Ancestros e historia de la domesticación
Enviado por adrs • 9 de Enero de 2012 • Tesis • 790 Palabras (4 Páginas) • 550 Visitas
El perro, cuyo nombre científico es Canis lupus familiaris,[1] [2] [3] es un mamífero carnívoro doméstico de la familia de los cánidos, que constituye una subespecie del lobo (Canis lupus). No obstante, su alimentación se ha modificado notablemente debido principalmente al estrecho lazo que existe con el hombre, hasta el punto en que hoy en día sea alimentado usualmente como si fuese un omnívoro. Su tamaño o talla, su forma y pelaje es muy diverso según la raza de perro. Posee un oído y olfato muy desarrollados, siendo este último su principal órgano sensorial. En las razas pequeñas puede alcanzar una longevidad de cerca de 20 años, con atención esmerada por parte del propietario, de otra forma su vida en promedio es alrededor de los 15 años.
Contenido
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* 1 Ancestros e historia de la domesticación
* 2 Inteligencia
* 3 Visión
* 4 Salud
* 5 Enfermedades
* 6 Nutrición
* 7 Véase también
* 8 Referencias
* 9 Bibliografía
* 10 Enlaces externos
Ancestros e historia de la domesticación
En el siglo XXI, los investigadores han alcanzado un consenso casi absoluto acerca de que es muy posible que la domesticación del perro empezara más por la adaptación espontánea de este al acercarse a vivir junto al hombre que por la voluntad humana.[4] Esto se debe a que vivir junto al hombre siempre fue ventajoso para el cánido. Un perro viviendo en una comunidad humana, aún en la Antigüedad, podía alimentarse con menos esfuerzo que uno salvaje, podía vivir en mejores condiciones y disfrutar del afecto y cuidado humano.
El perro es una subespecie doméstica del lobo, según la comparación de los mapas genéticos de ambas especies.[5] La evidencia fósil más antigua de un perro domesticado fue encontrada en 2008 en la cueva Goyet de Bélgica, correspondiente a unos 31.700 años y al parecer asociado a la cultura auriñaciense.[6] Hasta entonces las pruebas más antiguas se habían encontrado en Rusia, pertenecientes a hace 14.000 años (Eliseevich). El hombre consiguió domesticar a ejemplares de lobos, o, más probablemente, se demostró incapaz de impedir que los lobos se introdujeran en sus aldeas y tuvieran allí a sus cachorros.[4] El perro era útil como ayuda en la caza y para defender al grupo y su morada. Poco a poco, el hombre los adaptó a sus necesidades, creando diferentes razas para las distintas labores y características ambientales y geográficas.
El hombre se dio cuenta rápidamente de los finos sentidos del olfato y el oído que tenía el perro;[cita requerida] su olfato es más potente que del humano (su área olfatoria es 20 veces más gruesa, y en el caso del Pastor Alemán con una superficie 34 veces mayor y con 40 veces más células olfatorias) y su oído es capaz de percibir sonidos
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