidos adventicios que aún produciendo una impresión acústica parecida, tienen significado distinto. Diferenciaremos por su grano grueso y desigual las de decúbito en las personas sanas (quedesaparecen con la respiración profunda o con la tos) y las de la atelectassia (cuando en una zona pulmonar insuficientemente ventilada (una base, después de la freniecteomia o un vértice por insuficiencia respiratoria nasal) se produce una aireación brusca). Al mismo mecanismo patogénico obedecen las crepitaciones perifocales del infarto pulmonr y de alguna hemoptisis. Las crepitaciones de la insuficiencia cardiaca y las del edemaa agudo de pulmón son, en realidad, un grado intermedio entre la verdadera crepitación y el estertor crepitante.
4. Estertor subcrepitante. Se trata de un estertor húmedo, comparado a pequeñisias vesículas removidas por el aire, el cual se percibe durante toda la fase respiratoria, a diferencia del estertor crepitante, sólo audible al final de la inspiración. Se modifica cn la tos que lo pone de manifiesto o lo hace desaparecer momentanemente. Su causa reside en la inflamación de la envoltura de los últimos bronquiolos. La mucosa bronquiolar tumefacta y atónica contiene exudados que adhieren y aún obturan sus paredes, despegándose cuando son atravesados por el aire.
Según la impresión recogida por el oído parezca referirse a vesículas de tamaño pequeño, mediano o grande, hablamos de estertores de pequeñas, medians o grandes burbujas. Debemos dejar sentado, para ser más precisos, que esta clasificación en tres tipos, por el tamaño de las bubujas es sólo esquemática, pues existe toda una gama intermedia.
5. Crujidos. Por su timbre especial, han sido comparados al ruido de agitar cáscaras de nueces o de resquebrajar madea muy seca. A la auscultación, parecen constituidos por burbujas más o menos grndes, poco numerosas, heterogéneas, separadas entre sí por silencios irregulares. Aparecen en áreas circunscritas (generalmente apicales) y se caracterizan por su estabilidad (pues persisten semanas y aún meses modificados), y por aparecer durante la inspiración (más raramente en la espiración) y después muy viscosa, rodeada de parénquima pulmonar condensado. Los crujidos húmedos, en oposición a los anteriores, o crujidos secos, se producen cuando la condensación pulmonar es poco acentuada (formas fibrocaseosas de la tuberculosis). A veces, los crujidos se vuelven confluentes (gorgoteo vesicular). Deben diferenciarse de los falsos chasquidos originados en los músculos, aponeurosis y tendones.
6. Estertores cavernosos. Se producen en un bronquio de cierto tamaño (bronquiectasia) o en una cavidad. Dan la impresión rosera de burbujas. Cuando asientan en una cavidad de paredes induradas, son consonantes y a veces adquieren timbre metálico.
Un grado más avanzado lo representa el “gorgoteo cavitario”, consituido por burbujas consonantes muy grandes, confluentes, perceptibles en los dos tiempos de la respiración, remedando el ruido ocasionado por una jeringa que, a un mismo tiempo, expulsa aire y agua, o al que se produce al soplar con una oaja en agua jabonosa. Estas burbujas nacen en el porpio bronquio de desagüe.
7. Frotes pleurales. Se originan por el roce de las dos hojas pleurales cuando,, por un proceso inflamatorio, han perdido su lisura normal. Son superficiales, más notorios al final de la inspiración, aunque se perciben en toda la respiración, no se modifican con la tos, y sí con la presión del fonendoscopio o en aquellas posiciones forzadas del tronc que favorecen ek contacto entre ambas hojas pleurales. No se propagan; es decir, nace
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