BARRAS BRAVAS.

Siendo el futbol el juego más popular del mundo, el enfrentamiento deportivo en el campo de juego se ha transformado en muchos casos en peleas y reviertas de pandillas en tribunas y alrededor de los estadios, en el país el entusiasmo por un equipo de futbol ha traspasado los límites del entretenimiento de la devoción por una camiseta. Es la hincada transformada en turba, es el aficionado convertido en agitador, es el juego convertido en pelea de unos contra otros. Este fenómeno conocido como Las barras bravas tuvo sus inicios en el en el año 1981 en el estadio Alfonso Lopez, cuando en un partido entre Bucaramanga y el Junior, el ejército por tratar de detener una andanada disparo contra la multitud, hubo 4 muertos y 20 heridos.

A finales de los 90, en los estadios de Cali, Medellín y Bogotá se empezaron a ver los primeros roces entre barras, que empezarían a prender las alarmas de lo que vendría más tarde. Para el año 2004 ya las barras estaban estigmatizadas en el país, en el 2005 este fenómeno estaba ya totalmente desbocado.

Las reacciones agresivas de las barras bravas se inscriben dentro de un contexto social caracterizado por el desempleo, la falta de oportunidades educativas, la descomposición familiar, las desigualdades económicas y, de otro lado, por el vacío en la legislación colombiana en el tratamiento de menores infractores.

La cultura de las barras bravas en nuestro país se ha empezado a inculcar en niños desde los diez años, a los que se les enseña a defender a su equipo con métodos no muy recomendados tales como la agresión psicológica y física. Grupos de jóvenes a los que el olvido de la sociedad ha llevado a buscar alternativas violentas y encuentran en el futbol una excusa para darse de baja como lo hacen las bandas delincuenciales. En algunos barrios ponerse una camiseta alusiva a un equipo, se convierte en una amenaza de muerte, la rivalidad entre las barras bravas ha causado en los últimos años la muerte de miles de personas, pero ¿Qué hay detrás de esta violencia que generan algunos seguidores de estos equipos?

Detras de todo esto, viéndolo desde una perspectiva diferente, se encuentra el barrismo social, el barrismo como una fuerza, con un potencial muy grande. Por primera vez el gobierno y fundaciones que han trabajado la situación de jóvenes en estado de vulnerabilidad quieren meterle mano a este fenómeno de las barras y explotar este potencial para que se vuelva positivo, convirtiendo al futbol en una fuerza de paz, un camino para enseñarles a los jóvenes a descubrir lo que son capaces de hacer cuando trabajan en quipo, para que aprendan a ser solidarios, a sacar lecciones cuando se pierde y no perder la cabeza cuando se gana.

Grupo de personas de todos los ámbitos del deporte, liderados por el ministerio de interior se reúnen a trabajar en un plan para que en la próxima década, el futbol progrese desde los barrios hasta los estadios en un ambiente tranquilo, positivo e igualitario, una sociedad que se prepare para entregarle por medio del futbol un país mejor a las generaciones futuras.Hoy en día trabajan de la mano gobierno y barras.

Las soluciones que muchos proponen, llevaría a agravar el problema. Cosas como subir el precio de las boletas para que los que no tienen los suficientes recursos económicos no entren al estadio, o como años de cárcel para los que delincan alrededor del futbol o la más atinada, suspender los partidos, ¿Suspenderlos? Dejando sin empleo a cientos de personas, dejando por fuera a miles de jóvenes cuando no puedan entrar  al estadio a acompañar a sus equipos y a falta de trabajo y estudio  el tiempo libre los haga más vulnerables, convirtiéndose asi en presa fácil de las drogas, el vandalismo y el pandillaje. El principio de muchas fundaciones es darle a los jóvenes  muchas actividades para que el tiempo libre no se convierta en un peligroso ocio.

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