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Arquitectura


Enviado por   •  17 de Octubre de 2011  •  9.842 Palabras (40 Páginas)  •  501 Visitas

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A principios del siglo XX jóvenes arquitectos que están saliendo o acaban de salir de la escuela de San Carlos de la Universidad, votan por la arquitectura moderna, se rebelan contra la enseñanza académica tradicional, la ridiculizan y paralelamente en ese momento surge el Politécnico, con las escuelas técnicas y la carrera de arquitectura en la Escuela Superior de Construcción.

Ya en el segundo año no se cambió a la ESIME porque cuando tomaba clases con Juan O´Gorman empezó a sentir pasión por la arquitectura; ahí fijó su destino al restirador y a esta escuela; quiso en adelante proyectar casas, edificios y, si acaso, alguna ciudad.

En septiembre de 1956 recibió una llamada por teléfono del ingeniero Alejo Peralta, director del Politécnico, quien requería de sus servicios, por recomendación expresa del ingeniero Manuel Moreno Torres. Este telefonema cambió la vida profesional del arquitecto Reinaldo Pérez Rayón, uniendo su esfuerzo constructivo al de su propia casa de estudios. Fue así como la vida profesional lo llevó a realizar el mayor proyecto de su existencia, la Unidad Profesional de Zacatenco.

De su primera entrevista con el ingeniero Alejo Peralta obtuvo el compromiso de realizar un dictamen serio y profesional sobre la llamada Ciudad Politécnica. El resultado del dictamen fue negativo y así fue como se le encomendó el primer anteproyecto de la Unidad Profesional, más tarde el proyecto final y toda su realización como director del proyecto.

Además, tuvo la responsabilidad de las siguientes edificaciones:

• Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (1961-1963)

• Centro Nacional de Enseñanza Técnica Industrial (1962-1964)

• Planetario Luis Enrique Erro (1965-1967)

• Centro Regional de Enseñanza Técnica Industrial de Guadalajara (1968)

• Unidad de Ciencias Básicas de la ESIME Unidad Xocongo (1972- 1973)

• Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Tecamachalco

• Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Tepepan

• Escuela Superior de Ingeniería y Electricidad Unidad Culhuacán

Estas últimas de 1973 a 1975; además de uno de los proyectos más ambiciosos de su época: el conjunto urbanístico-arquitectónico la Ciudad de la Ciencia y la Tecnología, realizado entre 1973 a 1975, con el fin de constituir un asentamiento estudiantil con vida propia, de la cual sólo se realizó la primera etapa, que actualmente alberga al Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, pero que estaba prevista para recibir a 28 000 estudiantes y 22 000 personas adicionales entre académicos y de servicios en los terrenos de la ex hacienda de Mayorazgo en los límites del Estado de México y Morelos. Desafortunadamente, este conjunto escolar ha tenido con el tiempo graves problemas de abastecimiento de agua y de transporte de los alumnos, lo que ha limitado su acción.

De 1967 a 1979 fue presidente del Patronato de Obras e Instalaciones del IPN, razón por la que tuvo bajo su responsabilidad todas las obras que se realizaron en el Instituto durante este periodo.

En 1966 fue invitado por la Unión Internacional de Arquitectos a formar parte de la Comisión de Instalaciones Deportivas y Recreativas.

Funge como miembro de la Junta Directiva de la Universidad Autónoma Metropolitana de 1980 a 1987.

En una monografía editada por Fondo Editor A.C. (1964), explica el proyecto de la Unidad Profesional del IPN en Zacatenco, y en 1990 en su libro Ideas y obras, resume sus opiniones sobre arquitectura y urbanismo, con una compilación de casi todas sus obras.

Es miembro de la Sociedad de Arquitectos del IPN y la preside en el periodo 1953-1956. En 1956 la Academia Alemana de Urbanismo lo nombra miembro corresponsal.

Ha sido condecorado con diversas distinciones y preseas: Diploma de la Unión Internacional de Arquitectos por haber sido el realizador de la sede, en el Centro Cultural de Zacatenco, de sus Jornadas Internacionales celebradas en la Ciudad de México en 1963.

Por “la mejor aplicación, funcional y estética del acero en la arquitectura” recibe en 1967 el Premio Fundidora de Monterrey de manos de Carlos Prieto, presidente de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, por haber hecho el mejor uso funcional y estético de los materiales de acero en el proyecto y edificación de la Unidad Zacatenco, el Cinvestav y el Centro Nacional de Enseñanza Técnica Industrial. Ese día el arquitecto apuntó que “el acero estructural por sus propias características, juega un papel importantísimo en los esfuerzos por lograr una arquitectura industrializada en el mayor grado posible, pues si no se cambia su forma de producción no se podrán satisfacer las necesidades populares”.

El arquitecto Reinaldo Pérez Rayón es un convencido de la arquitectura funcionalista, de la cual dice: es la que mejor responde a las necesidades sociales, y mientras esas carencias subsistan no se debe hacer una arquitectura de derroche. Agrega que la arquitectura tiende a la industrialización, Zacatenco es un intento, el primero en México de esa magnitud, con una diferente concepción dinámica de los espacios. Ahí la estructura de acero compitió con la de concreto en ligereza, montaje sencillo y más seguro.

Pensamientos del arquitecto Reinaldo Pérez Rayón sobre la arquitectura funcionalista

El arquitecto expresó en una conferencia a egresados del Instituto en febrero de 1998, en la ciudad de Querétaro:

Por un tiempo relativamente breve, la escuela de arquitectura del Politécnico, a mi modo de ver, fue la más avanzada que ha existido en México. Los que tuvimos la suerte de egresar de ella quedamos permanentemente imbuidos de sus principios.

No podemos dejar de considerar que la arquitectura es un satisfactor social y que por lo tanto tiene que fundamentar sus valores en la racionalidad y en la economía, sin detrimento, desde luego, de la belleza.13

La arquitectura moderna es funcional porque dentro de sus distintas corrientes subsiste la premisa de la funcionalidad.

El concepto de funcionalidad corresponde a un sentido de utilidad más concreto: al que atiende a las necesidades directas del hombre común y de su sociedad, a su comodidad, higiene, seguridad y a su bienestar en general; sin enfrentar, según la concepción romántica, el sentimiento con la razón, y menos aún, la belleza con la funcionalidad.

El arquitecto tiene en sus manos la posibilidad y, por lo tanto, la responsabilidad de educar el gusto de las gentes. La forma para lograrlo es hacer una arquitectura que

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