Análisis de la historia de Theodore Farraday
Enviado por andrea • 13 de Agosto de 2014 • Tesis • 4.117 Palabras (17 Páginas) • 498 Visitas
CONTENIDO
Theodore Farraday es un mayordomo que proviene de una familia de larga tradición en esta profesión, además de
que fue entrenado en la más prestigiosa escuela para mayordomos, la British School of Domestic Service en Londres.
En el momento en que inicia su aventura con los hermanos Astorga estaba al servicio de Lord Halifax, un cazador de rinocerontes que tenia muy mala vista y aun así era tan vanidoso que no quería usar lentes para no arruinar su perfil griego.
Conoció a Diana y a Aquiles Astorga cuando lo salvaron a de una estampida de rinocerontes que Lord Halifax intento cazar fallidamente una mañana de verano en Kenia.
Los hermanos Astorga eran dos jóvenes que no sobrepasaban los 13 años, y aun así eran profesionales en el arte de la caza. Eran los únicos descendientes de la familia Astorga, antiquísimo clan de cazadores. Tenían una manera muy peculiar para realizar sus expediciones, siempre iban disfrazados con alguna ropa un tanto extravagante, pero no para pasar desapercibidos, si no más bien para que nadie los reconociera.
Después de ser salvado de esa estampida, Theodore se pone al servicio de Diana y Aquiles Astorga, ya que su antiguo patrón Lord Halifax sale muy mal herido de aquel encuentro con los rinocerontes.
“Diana era particularmente robusta, de cara pecosa y cabello rojizo, cuyas manazas semejaban pinzas mortales. Aquiles, por su parte, era delgado y tenia el carácter flemático de su madre, la mejor arquera del mundo.”
Los hermanos Astorga se dedicaban a darle la vuelta a todo el mundo buscando temporadas de caza. Habían
quedado huérfanos a los 4 años durante una de las expediciones de sus padres, por eso vivían con Carolo Corato quien diseñaba la extravagante ropa que usaban en sus expediciones; el señor Isaac Meyer, un anciano que se dedicaba a disecar todas las presas de los hermanos Astorga y finalmente con el señor Udo Ballhaus quien era tutor y administrador de los chicos, y como era un experto en mapas, se dedicaba a organizar las rutas de caza de Diana y Aquiles.
Una semana después de empezar a trabajar con los hermanos Astorga, llego por correo una cabecita de mandril hecha de cera en cuyo interior se encontraba una invitación personal para Diana y Aquiles Astorga con todos los gastos pagados pero sin ninguna información adicional. Los chicos decidieron no darle importancia, pero conforme iba pasando el tiempo las cabecitas de mandril se iban haciendo más famosas y la intriga sobre la invitación crecía, por esa razón los hermanos Astorga deciden acudir a la reunión.
Al llegar a Brasil, el lugar que marcaba la invitación, se hospedan en un viejo hotel en donde la recepción estaba vacía y no había nadie que diera informes sobre esa misteriosa reunión. Durante todo el día estuvieron llegando mas invitados entre los que se encontraban distintas tribus aborígenes, cazadores y coleccionistas de todo el mundo, “en pocas horas el hotel se convirtió en una mezcla de La Torre de Babel con El Arca de Noé” porque la mayoría de las personas llegaban con sus
respectivas mascotas y acompañantes.
A la media noche todos los invitados se reunieron en el salón del gran hotel, fue ahí donde todo el misterio desapareció. El anfitrión era un señor llamado Ben Thomson, quien había reunido a todos los mejores cazadores, coleccionistas y especialistas en animales porque el millonario Jack Grey Hill, su antiguo patrón había muerto a causa de una alergia al polen y al abrir su testamento encontraron que toda su fortuna, que consistía en quince fabricas de acero, once de galletas, tres de armas, nueve mansiones, cuarenta ranchos con doce mil cabezas de ganado, la editorial Pólvora Inc., el acuario taxidérmico de la ciudad de Chicago y una cuenta bancaria de ochocientos setenta millones de dólares, debían ser entregados al mejor cazador del mundo. Esa era la razón de la peculiar reunión; pero para elegir al mejor cazador del mundo se haría un concurso, los participantes tenían que cazar algún animal magnifico para poder ganar toda la fortuna de Jack Grey Hill.
Diana y Aquiles se inscribieron al momento, pero había un problema, ¿que era lo que iban a cazar para ganar el gran premio?, así que deciden poner un anuncio en el periódico en donde hacen un llamado a todos los expertos en animales para que manden sus investigaciones sobre especies raras; es así como llega la carta de Adam Bayard Torres un profesor jubilado de Moon City, Nuevo México; en ella, el profesor aseguraba tener pruebas sobre la existencia de criaturas
que habían desarrollado conciencia de si mismas y habían comenzado su propia evolución.
Esta investigación era perfecta para la presa extraordinaria que querían conseguir los hermanos Astorga, un animal racional, seguro con eso ganarían. Se trasladan a Nuevo México para investigar si lo que dice la carta es real, ahí el profesor les explica sobre la mítica civilización de los lemurios, unas criaturas que posiblemente descendían del lémur gigante, las cuales se distinguían por caminar erguidas, tener un hocico alargado, pelaje brillante y pavorosos ojos rojos. Estas criaturas se habían descubierto por una escapista rusa en una de sus expediciones al Himalaya.
Después de que el profesor les contara todo lo que sabia acerca de esa civilización, que según pruebas aun existía, los hermanos Astorga, sus ayudantes y el profesor dispusieron todo lo necesario para realizar el viaje hasta el Himalaya y cazar un lemurio, claro, el profesor pensaba que los chicos solo estaban interesados en hacer un nuevo descubrimiento para la ciencia.
Al llegar a la región en donde se encontraba la civilización lemuria, los monjes de un pueblo llamado Lo Mantang los advirtieron que todos los que habían intentado tener contacto con los “demonios” (como ellos llamaba a los lemurios) habían desaparecido misteriosamente, por eso insistieron en que no fueran en su búsqueda, por que pasaría lo mismo que con los últimos excursionistas que habían ignorado sus advertencias, ya
que tambien habían desaparecido por intentar tener contacto con estos seres, incluso el campamento que habían armado aun podía verse en los limites de la zona prohibida para los habitantes.
Ignorando todas aquellas historias, Diana y Aquiles se aventuraron al campamento de los últimos excursionistas desaparecidos, dentro de éste estaba todo totalmente ordenado y no se apreciaba ningún signo de lucha dentro de el, lo que hizo que todos los presentes buscaran hipótesis acerca de como desaparecieron los excursionistas. Por la noche, después de que Diana y Aquiles instalaran un avanzado sistema de defensa alrededor del campamento, todos los presentes se dispusieron a esperar la llegada de los demonios, sin embargo estos no aparecieron;
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